Italia
El turbulento divorcio del recién fallecido Silvio Belusconi y Verónica Lario, la primera que denunció su gusto por las jovencitas
En 2009, ella escandalizó a Italia al anunciar que dejaba al primer ministro porque no podía estar con un hombre que “frecuentaba jovencitas”. Al año siguiente estalló el famoso escándalo del bunga bunga.
En abril de 2009, I Cavaliere, como lo era conocido el primer ministro italiano, estaba en el pináculo de su carrera como político y magnate, cuando el barco de su fama empezó a hacer aguas en su propia casa.
Verónica Lario, su hasta ese momento discreta esposa, proclamó a los cuatro vientos que se divorciaba del millonario, a causa de una escapada que no le perdonaría nunca.
Escuetamente, la señora Berlusconi dijo que no podía estar al lado de un hombre que “frecuentaba menores”, un lunar que desde entonces atormentaría la vida de uno de los hombres de la política italiana desde la época de fascismo.
Más tarde, Verónica confesó los motivos de su decisión en un libro titulado Tendenza Veronica, escrito por la periodista Maria Latella, en que contaba en detalle el incidente que la llevó a la ruptura.
Por esos días, el primer ministro le dijo que iba a Nápoles para una conferencia sobre control de basura.
Lo que no le contó fue en ese mismo periplo asistiría a la fiesta de 18 años de una jovencita llamada Noemi Letizia, a quien le llevó de regalo un collar carísimo
“Fue la última mentira. Había llegado el momento de mostrar cierto respeto por mí misma. El divorcio era lo mejor. No sé de dónde me vino esta convicción, esta fuerza. De todos modos, él me puso en esta posición”, contó Lario en el libro.
También dijo que él se había convertido en una “figura ridícula” debido al escándalo sexual que le venía respirando en la nuca y que estallaría al año siguiente con el nombre de “bunga bunga”.
De hecho, ya Verónica venía echándole leña al fuego públicamente.
En 2007, ella había escrito un artículo en el cual lo criticaba por coquetear con una mujer que trabajaba en un cabaret. Berlusconi se disculpó con ella ante todo el país.
Luego, ella volvió a la carga, calificando de “descaro”, el hecho de que él quisiera mandar a jóvenes que laboraban en el mundo de la noche como representantes de Italia ante el Parlamento Europeo.
Era el comienzo del fin de una historia que se inició en 1980, cuando Berlusconi quedó prendado de la entonces actris Verónica Lario al verla en topless en una cinta.
Por ella, él dejó a su esposa Carla Dall’Oglio, madre de sus dos hijos mayores, Piersilvio y Marina.
Se casaron en 1990, cuando ya tenían tres retoños, Bárbara, Eleonora y Luigi.
Al año siguiente de la solicitud de divorcio de Verónica, 2010, estalló el escándalo del bunga bunga. Todo porque él llamó en persona para que la policía dejara en libertad a Ruby Robacuore, una jovencita de 17 años acusada de robar un brazalete.
Il Cavaliere le dijo a la policía que ella era pariente del presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Luego se supo que eso era mentira y que él lo hizo para evitar que ella fuera interrogada y saliera a la luz que había estado en las orgías que organizaba en su mansión de Milán, conocidas luego como “fiestas bunga bunga”.
En 2012, un juez dictaminó que Berlusconi debía pagarle a su ex 36 millones de euros anuales por sostenimiento conyugal, que le salían por unos 100.000 euros diarios o 3 millones de euros al mes.
Al año siguiente, la justicia rebajó este pago a 1.3 millones de euros, pero Berlusconi seguía alegando que era demasiado.
Cinco años más tarde, otro juez determinó que ella debía devolverle 46 millones de euros, por considerar que no necesitaba tanto dinero, teniendo en cuenta una nueva disposición según la cual la expareja pudiente de un divorciado no tiene que garantizarle el mismo nivel de vida a su ex tras la ruptura.
Así, Verónica se vería privada de lujos como cinco semanas de crucero al año, un mes al año en el Caribe, 12 personas a su servicio y 25 escoltas.
Finalmente, en 2020, Berlusconi decidió no cobrarle 28 millones de euros y ella retiró su reclamo de que él aún le debía 18 millones de euros por sostenimiento.
Ello fue visto como un acto de caballerosidad, luego de ser condenado por fraude fiscal y expulsado del senado.
En cuanto al bunga bunga, en 2015 fue liberado de los cargos de haber pagado por sexo a una menor, aunque en principio fue condenado por ello.
El político murió a los 86 años, tras ser tratado en abril pasado por una afección pulmonar relacionada con una leucemia.