GENTE
James Rodríguez habla acerca de las restricciones que tienen los jugadores a la hora de tener relaciones sexuales
El jugador mencionó que las restricciones cambian dependiendo del club.
La directora de SEMANA, Vicky Dávila, sostuvo una conversación con el jugador de fútbol profesional colombiano James Rodríguez, en donde tocaron temas personales e íntimos acerca de la vida del cucuteño, quien está próximo a cumplir 32 años.
En medio de la entrevista, la directora de esta casa periodística le preguntó al futbolista si es verdad que previo a los partidos los jugadores no pueden sostener relaciones sexuales. James mencionó que eso no es cierto y que eso no influye de ninguna manera en el desempeño del jugador.
“A mí no me afecta”, risas de James. “Dicen que un día o dos días antes (del partido) no, pero a mí no me afecta en nada. Hay otros jugadores que sí les afecta, a mí no”. La periodista le indaga a James si les prohíben o no dicha práctica y es cuando el 10 de la selección Colombia contesta. “Hay clubes que sí (prohíben), pero donde yo he estado nunca lo han prohibido”.
Vicky le preguntó a James cómo se manejaba el tema en el Real Madrid. “El Real Madrid es muy tranquilo. Cada uno puede hacer lo que quiera, salir a tomar lo que quiera. No te controlan mucho esas cosas. Eso es más aquí en Colombia”.
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También le indagó si en los clubes colombianos prohibían la practica, a lo que él contestó. “Se controla, pero no sé”. Y agregó: “Dicen que porque te cansas más, que no sé qué (...) porque pierde la energía, pero a mí me relaja más (…) (Risas)”.
Lea la entrevista completa aquí
VICKY DÁVILA (V. D.): ¿Cuál es la diferencia entre el James de 2014, que nos volvió locos, y el de hoy?
James Rodríguez (J. R.): No mucho. Ya son nueve años de diferencia. Siempre aprendes cada día cosas nuevas, en el trabajo y la vida diaria, y, como todas las personas, un poco más maduro, más consciente, no solo en mi vida profesional, sino en mi vida personal.
V. D.: Cierre los ojos.
J. R.: ¿Ahora?
V. D.: Sí, ciérrelos, ciérrelos y piense cómo fue ese día que llegó al Real Madrid. ¿Qué sentía?
J. R.: Fue algo lindo. Yo ya sabía desde el Mundial que me quería el Real Madrid. Desde el segundo partido ya sabía que iba al Madrid. Me acuerdo de que mi empresario me decía: “Tranquilo, tranquilo”, porque pensaba que eso me iba a jugar un poco en contra, que iba a jugar mal, pero al contrario, me dio mucha más fuerza para jugar.
V. D.: Cuando usted llega al estadio Santiago Bernabéu y la gente empieza a gritar “James” y nosotros acá felices.
J. R.: Para mí fue un día superespecial entrar al Bernabéu, tanta gente, creo que 60.000 personas, en mi presentación.
V. D.: ¿Pero un jugador se aculilla ante esa escena?
J. R.: Todo pasa muy rápido, como en cámara rápida. Cuando te das cuenta, estás un poco más tranquilo, pero en esos momentos lo he disfrutado mucho. Ahora que estoy un poco mayor para el fútbol, trato de disfrutar las cosas.
V. D.: ¿Cuántos años tiene ya?
J. R.: Cumplo 32 ahora en julio.
V. D.: Es un niño.
J. R.: Sí, pero para el fútbol…
V. D.: Ya es grande, ya es maduro…
J. R.: Sí, para el fútbol ya se tiene más experiencia. Eso es bueno.
V. D.: James, ¿en su carrera futbolística es muy duro lidiar con la prensa?
J. R.: Sí, porque eres foco, cuando las cosas van muy bien y en tu carrera eres bueno. Sí es verdad que es difícil lidiar con esas cosas, pero siempre he tenido la mentalidad fuerte. Entonces, cuando hablan mal, yo lo cojo a favor para hacer las cosas bien.
V. D.: ¿No le da piedra?
J. R.: No. Lo que hablen afuera no me importa, no me preocupa nada.
V. D.: ¿Qué es lo más loco que han dicho de usted? (risas).
J. R.: Muchas, como por ejemplo que no me cuido, que no entreno bien. La gente que está a mi lado sabe cómo me cuido, me entreno, que vivo para lo que hago, que todo lo hago al ciento por ciento. Sí molesta un poco, pero al final mi conciencia está tranquila. La gente que está a mi lado sabe cómo me comporto, cómo actúo y cómo vivo para la profesión.
V. D.: ¿Cómo es ser un deportista de alto rendimiento y tener que lidiar con el mundo, las mujeres, la rumba y el traguito?
J. R.: Cuando salgo a una cena, me puedo tomar un vino, un whisky, pero tampoco me voy a tomar diez vinos. Soy una persona que toma las cosas con responsabilidad.
V. D.: ¿Nunca se emborracha?
J. R.: No, nunca. Le puedes preguntar a la gente que está conmigo. Nunca me ha visto borracho. Soy una persona joven, salgo con responsabilidad cuando puedo salir. No salgo un día antes de un partido, en vacaciones salgo, disfruto la vida a mi manera.
V. D.: ¿Le gusta la música?
J. R.: Sí, la salsa, el reguetón, el vallenato…
V. D.: ¿Y le gusta bailar?
J. R.: Sí, también.
V. D.: Pero, pensándolo bien, no me contestó lo de las mujeres (risas).
J. R.: (Risas) Ahora estoy solo. Pero es verdad que tengo amigas, soy una persona muy social, no solo con las mujeres, sino con todo el mundo.
V. D.: ¿Le coquetean mucho?
J. R.: Sí, un poquito (risas).
V. D.: (Risas) ¿Enamora por lo que usted es o porque es una estrella en el fútbol?
J. R.: Me dicen: “Hey, tú pareces de otra manera”. Entonces eso es bueno, porque los que me conocen saben cómo soy y lo que dicen afuera es mentira. Lo que se dice afuera, te insisto, no me importa nada.
