Entrevista
“El sistema de salud en Colombia es perverso”: el mejor neurocirujano joven del mundo da detalles sobre cómo funciona
Sergio Torres, neurocirujano joven del año a nivel mundial, es colombiano, pero cuenta a SEMANA que por malas condiciones laborales que afectan directamente al trabajador decide irse del país.
SEMANA: después de tanto esfuerzo para homologar en Colombia sus estudios, ¿por qué decide abandonar el país?
Doctor Sergio Torres: ya llevo casi tres años en el país desde que regresé de realizar mis estudios en España y Estados Unidos. La situación que encontré aquí laboral, sanitaria y educativa me parece bastante precaria. He visto un sistema perverso en esos tres aspectos. Eso, definitivamente, me ha motivado para para regresar a trabajar en España, donde estudié neurocirugía.
SEMANA: ¿a qué se refiere con “perverso”?
S. T: solo hablando de temas de educación, en Colombia hay pocas posibilidades de especializarse. En los últimos años se han esforzado en graduar a muchos médicos generales -alrededor de unos 6.500 por año-, pero cuando quieres ser especialista, solo hay 2.400 plazas. ¿Qué quiere decir? Que cada año quedan a la deriva 4.000 médicos generales. Las personas que están detrás de esto son los mismos médicos. El sistema de formación médica especializada en el país no está a cargo del Ministerio de Salud, que debería ser el que decida cuántos médicos especialistas necesita el país para cubrir las necesidades de los pacientes. No saben cuántos enfermos de cada patología hay en el país. Por lo que veo que ese sistema que los enfermos necesitan no viene pronto.
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Aquí la gran mayoría de los médicos salen de universidades privadas, en las cuales tienen que pagar carreras de $ 300 millones solo en matrículas, para que luego más de 50 % no pueda acceder a una especialidad. Cuando debería ser al revés, la mayoría deberían hacer una especialidad al menos en medicina familiar, que es el sustento de un sistema sanitario más equilibrado. Lo peor es que después de pagar una carrera tan costosa termina siendo el secretario de los mismos profesores o los especialistas, quienes, a su vez, son los que no quieren ampliar la formación médica especializada en Colombia.
SEMANA: ¿en Colombia la salud es un negocio?
S. T: en Colombia hay un sistema de formación médica perverso, porque su directriz no es satisfacer las necesidades de salud de los enfermos, sino los caprichos económicos de algunos médicos y algunas universidades.
SEMANA: ¿cómo funciona?
S. T: en la gran mayoría de los países, la formación médica especializada es gratis, en Colombia está a cargo la gran mayoría de la universidad privada y las matrículas oscilan entre los 20 y los 25 millones de pesos por semestre. Las especialidades duran entre tres y cinco años, lo cual es bastante costoso y hasta hace poco éramos de los pocos países en el mundo que no les pagaba a estos médicos por ir a trabajar durante tres a cinco años a un hospital, porque en eso consiste en la especialidad. Las asociaciones médicas no han hecho un esfuerzo por mejorar esta situación.
El sentir de las personas que estamos en este medio es que hay un monopolio y los que finalmente salen perjudicados son los enfermos. Se desvía la labor de nosotros, que es altruista, de servir a la humanidad incondicionalmente.
SEMANA: ¿cuántos neurocirujanos hay en Colombia?
S. T.: aproximadamente somos unos 400 o 450 neurocirujanos para la población de casi 50 millones de personas y tratamos enfermedades del cerebro y de la columna y la médula espinal que sean de solución quirúrgica.
SEMANA: ¿si son insuficientes para la necesidad que existe, por qué no quedarse?
S. T: el sistema laboral del país es terrible para el sector salud. A pesar de que el tema económico no es mi prioridad, eso no quiere decir que yo tenga que trabajar gratis. Hay colegas que están peor que otros. Las figuras de contratación son precarias para los médicos, entonces antes de que pasen más años en esta situación prefiero evitarla y estar en un país que sea más equitativo con el trabajo de los médicos.
Cuando yo llegué siempre trabajaba por prestación de servicios y, por ejemplo, las pocas cirugías que hice en Barranquilla, lo que vi es que se te demoran mucho en pagar. Unas cirugías me las pagaron al año y a la final me dijeron que en la negociación que habían llegado con los prestadores de servicios, las EPS -digámoslo- les manifestaron que solo les pagarían 50 % de las tarifas pactadas, así que eso era lo mismo que me iban a pagar a mí, que si lo tomaba o lo dejaba, porque esa fue la negociación que lograron después de un año para recuperar por lo menos la mitad.
SEMANA: ¿es decir que usted trabajó todo un año y después le pagaron la mitad de su trabajo?
S. T.: sí, eso pasa muy seguido, finalmente no te pagan, otros se demoran mucho. Pero en la clínica que estoy ahora Los Cobos Medical Center nos pasaron a varios de un contrato de prestación de servicios a ser trabajadores directos de la empresa.
SEMANA: buenísimo.
S. T.: eso pensábamos.
SEMANA: ¿cómo le fue?
S. T.: malísimo, no era lo que se esperaba, todo lo que nos dijeron era mentira.
SEMANA: ¿qué pasó?
