ESCÁNDALO
“Durante todo el tiempo le dije que no quería nada de eso”, el desgarrador testimonio de otra víctima de Harvey Weinstein
El juicio contra el famoso productor de Hollywood sigue su curso en Manhattan. Este lunes, la exasistente de producción Mimi Haleyi, una de las mujeres que lo acusan, contó cómo él la agredió sexualmente en julio de 2006.
Mientras en Hollywood y en gran parte de Estados Unidos aún lloran al basquetbolista Kobe Bryant, muerto junto a su hija Gigi, de 13 años, en un trágico accidente de helicóptero este domingo, en las cortes de Manhattan el trabajo no se detiene. Decenas de personas acudieron hoy para atestiguar otro día más del juicio al famoso productor de cine Harvey Weinstein, acusado de violar a dos mujeres en 2006 y 2013.
Como ha sido costumbre desde que comenzó el proceso, el hombre (que en alguna época fue el más fuerte de Hollywood), a quien más de 80 mujeres han acusado de acosarlas, presionarlas con mejores trabajos a cambio de sexo o de violarlas, llegó al edificio en caminador y mostrando un aspecto lamentable, junto a su equipo de abogados.
Pero esta vez entre los asistentes también estaba una de sus víctimas directas: la exasistente de producción Mimi Haleyi, quien lo acusa de violarla en julio de 2006. Uno de los dos casos por los que, si es hallado culpable, Weinstein podría terminar pagando una cadena perpetua.
El testimonio de Mimi Haleyi
Llenándose de valor, y dispuesta a enfrentar las insidiosas preguntas del equipo que defiende al productor de cine, Haleyi, de 42 años, subió al estrado para contar, de primera mano, la horrenda noche que vivió hace 14 años, cuando pasó a saludar a Weinstein, su entonces jefe, a su apartamento de Soho, en Nueva York.
Dijo que para esa época era muy amiga del productor y que siempre lo vio como un hombre afable, pero explicó que ese día, mientras estaban sentados en un sofá, él se transformó sin ninguna señal previa y decidió abalanzarse sobre ella.
“Me abrazó y empezó a manosearme”, dijo, luego de explicar que fue como un tire y afloje, en el que él intentaba acercarse y ella alejarlo. Desesperada, se levantó y trató de caminar hacia atrás, pero él la empujaba con su cuerpo y terminó metiéndola a la habitación de sus hijos, donde había dibujos pegados a la pared.
"Durante todo ese tiempo le dije que no quería nada de eso", afirmó entre lágrimas Haleyi. Sin embargo, Weinstein se hizo el sordo y la empujó a la cama. "Cada vez que intentaba levantarme, me volvía a empujar -explicó la exasistente de producción-. Así que seguí tratando de decirle que no, que no hiciera eso. Incluso le dije que tenía la regla, que tenía un tampón ahí".
Pero eso no detuvo a Weinstein, quien le sacó el tampón a la fuerza y empezó a practicarle sexo oral contra su voluntad. Como el productor pesaba 130 kilográmos, tres veces más que ella, decidió que lo mejor era no hacer nada: "Intentaba escaparme, pero me di cuenta de que no servía para nada, así que cerré mi alma", explicó.
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Tiempo después el drama continuó, pues consciente del poder que el hombre ejercía en Hollywood y en la industria del cine, Haleyi decidió callarse, pues en ese entonces trabajaba en Nueva York, pero no tenía visa de trabajo por lo que corría el riesgo de ser deportada de Estados Unidos. "Me dije que ir a la policía no era una opción para mí", contó.
Una defensa polémica
Según dijo Haleyi, su relación laboral con Weinstein había comenzado en 2004, cuando lo conoció en la premiere de El aviador. Y siempre lo vio como un hombre muy dual: podía ser encantador y amable, y luego lanzar comentarios inapropiados o sexuales: “alguna vez habló de mis piernas y luego me pidió que le hiciera un masaje”. Incluso la habría invitado a París y le habría insinuado que entrara a su apartamento.
Aún así, ella siguió trabajando con él y llegó a aceptarle una invitación a Los Ángeles para asistir al lanzamiento de una película, un hecho en el que la defensa de Weinstein hizo énfasis. Ella, sin embargo explicó que esa vez dijo que sí porque “iba a viajar y a quedarse sola en el hotel, y una de sus amigas en California estaba a punto de dar a luz a un niño”.
Y es que, como ha sido costumbre a lo largo del juicio, los abogados de Weinstein intentaron por todos los medios desacreditar el testimonio de la víctima, mostrando supuestas pruebas de que la relación sexual fue consensuada y de que después del episodio ambos siguieron siendo amigos.
Según explicaron, ambos tuvieron una relación consensuada y él incluso le daba tiquetes para ir a Londres o a eventos de películas. Damon Cheronis, uno de los abogados de la defensa, incluso mostró al jurado un correo electrónico entre los dos enviado dos años después del incidente, en el que Haleyi firma “con mucho amor”.
La misma estrategia habían utilizado la semana pasada, cuando la actriz de Los Soprano Annabella Sciorra dio testimonio sobre cómo Weinstein la había violado en el invierno de 1993-1994.
Sin embargo, la fiscalía llevó a Barbara Liv, una psiquiatra forense, quien se encargó de desestimar varios de los mitos sobre las violaciones que la defensa de Weinstein ha dejado caer durante el juicio. Ella explicó, por ejemplo, que era completamente normal que las víctimas de agresión sexual siguieran en contacto con su atacante durante años tras el incidente, y que eso podía ser a través de mensajes de texto o en una relación continua.
También dijo que no siempre las víctimas se resisten a sus atacantes, y que eso no significa que la relación sea consensuada. Incluso, explicó que estas muchas veces guardan silencio porque poseen cierto afecto por el agresor o por miedo a que el atacante arruine su carrera y otras relaciones.
Hasta ahora dos mujeres han dado testimonio contra Weinstein, pero se espera que otras cuatro haben en los próximos días. Luego de escuchar los testimonios, el jurado, conformado por siete hombres y cinco mujeres, tendrán que decir si lo declaran culpable o inocente de cinco cargos, incluyendo violación y agresión de un depredador sexual.
Muchos consideran su caso, uno de los más importantes para el movimiento MeToo. No solo porque fue el primero que salió a la luz, sino porque encarna lo peor de la industria del cine, pues en una época Weinstein tuvo tanto poder, que decidía qué proyectos iban y que no, y qué películas podían pelear por el Óscar. De hecho, estuvo detrás de éxitos como Pulp Fiction (1994) y Shakespeare enamorado (1999).
Detrás del hombre exitoso, sin embargo, había un depredador sexual. En efecto, más de 80 mujeres, incluyendo actrices consagradas como Salma Hayek y Angelina Jolie, lo han denunciado por acoso, agresión sexual o violación desde que estalló el escándalo en 2017.
Si es hallado culpable, sería el primer triunfo concreto del movimiento de mujeres en contra del abuso sexual en la industria del cine. En caso contrario, sería un duro golpe para el movimiento.