V. D.: ¿Cómo es usted?
J. R.: ¿Yo?
V. D.: Sí.
J. R.: Una persona tranquila, humilde, con sentido del humor muy bueno, que hace reír a las personas, aunque parezca serio. Me considero una persona superbacana.
V. D.: Usted dice que está solo, pero por ahí hay una foto de una niña divina que anda con usted. ¿Cómo se llama?
J. R.: A mí me han puesto chisme por todo lado…
V. D.: Aleska Genésis se llama.
V. D.: ¿Nada? ¿Solo amiga? ¿Con derechos o sin derechos?
J. R.: Somos amigos hace algún tiempo ya, a mí me han puesto novia cada 20 días.
V. D.: ¿Pero con derechos o sin derechos? (risas).
J. R.: (Risas) Aquí me está comprometiendo. No, somos amigos.
V. D.: ¿Le gustaba más cuando estaba casado o ahora que está de nuevo soltero?
J. R.: Soy de los dos tipos. Una persona a la que le gusta estar estable también. Si tengo que tener novia, tengo; si estoy soltero, también. Entonces, hay que adaptarse a todos los cambios.
V. D.: ¿Pero extraña esa vida de casado o no?
J. R.: Sí, por qué no. Hay veces en que sí.
V. D.: ¿Qué extraña de cuando era casado?
J. R.: Estar con una familia. Poder llegar del entrenamiento y que te esté esperando tu novia, tu mujer, con tu hijo o con tu hija. Se extraña eso, pero como te dije, me adapto a todo. También disfruto estar solo y me gusta.
V. D.: Y ahora, ¿quién lo espera en la casa?
J. R.: Mi hijo, qué más que eso.
V. D.: ¿Cierto? Y su mamá.
J. R.: Sí, mi mamá, que muchas veces está conmigo. Ella vive en Madrid. Estuve en Grecia, pero cuando quería que me llevara al niño, ella iba y me lo llevaba. Una alegría muy grande. Tú, que tienes hijos, sabes, ¿no?
V. D.: Sí, claro. Imagino que su mamá, que a su vez ha sido la mamá de su hijo Samuel, es su ángel de la guarda.
V. D.: Volviendo al tema de las chicas, ¿por qué se me pone nervioso? (risas).
J. R.: Imagínate, esas cosas acá no se dicen.
V. D.: ¿Qué es lo que más le gusta de una mujer?
J. R.: Me gustan las mujeres sencillas, humildes, que no se las dan, a mí no me gusta eso. Soy una persona que le encanta hablar absolutamente de todo. Una mujer inteligente me gusta mucho también.
V. D.: No me sé la lista de las chicas, pero las he visto en fotos y todas son divinas, modelos, famosísimas…
J. R.: (Risas) Qué presión, estoy acá sudando ya.
V. D.: (Risas). Vamos a los cuentos. ¿Es cierto que cuando estaba en el Olympiacos se la pasaba en sitios de estriptis?
J. R.: Yo nunca fui a sitios así. Y si hubiera ido, ¿por qué no lo iba a decir? No tengo problema. Cualquier persona o cualquier hombre puede ir a ese tipo de sitios. No te digo que nunca he ido porque sí lo he hecho. Pero en Grecia no fui.
V. D.: O sea, ¿lo de Grecia fue paja?
J. R.: Sí. Hubo como un complot con alguna gente allá que tiene fuerza para hacer una pequeña campaña en mi contra.
V. D.: ¿Qué gente?
J. R.: Del club. Han dicho que yo iba a esos sitios y todo fue mentira.
V. D.: ¿Pero quiénes? ¿Jugadores, el técnico?
J. R.: Pues las directivas. Yo creo que han hecho eso y han hablado con gente para que sacaran eso. Pero yo a esos sitios nunca fui.
V. D.: Es extraño porque a usted le estaba yendo divinamente, ¿no?
J. R.: Sí, me estaba yendo bien, estaba haciendo una buena temporada, físicamente estaba bien también. Cuando no se dan las cosas de parte y parte, o cuando no valoran lo que has hecho durante todo el año, soy una persona bastante clara, de principios. Cuando no me valoran el trabajo que he hecho, me voy poniendo incómodo. No me estaba gustando. Al final hemos decidido acabar el contrato.
V. D.: No lo convocaron a la selección Colombia. ¿Eso le duele?
V. D.: Hay algunos expertos en fútbol que dicen que el problema es de James. ¿Eso es verdad? ¿Cuál problema? ¿Usted qué les dice a los periodistas? ¿Usted se va de los equipos porque el problema es suyo?
J. R.: Si yo hablo, sonará un poco mal. Le tienes que preguntar a las personas que me conocen, con las que he trabajado. Eso me dejaría mucho más tranquilo. Los que me conocen saben cómo soy. Para mí no ha habido ningún problema. Las cosas se dan porque son parte del fútbol. Estás en un equipo un día, luego en otro. Es parte del fútbol y hay que asumir las cosas con responsabilidad.
V. D.: ¿Cómo es la vida de un futbolista por dentro?
J. R.: Muchas veces las personas nos ven en competencia, pero no saben lo que hay atrás, no saben lo que uno hace en el día a día, lo que uno tiene que llevar a diario. Es una es una profesión dura. Es duro el día a día de un futbolista.
V. D.: ¿Por qué?
J. R.: Se tiene que cuidar, hay que entrenar, dormir temprano, trabajar más que otros.
V. D.: ¿Muchas restricciones?
V. D.: O sea, ¿usted no puede llevar la vida de una persona común y corriente?
J. R.: No, no, no…
V. D.: ¿En qué se cuida?
J. R.: En la comida. Al salir, no trasnochar mucho. Todas esas cosas que las personas normales pueden hacer, el deportista no. Se tiene que cuidar mucho en eso.
