EVITA: VUELVE Y JUEGA
Alan Parker retoma el proyecto de Oliver Stone de llevar al cine 'Evita', una película que han intentado hacer numerosos directores, productores y actrices.
HAY QUIENES piensan que existe algún extraño maleficio en el intento de llevar al cine la vida de Eva Perón, en la versión musical realizada hace 20 años por Andrew Lloyd Webber y Elm Rice. En los últimos 15 años una docena de compañías productoras, afamados directores y una larga lista de actrices y actores han visto fracasar el proyecto. Ahora se anuncia que el director británico Alan Parker está negociando con la productora Cinergi para reemplazar a Oliver Stone en llevar Evita al cine.
Una empresa que muchos han intentado y en la que todos han fracasado. Evita tiene tras de sí el karma de ser la única película en el mundo que se ha vuelto famosa por que nunca se ha hecho. Y lo cierto es que si algún día es filmada -lo cual muchos dudan-, su trama no será tan rica en intrigas y desplantes como lo es la historia que hay detrás de su realización o, mejor, de su no realización. ¿Qué es lo que ha hecho tan difícil hacer una película sobre la historia de esa joven rubia que halló la manera de casarse con el hombre fuerte de Argentina y se convirtió en su más grande carta política?
Los primeros intentos de llevar Evita al cine surgieron en 1979, cuando el musical -que había sido un éxito en Londres- se estrenó en Broadway. Pero sólo dos años después del debut en Nueva York el presidente de la Paramount, Barry Diller, adquirió los derechos y anunció que el coproductor del musical, Robert Stigwood, sería también el productor de la película. El presupuesto se estimó en 15 millones de dólares y se dijo que estaría lista para finales de 1981.
Patti LuPone, la estrella del musical, fue la elegida para el papel en la película; sin embargo perdió la oportunidad al rehusarse a hacer una prueba de actuación. Se empezó a rumorar que las candidatas para interpretar a Evita en el cine serían Barbra Streisand o Meryl Streep; no obstante, sus agentes se apresuraron a manifestar que no contaran con ellas. Stigwood eligió entonces a Elaine Page, la estrella de la obra en Londres. Pero el director, Ken Russell, ya tenía una actriz en mente: Liza Minelli, quien hizo una audición con una peluca rubia; sin embargo, poco después, Russell y Liza fueron borrados del proyecto.
El abanico de candidatos volvió a abrirse en 1981. Para dirigirla fueron nominados desde sir Richard Attenborough hasta Francis Ford Coppola. El nombre que parecía más seguro era el de Franco Zefirelli, y el de la protagonista era Diane Keaton. Pero los planes se cambiaron. Los rumores señalaban que se pensaba hacer una película al estilo de Grease, con John Travolta en el papel del Che Guevara, Olivia Newton-John en el de Eva Perón y Elton John como Juan Perón. El proyecto quedó en el aire y los rumores iban y venían.
A mediados de los 80 quedó en claro que la opcionada al papel de Evita era Madonna, quien se mostró entusiasmada en la entrevista con Stigwood, pero exigió que se volviera a escribir la música de la película y eso enfrió los ánimos. En 1985 Sitgwood sostuvo una charla informal con Cyndi Lauper y le ofreció el papel. Aunque la cantante pareció interesada, decidió poco después que no quería hacer su debut en el cine como Eva Perón.
Dos años después, en 1987, apareció Oliver Stone. Para entonces la Paramount le vendió los derechos a Weintraub Entertainment Group, que le estableció un presupuesto de 12 millones de dólares. El realizador tomó un vuelo a la Argentina y se entusiasmó con hacer un musical al estilo de los de Vicente Minelli en los años 50. Pero con 12 millones no se cubrían ni siquiera los gastos de la escena No llores por mí Argentina. El presupuesto se aumentó a 16 millones.
Madonna aún era la elegida. Pero bastó una reunión de 15 minutos con Stone para que su nombre fuera borrado. La animadversión entre el director y la cantante era mutua. Entonces Merryl Streep volvió a encabezar la lista. La meta era entregar la película a finales de 1989. No obstante, cuando estaban listos para empezar a rodar lo que era una película de 29 millones de dólares, los productores tuvieron que detener el proyecto debido a la situación política que atravesaba Argentina. Luego, WEG se metió en líos financieros. Después la Streep quería más plata por su trabajo y, finalmente, se retiró del papel tras aducir exceso de trabajo. Hay quienes dicen que la voz no le dio.
En 1991 Stigwood convenció a Disney de hacer una Evita en la que supuestamente actuaría Madonna pero sería dirigida por Glen Gordon Caron. Pero la compañía productora se echó para atrás cuando el presuuesto subió de 25 a 30 millones de dólares. Dos años después reapareció Stone y habló con Disney sobre una producción de 18 meses y un presupuesto de 40 millones de dólares. Gloria Estefan fue mencionada para el papel de Evita y Jeremy Irons sonó para el de Perón. El guión de Stone, como el del musical, no tiene diálogos hablados. Era un proyecto arriesgado para un presupuesto tan alto.
Al iniciarse 1994 ya se habla de una versión de 50 millones de dólares, protagonizada por Michelle Pfeiffer y con Antonio Banderas como el Che Guevara y Raúl Julia como Juan Perón. Stone visitó nuevamente Argentina y almorzó con el presidente Carlos Menen, quien se mostró complacido con el proyecto. Todo estaba listo. A la semana siguiente Menen le negó el permiso de usar la fuerza militar y el famoso balcón residencial del palacio, aduciendo que desconocía que la cinta se iba a basar en el musical de Broadway, el cual, a juicio de los peronistas, desmejoraba la imagen de la ex primera dama "porque la pinta como una mujer con ansias de poder". Stone renunció.
Ahora Parker decide volver a intentarlo. Michelle Pfeiffer y Antonio Banderas todavía están interesados. Pero la muerte de Raúl Julia obligará a una nueva selección de actores para el papel de Perón. Disney Hollywood Pictures y Cinergi no se han dado por vencidas, pero muchos dudan de que esta película se realice algún día.