Lujo
El súper yate que está construyendo el magnate Jeff Bezos
La nave, que costará 500 millones de dólares, promete hacer historia en el mundo del lujo para multimillonarios.
Bezos se disputa con Elon Musk, su gran rival, la conquista del espacio, pero no pierde de vista maravillas de la Tierra como el mar. Para disfrutarlo mandó a hacer una nave que hará historia en el mundo de los yates y el lujo, según medios económicos como Business Insider y Bloomberg.
Para cumplirse este caprichito, el magnate de Amazon acudió a la firma Oceanco, con sede en Holanda, país considerado como la meca de los constructores de barcos para los multimillonarios. Bezos, quien con sus 177.000 millones de dólares se pelea con Musk el puesto como el hombre más acaudalado del mundo, le pidió a la empresa que le construyera un barco de 127 metros de largo, con varias cubiertas y tres enormes mástiles.
Como lo dijo Bloomberg, esa es la escasa información que se tiene hasta ahora de la embarcación que, si todo sale bien, le será entregada al industrial en junio próximo, justo cuando comienza el verano. Sin embargo, se cree que el barco puede ser similar a este que la empresa exhibe en su cuenta de Instagram:
Business Insider informó que Bezos también ordenó la fabricación de otro yate más pequeño, que le servirá de apoyo al de los tres mástiles y que además cuenta con helipuerto. En cuanto al helipuerto, hay que recordar que la prometida del millonario, Lauren Sánchez, es piloto de estos aparatos y, para estar a la par con ella, Bezos está aprendiendo también a volarlos.
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Bloomberg calcula que el barco costará unos 500 millones de dólares y, a pesar de la falta de información sobre sus especificaciones, no hay que ser adivino para saber que sus comodidades serán para sorprenderse. Oceanco se caracteriza por haber renovado el concepto de los espacios de los yates, por ejemplo, a través de la conexión de múltiples ambientes, como se aprecia en esta publicación, también en Instagram:
Por otro lado, acorde con las creencias de Bezos, la marca usa fuentes de energía sostenibles y amigables con el ambiente.
La fábrica equipa sus creaciones con bellos ascensores del cristal más fino (como se aprecia en el siguiente post), piscinas, jacuzzis y salas de cine a todo dar.
En el caso de Bezos, su nuevo yate representa algo más que el movimiento de un millonario que sale de compras. Es, más bien, otra puntada al vuelco dado por el fundador de Amazon en los últimos tres años.
Por mucho tiempo, cultivó una imagen de nerd, hombre de hogar, de gustos sencillos y para nada dado a la publicidad. Pero, de pronto, saltó de las primeras planas de las secciones de economía a las de la prensa del corazón.
Para comenzar, dejó a MacKenzie, la mujer que contribuyó a la construcción de su imperio, por Sánchez, una latina del mundo del entretenimiento. Con ella, Bezos dejó su vieja ropa de drill y deslucida por trajes de diseñador, pero la transformación no paró ahí: cobró una mayor visibilidad ante el mundo con la compra del Washington Post, uno de los periódicos más influyentes de Estados Unidos, y se involucró en el mundo del cine y la televisión.
Para los analistas de las grandes fortunas, el yate de Bezos es otra indicación de “la enormidad de una riqueza que se acumula cada vez más rápido, mientras que el mundo sucumbe ante una pandemia devastadora”.
Y el pedido de Bezos a Oceanco, de igual modo, es otra muestra de cómo la industria de los yates ha prosperado sigilosamente en medio de la crisis por el coronavirus. Refleja, además, en palabras de Bloomberg, la brecha entre las fortunas de los superricos como Bezos o Musk y los demás, que se ha acrecentado en los últimos catorce meses.
Así, otro potentado que se mandó a hacer un yate nuevo fue el productor Steven Spielberg, quien puso en venta el que ya tenía por 158 millones de dólares.
Cuando Bezos mandó a hacer su barco, hace dos años, no se tenía la menor sospecha de que vendría una pandemia. Ahora, su nueva adquisición le será más que propicia, pues, como lo señaló Bloomberg, “con las galas canceladas y las fronteras cerradas, las travesías en yate parecen ser la mejor opción para el ocio en privado, con el debido distanciamiento social y lejos de las miradas del público que cuestionaría estos excesos en tiempos de crisis”.