V. D.: ¿Qué come James?
J. R.: Como de todo, pero tengo a alguien que me está controlando la dieta, por ejemplo, el azúcar, los fritos, todas esas cosas para el deportista son muy malas.
V. D.: Es decir, ¿usted no se come unas empanaditas?
J. R.: Sí, ¿por qué no? Hay días en que sí puedo comer. Por ejemplo, en vacaciones sí puedo comer empanada…
V. D.: Pero en temporada no…
J. R.: Se intenta que no. Pero hay un día en que sí se puede pecar, hay un día en que sí se puede comer uno las empanadas, las hamburguesas, pero de resto toca cuidarse mucho.
V. D.: Explíqueme su dieta.
J. R.: Como pasta, carne, pollo, todo tiene que ser pesado. Hay otros jugadores que no hacen dieta, que no pesan comida, yo sí me cuido mucho.
V. D.: Y en el tema del trago, ¿no se puede sino de vez en cuando un vinito? ¿Pero en tiempo de juego no?
J. R.: En tiempo de juego también, ¿por qué no? Un vino no le hace mal a nadie. Además, es bueno para el corazón.
V. D.: Además, por estos días, usted debe tener el corazón como ‘boom, boom’ (risas).
J. R.: (Risas) También tomo coñac.
V. D.: ¿Le puedo hacer una pregunta?
J. R.: A ver…
V. D.: ¿Es cierto que, antes de jugar un partido, no pueden hacer el ‘tirititi’?
J. R.: Eso no pasa nada.
V. D.: ¿Es paja?
J. R.: A mí no me afecta en nada.
V. D.: ¿Pero está prohibido o no?
J. R.: Nos dicen que un día o dos antes no. Pero a mí no me afecta en nada. Hay jugadores que sí les afecta.
V. D.: ¿Entonces no les prohíben?
J. R.: (Risas).
V. D.: Ay, cuénteme eso por favor, ¿les prohíben?
J. R.: Hay clubes que sí, pero nunca donde yo he estado.
V. D.: ¿En el Real Madrid no prohíben el sexo antes de los partidos?
J. R.: El Real Madrid es muy tranquilo. Cada uno puede hacer lo que quiera, salir a tomar lo que quiera. No te controlan mucho esas cosas. Eso es más aquí en Colombia.
V. D.: ¿Aquí si lo prohíben?
J. R.: Se controla, pero no sé.
V. D.: ¿Y con qué argumento?
J. R.: Dicen que porque te cansas más, que no sé qué.
V. D.: ¿El jugador pierde la energía?
J. R.: Eso, porque pierde la energía, pero a mí me relaja más…
V. D.: ¿Ah sí?
J. R.: (Risas).
V. D.: (Risas) Lo usa de entrenamiento.
J. R.: Exacto, exacto (risas).
V. D.: James, hábleme de Samuel. ¿Cómo ha sido esa experiencia de tener tres años y medio a su bello hijo al lado?
V. D.: Un padre soltero.
J. R.: Padre soltero, sí. Cuando nació Samu, estaba de novio, pero después ya estuve solo y, bueno, he sido padre y madre a la vez. Mi mamá me ayuda mucho. Entonces para mí es una responsabilidad linda. Intento desde muy pequeñito recalcarle todos los valores y creo que va a ser un niño bueno.
V. D.: Debe ser muy especial poder tomar esa decisión en el sentido de “yo te quiero, hijo, conmigo”. ¿Cómo optó por ser padre soltero?
J. R.: Hay mucha gente que ve eso de muy mala manera. Pero estuve estudiando todo y estuve ahí. También hay mucha gente que lo hace, porque no puede tener hijos o por cualquier otra razón. Yo soy padre, pero estoy lejos de mi hija, así que para mí ha sido duro.
V. D.: Pero usted es un papá lindo porque lo veo a cada rato en Instragram con Salomé, su niña.
J. R.: Sí, intento ser un padre presente siempre, no solo económicamente. Por nuestra infancia, nuestros padres o algunos ejemplos cercanos, no fueron padres que estuvieron siempre ahí. Intento ser todo lo contrario, ser un padre presente con mi hija y con mi hijo también. Bueno, a mi hijo lo tengo siempre.
V. D.: Pero le preguntaba, ¿cómo fue esa decisión suya de tener a Samuel? Usted solo…
J. R.: Yo siempre estuve seguro.
V. D.: ¿Cómo se le metió esa idea a la cabeza?
J. R.: Quería estar con mi hijo. Fue algo que no hice yo solo. Hay muchas personas que lo pueden hacer y fue algo que pensé de muy buena manera. Ahora en este mundo no es fácil algo así y más cuando tienes un niño solo. Quizás en unos años hay que hablarle de eso a Samu, pero no tengo ningún problema. Estamos abiertos, al niño no le hace falta nada, tiene cariño, tiene el amor de toda mi familia.
V. D.: Pero además le va poder contar una historia del profundo amor que lo llevó a usted a luchar porque él existiera, gracias a Dios.
J. R.: Sí, aparte del cariño, tiene el amor de toda la familia y de mis amigos. Es un niño muy, pero muy lindo.
V. D.: Me dijo que, cuando Samuel venía en camino, usted tenía una novia. ¿Cómo hizo para decirle “voy a tener un hijo sin usted”?
J. R.: Se lo dije y ella estaba…
V. D.: ¿Tranquila?
J. R.: Un poco, sí.
V. D.: ¿Solo un poco?
J. R.: Un poco, sí.
V. D.: Esa fue una decisión unilateral. Era su hijo.
J. R.: Sí, era mío. Era solo mío.
V. D.: No le estaba pidiendo “quiero tener un hijo con usted”, sino quiero tener a mi hijo.
J. R.: Sí, fue una decisión mía. Ciento por ciento. Y bueno, creo que ella en su momento sí lo entendió de muy buena manera. Fue muy madura.
