Realeza
En fotos: Carlos III celebra primer cumpleaños oficial como rey y aparece con una reducida familia real en el Palacio de Buckingham
Cerca de 1.500 dolados, 400 músicos y 200 caballos participaron en el tradicional desfile Trooping the Colour.
El rey Carlos cumple años el 14 de noviembre, pero, por una costumbre que se remonta al siglo XVIII, el día del monarca se celebra oficialmente a mediados del año, cuando el no siempre amable clima de Londres mejora por la primavera y la cercanía del verano.
Los festejos se conocen como Trooping the Colour, un vistoso desfile militar por el centro de Londres, cuya versión de este año pasará a la historia por ser la primera vez que sucedieron varias cosas.
Por supuesto, es el primer Trooping the Colour del rey Carlos, quien asumió el trono en septiembre del año pasado tras la muerte de su madre, la popular Isabel II.
Sin embargo, lo cierto es que él ha asistido a la ceremonia desde 1951, cuando tenía dos años y medio, cuando el homenajeado era su abuelo Jorge VI.
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Ahora que tiene las riendas de la monarquía en sus manos, Carlos retomó una costumbre que Isabel había dejado hacía tres décadas y es tomar parte en la parada militar a caballo.
De hecho, uno de los comentarios más comunes del día ha sido la destreza y gallardía que Carlos, un militar de carrera y jefe supremo de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, mostró en el desfile a sus 74 años.
Todo comenzó con la salida del rey a caballo, con el uniforme de la Guardia de los Granaderos y alto sombrero de piel, rumbo a Horse Guards Parade, el campo donde suele tener lugar el homenaje por el cumpleaños del monarca.
En su recorrido por el Mall de la capital británica, lo escoltaban los regimientos de la Household Cavalry, es decir, la guardia personal del monarca, en tanto que una multitud le dedicaba vivas y aplausos.
También a caballo y en uniformes militares, lo seguían su hijo William, príncipe de Gales y heredero al trono; su hermana Ana; y su hermano, el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo.
Tras ellos se desplazaba el carruaje que conducía a la reina Camilla, esposa de Carlos; Catherine, princesa de Gales, y sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis de Gales, quien desde ese momento se robó el show con sus ya acostumbradas muecas y gracias.
En otro coche iban la duquesa de Edimburgo y el vicealmirante Tim Laurence, esposo de la princesa Ana.
Ya en Horse Guards Parade, Carlos pasó revista a los contingentes militares.
Como cada año, se escogió a un regimiento para que desfilara ante el rey con su bandera y esta vez, el turno fue para el primer batallón de la Guardia Galesa.
Luego, los distintos regimientos, desfilaron también con sus bandas y un grupo de tamborileros.
En total, tomaron parte cerca de 1.500 dolados, 400 músicos y 200 caballos, que fueron liderados por Juno, el primero de los Drum Horses., los caballos más importantes del ejército y que ostentan el rango de mayor.
Acabada la ceremonia, la familia real volvió a palacio, a cuyas puertas la esperaba una multitud para presentarle sus respetos a Carlos en su cumpleaños oficial.
En efecto, cumpliendo con otra tradición, Carlos, Camilla, los príncipes de Gales y sus hijos, la princesa Ana y su esposa, y los duques de Edimburgo, entre otros, hicieron su aparición el balcón.
Todavía quedaba un espectáculo más: la revista aérea, con aviones que son todo un símbolo del orgullo nacional, pues con ellos el Reino Unido venció a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
Este año, esta presentación trajo una novedad que encantó tanto a los Windsor como a los espectadores y es que un grupo de aviones hizo la figura del monograma del monarca: CR, del latín Carolus Rex, es decir, rey Carlos.
Así mismo, nueve Red Arrows expulsaron humo rojo, azul y blanco, los colores de la bandera del país.
Luego de contemplar la revista aérea y saludar a su pueblo, Carlos y su familia se retiraron del balcón para un almuerzo en los salones del palacio.
Aparte de la continuidad en las tradiciones que el nuevo rey procura mantener, los observadores de la realeza opinaron que una vez más, con la escena del balcón, quedó clara la idea de la monarquía reducida que el hijo de Isabel II quiere implementar.
Mientras que en tiempos de su madre solían acompañarla hasta 30 miembros de su parentela, ahora solo estuvieron junto a Carlos los miembros de la casa real en funciones, es decir, que reciben un sueldo por representar a la monarquía en diversas actividades.
Así, aparte de sus hermanos y descendientes, estaban también sus primos, el duque de Kent y los duques de Gloucester, que cumplen ese rol.
Grandes ausentes fueron el príncipe Harry, duque de Sussex, hijo menor de Carlos, y su esposa Meghan Markle, que mantienen una enconada trifulca con los Windsor desde su retiro de la monarquía en 2020.
Por su parte, Carlos también decidió marginar de toda actividad real, incluida la de hoy, a su hermano, el príncipe Andrés, duque de York, a causa del escándalo de su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein y el oscuro caso de la mujer que lo acusó de haber tenido relaciones sexuales con él cuando tenía 17 años, a instancias del propio Epstein.
Por ende, tampoco estuvieron en el balcón las hijas de Andrés, las princesa Beatrice y Eugenie de York con sus esposos.
Otros “descabezados” de este tradicional acto fueron el conde Wessex y Lady Louise Windsor, hijos de los duques de Edimburgo y que tampoco son miembros en funciones de la monarquía.