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“Estar en la cárcel es lo más miserable que uno puede vivir”; Tarzán, exjugador del ‘Desafío’, habla con SEMANA y dice que es inocente del fraude a tiendas ARA
“Nadie imagina por lo que estamos pasando, con una bebé recién nacida, en una familia humilde, y que te acusen de un delito que no has cometido”, relata Tarzán con angustia.
De fondo, al otro lado del teléfono, se escucha el llanto de Sharlot, una bebé que justo este lunes cumple dos meses de nacida. Es la hija de Andrés Alfonso Miranda Mendoza, a quien los colombianos conocieron como Tarzán, en el popular reality Desafío, en su versión de 2022, y quien hoy enfrenta una investigación por concierto para delinquir en un millonario fraude contra Tiendas Ara que asciende a cerca de 2.300 millones de pesos.
En diálogo con SEMANA, el deportista dice que ahora mismo él y su familia viven días de angustia. “Nadie imagina por lo que estamos pasando, con una bebé recién nacida, en una familia humilde, y que te acusen de un delito que no has cometido”, relata Tarzán.
“Yo simplemente le hice un favor a un amigo, pero nunca supe a qué se dedicaba. Me pidió que le recibiera un dinero en mi cuenta de Davivienda. Es alguien a quien conocí en Cartagena en medio de un trabajo de publicidad, que es a lo que me dedico. Desde que salí del reality yo hago publicidad en mis redes sociales y ese es el sustento de mi familia. Y temo que eso se vea afectado por esta situación que estoy viviendo”, relata Andrés Alfonso.
Explica que el favor consistió en recibirle a su amigo una consignación de veinte millones de pesos. “Él no me explicó para qué era. Uno a un amigo no le niega un favor, yo simplemente lo hice y fue un error del que me arrepiento”, asegura Tarzán en SEMANA.
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La transacción se dio en mayo de este año. Luego de eso, el amigo le pidió que retirara el dinero. Tarzán cuenta que él sacó el dinero de su banco: una transacción de diez millones de pesos, inicialmente; después otra de ocho millones de pesos. Luego de eso, por un tema de seguridad, el banco bloqueó la cuenta.
Ante esa situación, el amigo le pidió que fuera hasta el propio banco ya que necesitaba el resto del dinero. Sin embargo, en Davivienda le exigieron una serie de documentos, entre ellos la declaración de renta, para entregar todo el efectivo. Pero, según el deportista, él no contaba con dicho documento. “Después de eso, me olvidé del asunto”, relata Tarzán.
A su amigo, cuenta, no lo volvió a ver. “Él se desapareció, nunca me dio la cara, no me dio explicaciones. Y la verdad prefiero no hablar de eso”, dijo.
Lo que vino después fue una pesadilla de la que Andrés Alfonso Miranda y su familia aún no despiertan. Hace 20 días, las autoridades llegaron hasta su apartamento, ubicado en Sogamoso, Boyacá, con una orden de captura. “Llamaron de la portería y yo bajé y me entregué”, relata el deportista que dice que pasó 15 días en prisión, al cabo de los cuales pudo salir.
Ahora, con detención domiciliaria, la investigación avanza mientras tanto en la Fiscalía.
“Estar en la cárcel es la experiencia más miserable que uno puede vivir. Sobre todo por pagar por un delito que no has cometido. ¡Yo qué voy a estar metido en un delito de concierto para delinquir! Pero es difícil demostrar en un país como este que uno es inocente cuando no tienes recursos para pagar un abogado que recoja las pruebas. Cuando los inocentes vamos a la cárcel y los que delinquen están en la calle”, confiesa Tarzán.
“A la gente le digo que tenga cuidado. Uno no puede ser así de confiado. Muchos utilizan a la gente inocente para estas cosas. Hoy soy yo, mañana puede ser otro. Confiar en la justicia es un error, solo espero poder demostrar mi inocencia”, confiesa el deportista.
El caso que tiene a Tarzán en líos con la justicia
Tarzán fue presentado por la Fiscalía General ante el juez en compañía de Rigoberto Ernesto Buendía Alba, un extrabajador del Banco Davivienda en Cartagena, y cinco particulares más. La fiscal quinta especializada de Bogotá los señaló en una extensa audiencia de haber participado en una estafa a los almacenes Ara.
Los particulares, entre los que se encuentra Tarzán, fueron señalados de realizar la recepción de unos dineros que ascienden a 2.300 millones de pesos.
Todo inició a mediados de mayo de 2023, cuando se presentó una transacción extraña en la cuenta de una empresa identificada como El Gran Langostino. El control interno de la sucursal Centenario, en la capital de Bolívar, emitió la alerta debido a que la cuenta había sido creada recientemente y no movía esas sumas de dinero.
La sorpresa fue mayúscula cuando se encontró que el emisor de la transacción por un valor cercano a los 2.334 millones de pesos era Jerónimo Martins Colombia S. A., encargado de las tiendas ARA. El dinero reportado fue rápidamente movido por varias cuentas corrientes creadas en Cartagena, Valledupar, Sincelejo y Barranquilla, así como por medio de la aplicación DaviPlata.
En la oficina de Davivienda, en La Matuna, también se registró el cobro de dos cheques por valores de 150 millones y 200 millones de pesos.
En la investigación de la Fiscalía General, se señaló que todo se trató de un complejo fraude, el cual no se pudo llevar a cabo sin la ayuda directa del trabajador de Davivienda que tenía conocimiento claro sobre la forma en que se debían crear las cuentas.
Para finiquitar todo, y demostrando que se trató de un elaborado plan, la fiscal especializada indicó claramente que para lograr que ARA consignara el dinero se había enviado un correo muy similar al que tenía la empresa de camarones, con la que, dicho sea de paso, el almacén tiene un contrato desde 2015.