V. D.: Y usted audaz.
J. R.: A las mujeres hay que hablarles claro a veces, ¿no?
V. D.: Cierto. En ese momento usted también se había separado y Salomé se fue a vivir con la mamá. Samuel llegó para que nunca se vaya, para que siempre esté con usted.
J. R.: Sí, es una compañía que me está dando ahora, es mi compañero. Yo digo que es el parcero mío.
V. D.: ¿Ya Samuel juega fútbol o no?
J. R.: No. Todavía no le está gustando mucho el fútbol. Coge un balón y como que lo coge con la mano.
V. D.: No con el pie…
J. R.: Yo creo que va a jugar al básquet.
V. D.: ¿Y le han dicho que se ríe igualito a usted? ¿Que tiene como la boquita parecida a la suya?
J. R.: Sí, es igual. Todo el mundo me dice.
V. D.: ¿Ha comparado las fotos suyas de chiquito con las de Samuel?
J. R.: Sí, se parece mucho. Mi mamá me dice que está devolviendo el tiempo.
V. D.: Está criando, otra vez, a otro ‘Jamesito’.
J. R.: Sí, porque se parece mucho.
V. D.: No sé si quiera contarme. Y me cuenta tranquilo si no quiere. ¿Cómo funciona esa forma de tener un hijo como usted lo hizo?
J. R.: Bueno, esas son cosas muy personales.
V. D.: ¿Usted las va a guardar para contarle a Samuel?
J. R.: Exactamente. Yo sí prefiero decirle a él personalmente cuando ya crezca un poco más.
V. D.: ¿Sabe por qué se lo pregunto? Porque puede haber muchos papás interesados en esta historia y quieren saber si eso es posible, si vale mucho, en fin.
J. R.: Hay muchas parejas que no pueden tener hijos y recurren a este tipo de sistema. Entonces creo que, si ven a fondo todo, no va a ser duro para ellos. Y van a estar tranquilos.
V. D.: En el caso suyo, Samuel tiene una mamá maravillosa que es su mamá James.
J. R.: Sí, la abuela. Está siempre con él. Es increíble. No solo con los dos niños míos, sino con los de mi hermanita también. Así que es una bendición tenerla.
V. D.: Pasemos a otro tema. No se vuelva a pintar el pelo de colores raros. Usted se ve lindo es así.
J. R.: Está bien, está bien.
V. D.: Cuando se pintó de mono, no me gustó.
J. R.: No solo me puse rubio, también rosa…
V. D.: ¿Pero le gustan esos colorinches en el pelo?
J. R.: Sí, me gustan. A veces lo hago cuando estoy de vacaciones o en los días libres.
V. D.: Por fregar, me imagino, pero se ve más bonito así.
J. R.: Lo tendré en cuenta.
V. D.: Sí, por favor. Aquí le estoy hablando en nombre de su inmenso club de fans. James, miremos lo que ha sido su vida. ¿De qué lo salvó el fútbol?
J. R.: Siempre fui una persona a la que no le gustó mucho salir. Sí tenía amigos que eran como de la calle, pero me hablaban mucho para que no me metiera por ese camino. Siempre la tuve muy clara. ¿De qué me salvó el fútbol? De nada, porque nunca tuve vicios de absolutamente nada. Siempre fui una persona demasiado tranquila.
V. D.: ¿Algún día le ofrecieron drogas?
J. R.: No, nunca.
V. D.: Y en este mundo del fútbol, que es pesado, ¿nunca le han ofrecido drogas?
J. R.: ¿Ofrecido drogas? No, nunca.
V. D.: ¿Las ha visto en el mundo del fútbol?
J. R.: En el mundo del fútbol no, pero quizás en el mundo de afuera sí, claro. Es lo más normal.
V. D.: En una rumba, por ejemplo…
J. R.: Claro, es lo más normal, pero en el mundo del fútbol no.
V. D.: ¿Por qué dice que es lo más normal?
J. R.: Afuera sí. Ahora hay muchas personas con muchos vicios. Como hay redes, se sabe mucho más rápido todo.
V. D.: ¿Cuál es su actitud frente a las drogas?
J. R.: Al fin y al cabo, uno coge el camino que quiere, el que más le parezca. A mí no me gusta cuando estoy en una fiesta y tengo gente al lado que está haciendo cosas. Prefiero irme. Entonces no me gusta mucho. Nunca fui de eso.
V. D.: ¿Le fastidia tener a alguien consumiendo drogas al lado?
J. R.: Sí, pero lo respeto mucho. O sea, cada uno hace lo que quiere con su vida, pero si hay gente al lado que está haciendo cosas de esas, no me gusta.
V. D.: Veo que en eso es chapado a la antigua.
J. R.: Exactamente.
V. D.: ¿La droga es mala o no?
J. R.: Para mí sí es mala. Al final le hace cosas malas al cuerpo y a la salud también. Para mí es mala, sí.
V. D.: Y la mente también se perturba.
J. R.: La mente también. No hay nada como estar sobrio y tranquilo.
V. D.: Ahora hay una onda que es muy tenaz para los pelados, y es que no les inculcan que las drogas son malas. Es un riesgo, la droga puede dañar la vida de la gente.
J. R.: Sí, es verdad. Aparte, el tema de redes hace que los muchachos quieran todo y más rápido. Eso también es malo. Nosotros fuimos criados con nuestros padres, con nuestros abuelos y siempre todo como muy recto. Al final, las redes son como todo mentira, ¿sabes?
V. D.: Le confieso que a mí también me gusta el reguetón. En eso me declaro pecadora, pero la verdad es que cuando uno analiza esas letras, son tenaces para un peladito de 15 años, sinceramente. ¿No cree?
J. R.: Hay letras que son buenas también. Hay otras que son fuertes. Hay también reguetón bueno que se puede escuchar de buena manera, pero sí es verdad que hay letras un poco fuertes.
V. D.: ¿Cómo se hace con un papá para explicarle a un peladito de 15 años que el sexo no es así, como dicen algunas canciones de reguetón?
