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"Sabíamos que lo nuestro era una gran traición”: esposa de Woody Allen

Soon-Yi Previn habló por primera vez del escandaloso episodio en el que le robó el amor de Woody Allen a su madre, Mia Farrow, a quien le hace duras acusaciones.

28 de diciembre de 2018
Soon-Yi y Woody Allen hace cuatro años en Barcelona. “Lo que más le duele a Mia es que nuestro matrimonio haya perdurado”, asegura la coreana, quien confiesa que tiene un problema de aprendizaje. | Foto: Look Press Agency / JET SET

“Lo que más le debe doler a Mia es que mi matrimonio con Woody haya llegado a los 21 años”, le declaró Soon-Yi a New York en un dardo envenenado directo al corazón de la mujer que alguna vez llamó madre. En 1992, el vínculo filial se trocó en el drama pasional más publicitado de la época, cuando las dos se enfrentaron por un hombre, Woody Allen, uno de los directores más aclamados de Hollywood.

Soon-Yi era una de los hijos que Mia Farrow, renombrada estrella de El bebé de Rosemary, adoptó con su segundo exesposo, André Previn. En 1980, la actriz emprendió una relación con Allen y doce años después descubrió que él y Soon-Yi, entonces de 21, eran amantes. Explotó un escándalo mundial de primera plana que se agravó al poco tiempo, cuando Mia acusó a Woody de abusar sexualmente de Dylan, hija de los dos.

El escándalo del romance prohibido acaparó las primeras planas. Woody era visto como el padre que violó y desposó a su hija retardada, pero la verdad es que Soon-Yi era hija adoptiva de Mia con su exesposo André Previn. Foto: Getty Images.

Aunque nunca fue condenado por la justicia, la sombra de la grave imputación aún persigue al cineasta. Por estos días, a través del movimiento #MeToo, tanto Mia como Dylan han vuelto a airear su versión en la prensa, mientras que Allen, quien niega los cargos, guarda silencio.

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Esa actitud de él le parece muy pasiva a Soon-Yi y por eso decidió hablar por primera vez para la revista neoyorquina, en declaraciones que reflejan el rencor que acumuló contra la actriz desde que la conoció en un orfanato de Seúl, Corea. Había llegado allí en 1975, a los 5 años, tras huir de la miseria en que nació, vagar por las calles y comer de la basura. En 1977, Farrow la adoptó y la primera impresión no fue grata. “Me abrazó, mientras que yo permanecía rígida, pensando ‘¿quién es esta mujer?, ¿podría quitarme las manos de encima?’. Ella no sonaba sincera”, declaró.

Él tenía 57 años y ella 22 cuando fueron la comidilla mundial. Hoy admiten que traicionaron a Mia, pero lo suavizan con el argumento de que cuando se enamoraron la relación de él con la actriz se había enfriado.

“Mia no fue maternal desde el comienzo”, continuó la coreana, y citó el primer baño que le dio: “Tenía miedo de meterme a la tina y en vez de ser paciente me tiró al agua”. También rememora lo triste que se sentía en la casa de la familia en Inglaterra porque Mia y Previn tenían temperamentos “escalofriantes”. Además, se queja, la actriz la tenía como su sirvienta y la golpeaba. La humillaba haciendo que se parara sobre la cabeza, para que la sangre fluyera a esa zona, pues creía que era retardada.

Woody y Mia Farrow con su familia en 1986, en Nueva York. De izquierda a derecha: Fletcher (hijo de ella con André Previn), Dylan (en brazos de la actriz), Moses (adoptado por los actores) y Soon-Yi Previn, quien dice que en ese momento la trataban como la sirvienta de la casa. Foto: Getty Images.

La fama de minusválida de Soon-Yi fue uno de los motivos del escarnio que Woody experimentó cuando se supo de su relación, pues se decía que se aprovechó de eso para violarla. En el reportaje a New York, la coreana, hoy máster en Educación Especial de Columbia University, admitió: “Padezco una leve discapacidad de aprendizaje. No podía hablar de ello porque Mia me inculcó que era una vergüenza”.

