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“Es ella”: el padre Alberto Linero presentó a su novia en redes sociales

La publicación ya ha recibido más de 23.000 “me gusta”.

26 de agosto de 2021
Alberto Linero
Alberto Linero sobre creyentes de la Costa Atlántica | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

Alberto Linero se ha convertido en uno de los influenciadores más seguidos en Colombia en sus redes sociales y aunque ya lo era cuando ejercía como padre, desde que dejó los hábitos se ha generado una gran expectativa por conocer a la persona con la que sostiene una relación desde hace un buen tiempo.

En su cuenta de Instagram, Linero publicó una foto en la que se ve a su pareja de espaldas frente al mar con un sencillo, pero contundente mensaje: “Es ella”. El post ya tiene más de 23.000 likes en la plataforma en la que cuenta con más de 1,3 millones de seguidores.

En entrevista con SEMANA hace un par de años, Linero explicó las razones que lo llevaron a dejar el hábito. El escritor y panelista radial se ordenó como presbítero en 1993. En 2018 decidió dejar el sacerdocio y tomar otro rumbo. El libro Vivir la vida de otra manera, publicado por Editorial Planeta, es una reflexión sobre por qué lo hizo y una fuente de motivación para otros que, como él, sienten que deben explorar nuevas rutas en la mitad del camino. “El libro tiene esa doble intención: dar mis razones de por que cambié de rumbo, pero también motivar a otros a hacer un cambio”.

Linero recibió una carta de parte del papa Francisco en la que se le brinda “la misericordia de la dispensa”, con lo que se le libera del celibato y de la obediencia —aunque Linero asegura que siempre será obediente—, y le animan a continuar en su camino católico, a evangelizar e, incluso, si llegara a estar frente a alguien en peligro de muerte que pidiera el perdón de los pecados, Linero deberá proceder como un sacerdote, pues no ha dejado de serlo, simplemente no ejerce, no practica.

El día que recuerdo con mayor felicidad fue el de mi ordenación presbiteral, el 25 de marzo de 1993. Monseñor Eladio Acosta me concedió el ministerio, que no voy a perder nunca. Ese fue un día feliz porque desde los 16 años había soñado con él y en ese momento se me permitió servir de mediador para el perdón de los pecados”, le dijo a SEMANA.

Sin embargo, explicó que terminó desenamorándose de ese camino, aunque la gente cree que salió del sacerdocio por una mujer. “Me desenamoré. La gente cree que dejé el sacerdocio por enamoramiento hacia una mujer, pero no. Llegó un momento en el que el relato eclesial no me llenaba y yo, que siempre he tratado de ser coherente, dije ‘no más’. Yo pienso que comencé a perder la conexión emocional con las personas y yo no puedo vivir sin la gente. Esa desconexión se da por la manera como entendemos la espiritualidad”.

De igual manera, manifestó que “nos creemos sagrados y nos distanciamos de la gente con ritos que son diferentes a los de los demás. Así creamos abismos y terminamos en claustros mentales. Lo de la pederastia y esa política de encubrimiento también tuvo que ver con mi desilusión. Con solo un caso deberíamos escandalizarnos. A mí me escandaliza y pido perdón porque eso no debió haber pasado nunca. De Dios nunca me he sentido alejado. Ese ‘man’, sigue palpitando en mi corazón y me llena”.

En el diálogo con este medio, Linero señaló que cree que “nos hace falta espiritualidad. No concibo que podamos rezar e ir al culto y que no nos podamos entender ni hablar ni respetar ni construir consensos a pesar de las diversas opiniones. Creo que necesitamos una experiencia espiritual que nos haga trascender posiciones, intereses y nos ayude a comprender que podemos tener objetivos comunes en medio de las diferencias. A los colombianos les hace falta entender que nadie es mejor que nadie”.