J. R.: Lo que pasa es que los niños deben tener bases. Los padres tienen que hablarles mucho, qué es bueno y qué es malo. Al final, uno es el que cría a los hijos. Entonces hay que explicarles todas esas cosas.
V. D.: ¿Usted tiene esas conversaciones con su hija o todavía está muy chiquita?
J. R.: Tiene 10 años, pero creo que dentro de poco tiempo toca explicarle todo eso, sí.
V. D.: ¿Cómo se imagina usted esa conversación con Salomé?
J. R.: Uno como hombre tiene que alertarla de cómo son los hombres. Explicarle qué es bueno y qué es malo, porque al final son personas jóvenes que van a pasar lo que uno pasó también y solo tienen que tener claro qué es bueno y qué es malo. Ahí ella decidirá por qué camino va.
V. D.: Usted era un muchacho común y corriente con sueños y un talento inmenso. Para usted, ¿qué es el dinero?
J. R.: Es algo que he conseguido con mucho trabajo y mucho esfuerzo. Desde muy niño soñé con ser jugador de fútbol y no pensé nunca, cuando era niño, que quería tener plata, sino que quería jugar. Entonces todo llegó como por añadidura. Si haces las cosas bien en tu trabajo, todo se va dando…
V. D.: Llega la plata.
J. R.: Exactamente. Sí es verdad que el dinero te ayuda a estar un poco más tranquilo, pero cuanto más tienes, hay muchos más líos y tienes que pagar cosas. Entonces es duro.
V. D.: ¿Y es juicioso con todo lo tributario?
J. R.: Tributariamente, siempre cumplo con absolutamente todo. Yo tengo gente que me gestiona, pero estoy encima, me gusta estar al tanto.
V. D.: ¿Qué ha significado poder llegar a tener tanto dinero?
J. R.: Quise ser siempre feliz jugando al fútbol y al final todo se dio. Entonces, mientras mejor me iba, más iba consiguiendo cosas.
V. D.: ¿Cómo impacta la vida poder comprar casi todo lo que uno quiere?
J. R.: Si no lo sabes gestionar, te puede impactar de manera muy negativa, pero al final siempre he tenido cabeza y gente al lado que me ha ayudado. He sido inteligente siempre. Estoy por un lado invirtiendo, ayudando a personas y entonces creo que he ido por un buen camino siempre.
V. D.: Eso le iba a preguntar. Estamos en Dos Molinos, un café espectacular que usted tiene en Medellín ¿Está preparándose para cuando se vaya del fútbol?
J. R.: Sí, exactamente. No es solo con los cafés, estamos en otros temas. Aprendiendo mucho de todo. Así que es verdad que, ya cuando acabe el fútbol, y ahora que he tenido tanto tiempo libre, he estado ocupado visitando los negocios, en los restaurantes y por lo menos ya no tengo tanto tiempo libre como cuando tenía 23 años, que estaba de vacaciones y estaba en casa. Ya puedo decir que si acabo el fútbol ahora, tengo cosas que hacer. Entonces es mucho más tranquilo todo.
V. D.: No le va a pasar como a tantas glorias del fútbol en Colombia que murieron en la miseria o que están en la pobreza.
J. R.: Quiero ser un ejemplo para los jugadores jóvenes que están empezando. Creo que toda mi generación ha sido muy inteligente. Igual que Falcao. Tenemos nuestras cosas empresariales.
V. D.: ¿Qué tiene de arrogante?
J. R.: ¿Yo? No, nada. Al final, lo que pasa es que quizás mucha gente me ve cuando juego al fútbol y que no soy tan buena gente porque quiero ganar cuando compito.
V. D.: Cuando compite es fuerte…
J. R.: Quiero ganar, y cuando quieres ganar no puedes ser nice. Entonces cuando me ven ahí, como te dije antes, cuando me ven hablando, cuando comparten un poco conmigo, se quedan sorprendidos.
V. D.: Claro, porque usted es cálido…
J. R.: Me dicen: “Yo pensé que usted era de otra manera. Es cálido y tal”.
V. D.: Cuando le hablo de arrogante también tengo que preguntarle por su restaurante Arrogante.
J. R.: Fue una casualidad porque ese nombre ya estaba antes con el grupo que estoy ahora. Ellos ya tienen varios puntos y justamente se dio el nombre y como que salió perfecto.
V. D.: ¿Qué les dice a los que han criticado los precios de su restaurante y dicen que es muy caro?
J. R.: Pues tienen que ir para que vean si es o no caro, si es bueno o no. He escuchado muy buenos comentarios. También dijeron que los precios del café estaban caros. En otro café te cobran caro también y es malo.
V. D.: Sí, pero la gente siempre tiene que decir algo.
J. R.: Siempre, y más cuando es mío. Siempre se van por un lado que no es. Es lo más normal.
V. D.: James, ¿le tienen envidia?
J. R.: No sé, no creo que sea envidia.
V. D.: Hay gente que lo adora.
J. R.: Pregúntales a ellos a ver. Hay mucha gente que se está mordiendo el codo viendo esta entrevista.
V. D.: De rabia, ‘envidiositos’. Pero también lo quieren mucho.
J. R.: Sí, veo mucha gente cuando salgo. Mucha gente que me da cariño, niños, niñas, jóvenes, personas mayores. Eso quiere decir que uno ha hecho las cosas de muy buena manera.
V. D.: No me perdonan si no le pregunto cosas del fútbol.
J. R.: Hágale.
V. D.: ¿No haber ido al mundial fue un garrotazo muy duro?
J. R.: Sí, para todos.
V. D.: Se deprimió, se entristeció…
J. R.: Fue triste porque queríamos ir a otro mundial. Esta generación se lo merecía. Para esta generación tan buena no ir a una copa del mundo fue duro. Pero bueno, queda otro y ojalá podamos ir.
