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Monique, de 74 años, sufría demencia, y Loes, de 88, de una enfermedad muscular. Eran dependientes entre sí para vivir de manera autónoma y, tras 50 años juntas, no podían concebir la vida sin la otra. | Foto: Archivo Particular

GENTE

Eutanasia: la verdadera historia de las dos mujeres que decidieron que no querían vivir la una sin la otra. “Partiremos entonces juntas”

El médico describió “la última escena”. “Ambas estaban acostadas, tomándose la mano, con intravenosa en un brazo y un médico sentado a su lado”, contó Keizer. “Se besan, se dicen ‘gracias’ y ‘te amo’.

30 de marzo de 2024

Se fueron al mismo tiempo, tomándose de la mano: Bert Keizer, médico neerlandés de 77 años, practicó más de cien eutanasias, pero esta lo conmovió de manera especial, pues se trataba de una pareja de mujeres, a las que ayudó a morir. Monique, de 74 años, sufría demencia, y Loes, de 88, de una enfermedad muscular. Eran dependientes entre sí para vivir de manera autónoma y, tras 50 años juntas, no podían concebir la vida sin la otra.

El médico describió “la última escena”. “Ambas estaban acostadas, tomándose la mano, con intravenosa en un brazo y un médico sentado a su lado”, contó Keizer. “Se besan, se dicen ‘gracias’ y ‘te amo’. Nos miramos y les decimos: ‘Chicas, ¿están listas?’. ‘Sí, adelante’, responden”.

Eutanasia
La muerte asistida o eutanasia es una decisión completamente personal, nadie puede ser obligado a ella ni puede practicarse en contra de la voluntad de la persona. | Foto: Getty Images/iStockphoto

“Se inyecta el medicamento, un barbitúrico, y se duermen de inmediato”, agrega el médico. “Estaba nervioso pues deseábamos que perdieran el conocimiento al mismo tiempo, no queríamos que una viera a la otra muerta”, subraya. Eso ocurrió en diciembre de 2019. Monique y Loes recurrieron a una “dúo-eutanasia”, que permite a parejas morir al mismo tiempo.

“Una entraba en la demencia, la otra perdía sus piernas, decían, dos maravillosas mujeres, muy simpáticas”, prosigue Keizer, un geriatra jubilado que aún acompaña a pacientes que desean recurrir a la eutanasia. Los Países Bajos y Bélgica fueron los dos primeros países europeos que autorizaron la eutanasia, o sea, la muerte provocada a petición de un enfermo.

En los Países Bajos, este gesto médico se encuentra estrictamente enmarcado desde el 1 de abril de 2002. La ley prevé que el médico y un experto independiente determinen que en el paciente hay un sufrimiento insoportable y sin esperanza de mejoría. Debe también establecerse que la demanda de eutanasia sea reflexionada con madurez, que sea voluntaria y que no haya otra “opción realista”.

“Emocionalmente difícil”

En el caso de una “dúo-eutanasia”, esas condiciones valen para las dos personas, cuyas demandas son evaluadas separadamente por médicos diferentes. Los casos siguen siendo muy raros. “Por supuesto es singular que dos vidas paralelas reúnan todas las condiciones exactamente en el buen momento”, señala Keizer, quien ha practicado unas 140 eutanasias en su carrera, dos de ellas de parejas.

Cada año más personas recurren a la eutanasia en los Países Bajos. En 2022 fueron 8.720, un 5,1% de los decesos de ese año, según datos oficiales. La mayoría sufrían cáncer en fase terminal. Entre esas personas, había 29 parejas. Aunque sigue siendo escaso, el número de dúo-eutanasias está en alza: en 2018 eran 9 y en 2021 llegaron a 16.

Eutanasia
Para diligenciar el documento de Voluntad anticipada no tendrá que acudir ante una notaría y podrá solicitarse que se incluya dentro de la historia clínica. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En febrero, el ex primer ministro Dries Van Agt y su esposa pusieron juntos fin a sus días después de 70 años de vida común. “La manera como los esposos Van Agt murieron es un maravilloso ejemplo de morir con dignidad, conservando el control”, declaró la asociación proeutanasia NVVE.

Monique y Loes murieron juntas tras recibir la autorización de los equipos médicos que las atendían. “Fue emocionalmente difícil porque eran personas adorables, pero también determinadas”, dice Bert Keizer. Monique era consciente de su demencia, lo que es poco común. “La mayoría de las personas afectadas de demencia no se dan cuenta hasta qué punto la enfermedad es grave”, añade. Pero ella vio lo que la demencia hizo de su padre y no quería terminar como él.

Ambas, de cabellos cortos y lentes, fueron objeto de un documental televisado antes de su eutanasia. “No quiero vivir sin Monique”, decía Loes en esas imágenes. “Y yo dependo de ti”, le decía Monique.

“Partiremos entonces juntas”, concluyeron.

*Con información de AFP