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Ella es la mujer que se negaba a dejar a Darío Gómez solo en su tumba, su gran amor
Johana Vargas, la mujer que compartió los últimos días de vida del cantante, no se quería despegar de su tumba.
Luego de ser sepultado el cuerpo de Darío Gómez, el ‘Rey del Despecho’ en Colombia, fueron varios los minutos que familiares y amigos permanecieron en el lugar cantando sus canciones y recordando lo vivido.
Sin embargo, destacó que la última en irse del cementerio Campos de Paz, fue Johana Vargas, su gran amor y con quien Darío pasó los que, sin saberlo, serían sus últimos días.
Seis agrupaciones de mariachi cantaron sus canciones en medio de la sepultura, además de Amigo, de Roberto Carlos, Nadie es eterno en el mundo, Amor eterno y Ángel perdido, entre otras; pero tan pronto las trompetas callaron, Johana empezó a cantar a solas y casi en susurro las letras de Amor Eterno, paulatinamente se le sumó Daniela y poco a poco otras personas más.
Ella no quería separarse de la tumba, porque con él vivía. Johana, la mujer que se robó el corazón de Darío durante muchos años, y quien fue su inspiración para varias de las composiciones que hizo en los últimos años.
El día que murió, antes de su deceso, él la llamó para decirle que llegaba un poco tarde y la siguiente llamada que recibió fue para ser informada de la muerte de su pareja, el gran ídolo de la música popular. Ella vivía con él y sus perritos Abril y Bethoven.
“Él les decía mis chachorros y les cantaba: mis chachorros, cachorritos, todo el tiempo les cantaba; él les alcahueteaba absolutamente todo, que dañaran lo que fuera, que no le importa, que dañen lo que sea que eso yo lo repongo”, expresó Vargas.
Los “chachorros” son traviesos, dañaron varios elementos del hogar, pero eran los consentidos de Gómez, así que no había problema por ello. Johana contó que los acariciaba mucho “se tiraba a la cama, lo lamían, él les hacía como cosquillas, les daba besos”.
Por su parte, Daniela Alzate Gómez, - la nieta que inspiró la canción que lleva su nombre en el título- del ‘Rey del Despecho’, rememoró que el cantante había pedido en vida que cuando él muriera su familia llevara a los perritos para que las mascotas lo vieran y no pensaran que los había abandonado: “Trajimos los perritos para que vieran que él se había muerto, no que los había abandonado”.
De otro lado, centenares de personas asistieron al cementerio y le dieron el último adiós, con gran tristeza, a quien alegró por años las tusas amorosas de miles de personas en todo el país. Asimismo, el cantante antioqueño fue despedido con música, lo que tanto amó toda su vida.
Vale mencionar que el cuerpo del afamado y cantante llegó custodiado por algunos militares, pero dada la cantidad de personas que se encontraban en el lugar, para acompañar al maestro, agentes del Esmad tuvieron que intervenir.
Debido a que algunos de los asistentes se lanzaron a las puertas del cementerio con la intención de entrar al entierro, por lo que en ese momento, gases lacrimógenos fueron lanzados para dispersar a la multitud.
Y mientras se movilizaba el carro fúnebre, cientos de personas acompañaron el cuerpo del artista en una caravana con globos blancos, camisetas con el rostro del autor, y cantando sus canciones, pues el antioqueño fue autor e intérprete de grandes éxitos como Nadie es eterno en el mundo, Esta navidad no es mía y Tirana, que lograron impactar en el corazón de millones de colombianos.