V. D.: ¿Pero qué fue lo que pasó?
J. R.: No fue culpa nuestra, ni del cuerpo técnico. Esto es como en conjunto. No jugamos bien, estuvimos en siete partidos sin hacer goles, eso es mucho para unas eliminatorias. Cuando quieres ir a un mundial, tienes que meter goles. Eso fue algo que tuvimos que asumir con responsabilidad. Pero el fútbol da muchas revanchas. Esperemos que para 2026 podamos estar.
V. D.: ¿Qué hay de la versión sobre un complot de jugadores de la selección Colombia para sacar al técnico Queiroz en ese momento?
V. D.: ¿Eso fue una fábula?
J. R.: Sí, una fábula. ¿Para qué vamos a querer que un técnico salga, si queremos ganar? Entonces, ¿vamos a querer perder para que un entrenador salga? Yo soy una persona ganadora.
V. D.: ¿Cambiar tanto de técnico no afecta el proceso de la Selección? Me van a matar a los que no quieren a Pékerman. Yo lo adoro como hincha. ¿Él no llevaba bien al equipo?
J. R.: Pékerman conocía el proceso, estaba desde 2011. Conocía a los jugadores jóvenes, a los mayores. Al final, aunque dicen que los jugadores cambiamos técnicos, para mí todo es mentira. Es la Federación la que hace los cambios.
V. D.: ¿Fue un error que sacaran a Pékerman?
J. R.: Para mí, sí.
V. D.: ¿Por qué?
J. R.: Como dije antes, él conocía nuestro proceso.
V. D.: Los consentía y los apretaba…
J. R.: También. Cuando tenía que ser fuerte era fuerte. Tenía mucha personalidad. Dejarlo ir fue un error que se cometió. Pero bueno, al final hay que asumir la responsabilidad.
V. D.: También se dijo que hubo hasta una pelea de jugadores en el camerino en ese momento. ¿Es cierto?
J. R.: Todo es mentira.
V. D.: ¿Y ahora qué?
J. R.: El técnico que hay es bueno. Estuvo con Pékerman, sabe el trabajo, conoce a los jugadores y creo que nos va a ir bien con él.
V. D.: Hablemos de los técnicos internacionales que le han tocado, por ejemplo, Zinedine Zidane. ¿Maluco?
J. R.: No, no, no.
V. D.: Ese no era chévere con usted…
J. R.: Mucha gente dice que yo no jugaba con él, pero sí jugué. En mi tercer año, jugué toda la Liga, casi toda la Champions League, menos al final. Tampoco es que yo me llevara mal con él.
V. D.: ¿No?
J. R.: No.
V. D.: O sea, ¿eso también es una mentira?
J. R.: Sí, era más mito. Era más cuando no me ponía que aquí en Colombia decían “hey, ponlo”. Se hizo esa bola de nieve y al final se creó esa fama, pero no.
V. D.: ¿Usted y Zidane hablaban de lo que decían sobre los dos, que se llevaban mal?
J. R.: No, nunca. En la Selección tampoco se habla de esas cosas. Además, no veo prensa, sé por lo que me dicen, no leo nada de eso. Del trabajo nuestro no vamos a estar comentando “hey, ¿viste lo que dijo tal persona?, ¿viste lo que dijo la prensa?”. Si alguien me habla del tema, le digo “no importa nada, no me hables de eso”.
V. D.: Y ya…
J. R.: Y ya…
V. D.: O sea que usted es bravito.
J. R.: Un poco, sí. Un poquito.
V. D.: ¿Qué le saca la piedra a James?
J. R.: Por ejemplo, en mi trabajo, quiero entrar siempre bien. Cuando no salen las cosas, me frustro un poco. Pero es parte de mi personalidad en mi oficio.
V. D.: ¿Le choca que no lo pongan a jugar?
J. R.: ¿A quién no? Todos los jugadores quieren jugar. Solo que como soy el foco, entonces siempre…
V. D.: Siempre lo están mirando…
J. R.: Exactamente…
V. D.: ¿Hay otros técnicos que sí le han amargado la vida? Es que aquí se habla de muchas historias.
J. R.: ¿De puro drama o qué?
V. D.: Sí, como un novelón, que este le hizo, que se portaban mal con usted, que no lo ponían a jugar, en fin.
J. R.: Benítez, con ese sí me fue muy mal.
V. D.: Ese lo trataba mal en el Real y le llegó después al Everton.
J. R.: Sí, ese, Benítez. Con él sí fue maluco. Desde el primer día me dijo que no iba a contar conmigo. Me dijo “vete”. Pero, bueno, es mejor que la gente sea clara con uno.
V. D.: ¿Y le dijo “vete”? ¿Así no más? ¿Usted qué le respondió?
J. R.: Está bien. No le iba a decir nada más, absolutamente nada, fui muy respetuoso con él. Le dije “bueno, no pasa nada, ojalá que te vaya bien”, y no le fue bien.
V. D.: Y usted se frotó las manos…
J. R.: No. En el fútbol usted no le desea el mal a nadie. Tampoco en otras cosas de la vida.
V. D.: ¿Pero por qué usted le cayó mal a ese hombre? ¿A cuento de qué?
J. R.: En el Real Madrid hubo una vez que me cambió, estábamos jugando en el Bernabéu y yo había hecho gol. Con el cambio, hice gestos y a la gente tampoco le gustó que me sacara y lo chiflaron a él. Entonces, desde ahí, fue como “hiciste que me silbaran…”, y ya.
V. D.: Lo cogió entre ojos…
J. R.: Fue desde ahí. Pero, al final, cuando él estuvo en el Real Madrid siempre jugué. Después hubo ese choque y ya está. Cuando llegó al Everton, pasó lo que pasó.
V. D.: Dígame la verdad. Cuando usted supo que Benítez iba para el Everton pensó: ¿hasta aquí llegué?
J. R.: Sí, claro.
V. D.: No lo cogió por sorpresa
J. R.: No, eso estaba claro. Yo ya estaba preparado y listo para lo que él quería.
V. D.: ¿Y Ancelotti?
J. R.: Él es como un padre. Al final potencia jugadores. Tácticamente no es un genio, pero sabe gestionar grupos y esa es la diferencia.