S. T.: para resumirte, la empresa finalmente no asumió la carga prestacional sobre sus empleados. Yo ahora soy empleado, estoy subordinado y con un horario porque tengo un contrato laboral. Pero en cuanto a la carga prestacional sigo siendo independiente porque la tengo que pagar yo. Me pagan sobre las tarifas que nosotros habíamos pactado en un principio, cuando estamos por prestación de servicios, pues nos pagaban lo que facturamos, los honorarios, pero cuando nos dimos cuenta nos tocaba pagar todos nuestros parafiscales. Finalmente, antes, tras pagar las planillas de seguridad social nos quedaba 80 % de lo que facturábamos, ahora nos quedan como 45 %.
Lo más irregular es que tenemos que pagar arriendo por el uso de las instalaciones donde trabajamos, 10 % de lo que facture. Desde diciembre de 2019, ellos nos siguen cobrando ese arriendo; es totalmente ilegal. Hace poco hice una reunión financiera y de personal con los directores y les pregunté que si a ellos les cobraban ese 10 % y me dijeron que no. No entiendo porque a ellos no y a mi sí, si éramos empelados de la misma clínica. Pero al final, no me dijeron nada, llevamos 20 meses en ese pleito. Por eso también decido irme.
SEMANA: ¿más o menos cuánto es el salario en Europa para usted?
S. T.: pagan más o menos lo mismo que en Colombia, entre 5.000 y 6.000 euros, pero allá para ganarte eso tienes que trabajar la mitad, o menos de lo que trabajas aquí. Uno acá debería tener un poco más de tiempo también para poder analizar todos los casos que maneja día a día. Si mañana tengo una cirugía, se necesita un poquito de tiempo para sentarse a analizar ese caso, estudiar al enfermo, hacer investigación, allá lo permiten porque son seres humanos para quien uno está trabajando, no máquinas de fábrica.
En Europa es importante el bienestar del profesional, se puede dedicar tiempo a otras actividades de recreación, uno también tiene que dejar tiempo a estudiar, escribir, reflexionar. Acá uno solo vive para trabajar.
SEMANA: ¿por qué se convirtió en el neurocirujano joven del año según la Federación Mundial de Neurocirugía?
S. T.: la primera vez, en 2019, fue por un estudio genético en el Glioblastoma Multiforme, fueron los resultados de mi tesis doctoral en biología molecular y biomedicina que hice en la Universidad del país Vasco en España. Ese año había enviado dos trabajos, otro fue un estudio genético de Glioblastoma multiforme, pero con unos genes diferentes a los anteriores, también de un trabajo realizado en España.
El segundo trabajo que envié fue un trabajo de una nueva cirugía endoscópica a la base del cráneo que desarrollamos en Pittsburgh cuando hice un Research Fellow en 2018. Consiste en un tipo de cirugía que nosotros le decimos mínimamente invasiva, es poder entrar al cerebro en la base del cráneo a través de agujeros muy pequeños en la parte externa de la cabeza.
A mí lo que se me ocurrió y lo que pudimos desarrollar en Estados Unidos es que a través de un agujero muy pequeño en la parte lateral del del ojo, podemos ingresar a zonas profundas del cerebro con endoscopia. Para realizar procesos para las cuales normalmente hay que hacer grandes incisiones, y las más grandes craneotomías, con mayores probabilidad y porcentaje de secuelas porque hay que manipular el cerebro, a veces resecar parte del cerebro. Pero de funcionar la propuesta se mejoraría el procedimiento. Hasta el momento solo se ha hecho el estudio en cadáveres espero algún día se pudiera ejecutar.
SEMANA: ¿cuándo se va?
S. T.: a mitad de diciembre. Me hicieron una oferta que voy a aprovechar. Pero antes de irme es necesario hablar las cosas como son en realidad porque muchos médicos se quejan, pero no abiertamente por temor a represalias en el gremio, la mayoría están posicionadas y otros están resignados.
SEMANA: ¿qué más se debe saber?
S . T.: en el fondo todos somos culpables de este sistema. Es la cultura deshonesta que se lleva en muchos, es la corrupción, es el sistema anárquico que rige a cada uno en su interior, la ilegalidad. He visto cómo médicos con muchos años de experiencia y una vida hecha y con ingresos superiores a los cincuenta millones de pesos mensuales son comisionistas de casas comerciales. Aún sin tener la necesidad de más dinero se dejan gobernar por la avaricia.
Estas conductas encarecen los insumos para poder garantizar pagos extras, que lo que hacen es recargar más económicamente nuestra frágil economía. Todos estos porcentajes, para el que pone el dispositivo, para su jefe, para la institución (que cobra descorche) es lo que representa la perversión de personas cuyo fundamento de vida debería ser servir, además incondicionalmente.
SEMANA: reflexiones…
S. T.: mi invitación para estas personas es la reflexión sobre lo que están haciendo ahora. En el futuro, una vez retirados, el pasado no les hará concesiones, ya será demasiado tarde cuando les venga el arrepentimiento y quieran ayudar a mejorar el sistema. Espero volver a Colombia a servir en condiciones equitativas para todos los especialistas.