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Cuando Soon-Yi tenía 10, Mia se enamoró de Woody Allen, quien reveló en el mismo artículo de New York detalles poco conocidos de esa relación: ella le propuso matrimonio a las pocas semanas de iniciado el noviazgo. Días más tarde, le dijo que quería tener un bebé con él. “¿Y eso no mató la pasión?”, le preguntó Soon-Yi a su esposo durante la entrevista, y ella misma se respondió, bromeando: “Él es un perdedor de marca mayor, una pobre cosa patética. Es brillante, pero en algunas cosas es muy ingenuo y debía ser como arcilla en las manos de ella”.

Mia con Dylan, quien acusa a Woody Allen de abuso sexual. Soon-Yi asegura que la actriz fabricó la historia en venganza contra el director. Foto: Getty Images.

En principio, Soon-Yi detestaba a Woody: “No entendía cómo podía estar con una persona ruin como mi madre”. Sin embargo, se acercaron por iniciativa de Mia, quien, alarmada por la introversión de su hija, creyó que le convendría pasar tiempo con él. Así, empezaron a ir partidos de básquetbol en la Gran Manzana, donde vivían, en los que ella se sinceró con él sobre sus problemas.

La coreana siente que en esos momentos Woody descubrió su desparpajo y que era más interesante de lo que parecía, hasta que la pasión estalló en 1991, en un cine. “Hablamos sobre la película y yo debí estar impresionante porque él me besó y ahí comenzó todo. Nos sentíamos muy atraídos sexualmente”.

La pareja tiene dos hijas adoptivas: Bechet y Manzie. Soon-Yi podía concebir, pero cree que es egoísta querer hijos biológicos cuando hay tantos niños necesitados de un hogar. Foto: Look Press Agency.

Ambos le dijeron a New York que a esas alturas la relación del cineasta con Mia estaba liquidada y solo continuaban juntos por sus tres hijos: Dylan, Moses, quien también habla pestes de su madre, y Ronan, quien la defiende. “Vivimos un dilema moral. Sabíamos que lo nuestro era una gran traición”, explicó Soon-Yi, y agregó que se imaginaban que el flirteo no duraría.

Lo malo fue que la actriz encontró unas fotos que Woody le tomó a la joven desnuda y supo lo que pasaba, por lo cual abofeteó a su hija y la echó de la casa. Días más tarde la volvió a recibir, pero acusó al director de abusar sexualmente de Dylan, de 7 años, lo cual fortaleció el amor prohibido, según Soon-Yi, quien sostiene que Farrow hizo eso por venganza. Así se lo insinuó a Letty Aronson, hermana de Woody, cuando le dijo: “Él me quitó a mi hija, entonces yo le voy a quitar la suya”.

La guerra fue candente. Farrow le pidió un mínimo de cinco millones de dólares a Allen para no seguir con el caso de Dylan. Él, por su parte, demandó infructuosamente la custodia de sus hijos. No le debió ayudar mucho el que, al mismo tiempo, reconociera públicamente su romance con Soon-Yi, hermana de esos niños. “Todo es real y felizmente verdadero”, dijo.

Mia le hizo creer a Woody que la culpa tenía a Soon-Yi al borde del suicidio. La joven burló la vigilancia a la que estaba sometida, lo llamó para decirle que todo era mentira y reanudaron el amorío, que terminó en boda en 1997. Soon-Yi sabe que aún muchos la condenan por enredarse con la pareja de su madre y les responde con altivez: “Woody no era un padre para mí porque ya tenía uno, André Previn, y Mia y él no se casaron (...). Fue Woody quien me persiguió, eso me hizo sentir valorada y por eso la relación ha funcionado”.

*Artículo publicado originalmente en JET SET el 24 de octubre de 2018