V. D.: ¿Y todavía se habla con él?
J. R.: Últimamente no, pero antes sí, mucho.
V. D.: ¿Uno podría decir que él sí lo quería y usted a él?
J. R.: Sí.
V. D.: Como Pékerman, que lo quería como un hijo…
J. R.: Sí, exactamente, como un hijo.
V. D.: Usted está invirtiendo en Colombia. ¿Cómo ve el país?
J. R.: El país está en una situación incómoda, pero todavía creo en Colombia. Estamos invirtiendo, generando empleo, no solo con los cafés y restaurantes. Ahora vamos a promover el estudio para 35 jóvenes en tres universidades. Reitero, creo en Colombia, pero hay una situación dura para mucha gente.
V. D.: ¿Le preocupa la situación política?
J. R.: Sí, un poquito, la verdad.
V. D.: ¿Por qué, James?
J. R.: Por todo lo que se vive y se dice. No leo mucho noticias, pero por lo que veo es una situación complicadita, pero todavía creo que hay gente buena que puede ayudar a que el país cambie.
V. D.: ¿Le gusta el Gobierno de Gustavo Petro?
J. R.: (Risas).
V. D.: Usted me prometió que me iba a contestar todo.
J. R.: Estoy un poco alejado de esas cosas, respeto a todo el mundo. Solo espero que actúen de buena manera para que el país esté siempre bien, para que suba siempre y no baje, porque Colombia es un país increíble.
V. D.: Si el presidente Gustavo Petro se quisiera quedar después de 2026, ¿usted estaría de acuerdo?
J. R.: Esas preguntas, Vicky…
V. D.: Respóndame, por favor.
J. R.: Que en estos cuatro años haga las cosas bien, que ayude al país, que no se beneficien algunas personas, sino que piense en todo el país y que cuando cumpla cuatro años, en 2026, venga otra gente que ayude a Colombia.
V. D.: ¿O sea, que en 2026 llegue otro presidente?
J. R.: Sí, para mí sí.
V. D.: ¿O sea no estaría de acuerdo con una reelección?
J. R.: No.
V. D.: Hay mucha polarización. ¿Usted, que se mete a las redes sociales y ve mucha agresividad y violencia, qué opina?
J. R.: No veo redes, solo Instagram. No veo Twitter, ni Facebook. No tengo redes, pero las fotos que quiero que pongan las envío y me las publican.
V. D.: ¿Alguna vez ha votado?
J. R.: No, porque siempre que hubo elecciones estaba fuera del país. Entonces no tuve la oportunidad.
V. D.: ¿Está preparado para irse del fútbol?
J. R.: Buena pregunta, porque los futbolistas no estamos preparados para irnos del fútbol, pero cada día que pasa yo me concientizo más de que hay vida después del fútbol. Pero todavía me quedan un par de añitos más.
V. D.: ¿Y cómo se imagina después del fútbol? ¿Haciendo qué?
J. R.: Empresario. Cuidando todas mis empresas, generando empleo en Colombia. Todavía creo en el país.
V. D.: Pero, además, usted vive en Colombia cuando no está jugando…
J. R.: Estoy entre Colombia y Madrid.
V. D.: Pero le gusta mucho Medellín…
J. R.: Bogotá también, allá trabajo, tengo cosas que hacer. Pero Medellín es una ciudad que me gusta mucho.
V. D.: ¿Le preocupa la economía del país, el precio del dólar?
J. R.: Bastante.
V. D.: ¿Por qué?
J. R.: Ahora ha bajado, pero cuando sube más y más, no es bueno. La gente que maneja el país tiene que poner un poco de su parte para que Colombia crezca, espero que la economía mejore también, no solo para el Gobierno, sino para todas las personas que tenemos empresas. Nos va a ayudar mucho.
V. D.: Carlos Antonio Vélez, cuando habla de algunos jugadores de la Selección, es muy crítico, dice que ya deben colgar los guayos, que son lentos, que no juegan al estilo del fútbol europeo, que es más rápido. En esas críticas, ¿él tiene razón?
J. R.: A mí no me importa nada lo que digan los periodistas, no me importa nada.
V. D.: ¿No?
J. R.: A mí no me preocupa nada.
V. D.: Pero le hablo en particular de Carlos Antonio.
J. R.: No, no, no. La verdad, no veo lo que la gente dice. A mí me cuentan cosas, pero a mí no me preocupa nada de lo que digan.
V. D.: ¿Solo le interesa lo que usted mismo piensa?
J. R.: Lo que pienso, lo que tengo adentro. Lo que piense la gente que está cerca de mí, los que trabajan conmigo, los que me conocen. Ya lo que se diga afuera no me preocupa absolutamente nada.
V. D.: Cero. ¿Se preparó psicológicamente para eso?
J. R.: Sí.
V. D.: De lo contrario, sería un infierno.
J. R.: Sí, un infierno. Cada uno se pone los límites. No me pongo límites. Si alguien habla y el otro dice, a mí no me importa absolutamente nada, la verdad.
V. D.: ¿Le importa en particular la opinión de alguien?
J. R.: Si los que me conocen me dicen “mira, estás actuando mal”, yo atiendo.
V. D.: ¿Y la mamá todavía lo regaña o no?
J. R.: Sí.
V. D.: ¿Le llama la atención?
J. R.: Sí, siempre.
V. D.: ¿Y usted le para bolas?
J. R.: Sí, me dice de muy buena manera “Pienso que no es esto, pienso que no es lo otro”. A esas personas hay que escucharlas porque son las que en verdad quieren lo mejor para uno.
V. D.: O sea, la opinión de la mamá le importa.
J. R.: Sí, claro, porque es objetiva.
V. D.: ¿Es objetiva?
J. R.: Sí, es objetiva y lo hace con mucho amor.
V. D.: ¿En esto del fútbol hay mucha gente que quiere dañar?
J. R.: Sí, mucha. Te quieren crear una imagen que no es, es mala gente que no te conoce.
V. D.: ¿De antipático, por ejemplo?
J. R.: Exactamente.
V. D.: Porque sí dicen que James es odioso, arrogante, que no para bolas, que no escucha, bueno, todas esas cosas…
J. R.: Sí, sí.
V. D.: Pero hoy he visto aquí todo lo contrario.
J. R.: Eso es lo bueno. Eso me deja mucho más tranquilo. Los que me conocen, o los que comparten conmigo, por cinco o 15 minutos, se van con una buena imagen.
V. D.: ¿Cómo le va en la calle cuando todo el mundo se le tira encima?
J. R.: Bien.
V. D.: ¿Es tranquilo?
J. R.: Intento compartir con toda la gente, intento tomarme fotos con todo el mundo.
V. D.: ¿Pero hace planes de ir a un centro comercial a comer un helado?
J. R.: No (risas). No puedo ir a un centro comercial. Tampoco soy de salir a sitios públicos. El cine tampoco es que me guste mucho. En casa sí prefiero ver series y películas.
V. D.: ¿Juega Play?
J. R.: Últimamente no. No he tenido tiempo.
V. D.: ¿Y Twitch?
J. R.: Antes sí me metía, ahora ya no, no hay tiempo, pero cuando estoy jugando, sí; cuando estoy en temporada hay mucho más tiempo porque entrenas y tienes libre casi toda la tarde.
V. D.: ¿Cuánto tiene que entrenar a diario para mantenerse a punto y estar en alta competencia?
J. R.: Dos horas y media al día.
V. D.: ¿Y hay que estudiar las jugadas de otros futbolistas? ¿Hay que ver muchos partidos?
J. R.: No veo mucho fútbol, solo los partidos buenos. Aquí en Colombia sí los veo, pero no soy de ver siempre fútbol, no me gusta.
V. D.: Tengo una curiosidad, ¿qué es lo que se dicen los jugadores en medio de los penales o en el juego en la cancha?
J. R.: Al final eso es parte del fútbol, que te digan cosas mientras juegas. Pero ahora el fútbol está superdelicado si te dicen cosas malas, como de racismo. Antes el fútbol era uff, ¿qué no te decían? Ahora tienes que saber lo que tú dices, porque te puedes meter en un problema grave.
V. D.: Como pasó con Vinicius, qué escándalo.
J. R.: Se volvió un escándalo, por eso hay que tener cuidado con todas esas cosas, ahora el fútbol ha cambiado mucho en el tema del racismo.
V. D.: Pero, por ejemplo, cuénteme intimidades de eso. ¿Hay jugadores que le echan la madre al otro en el campo?
J. R.: Sí.
V. D.: La madre corrida.
J. R.: Se dicen de todo.
V. D.: ¿Y usted echa la madre a otros?
J. R.: Sí
V. D.: ¿Sí?
J. R.: Sí, es parte del fútbol.
V. D.: Aparte de echar la madre, ¿qué más se dice?
J. R.: De todo lo que se dice aquí en Colombia.
V. D.: ¿Pero cuando están jugando donde no hablan español?
J. R.: Ah no, pues en inglés.
V. D.: ¿Usted habla bien inglés?
J. R.: Sí, intento.
V. D.: ¿Y ya se aprendió todas las malas palabras en inglés?
J. R.: Obvio, eso es lo primero que aprende uno (risas).
V. D.: En los penaltis, ¿qué cosas le han llegado a decir para hacerlo fallar?
J. R.: No, al final soy tranquilo jugando. Entonces los otros jugadores ven eso y respetan un poco.
V. D.: ¿Pero en los penaltis nunca le han dicho nada?
J. R.: Me han dicho cosas como que lo fallaré, pero es parte del fútbol.
V. D.: ¿Cómo se logra evadir eso? Le debe dar rabia.
J. R.: Te concentras, tienes que estar enfocado en ti, en el balón, en que quieres hacer el gol y ya está. Si les prestas atención a las cosas de afuera, pierdes.
V. D.: La violencia en el fútbol se ha recrudecido. En Colombia ha habido episodios fuertes de violencia.
J. R.: Está complicado.
V. D.: ¿Por qué se llega a eso?
J. R.: No sé. Al final entre hinchas se hacen daño, es gente que no está en sano juicio, es gente drogada, quizás, o borracha. Cuando no estás en sano juicio, actúas de una manera mala y violenta.
V. D.: ¿Le gusta el fútbol femenino?
J. R.: Sí.
V. D.: ¿Las futbolistas mujeres son buenas jugadoras?
J. R.: Sí, son buenas jugadoras. Aquí en Colombia hay mucho talento. Han crecido mucho las jugadoras, hay que apoyar el fútbol femenino. Tienen muy buen talento.
V. D.: Hubo una discusión de quiénes eran los mejores jugadores de la historia.
J. R.: Otra vez me vas a meter en eso…
V. D.: Otra vez. ¿Vio toda la polémica que se armó?
V. D.: Se incluyó.
J. R.: Sí.
V. D.: Y sin incluirse usted, ¿cuál ocupa ese tercer lugar?
J. R.: Cuadrado. Ha hecho las cosas bien. En Europa se ha mantenido en la Juventus durante muchos años, eso no es fácil. Entonces, para mí, si hay cuatro, meto a Cuadrado.
V. D.: ¿Y los de antes? ¿El Tino, el Pibe, Rincón y todos ellos?
J. R.: Los de las generaciones anteriores, quizás se van a escoger entre ellos. Voy a decir con los que jugué y puedo poner números de todos los cuatro.
V. D.: Entiendo. Pero de los jugadores de antes, ¿cuáles eran los mejores?
J. R.: El Pibe y el Tino fueron jugadores espectaculares.
V. D.: ¿Le gustaba más el Pibe o el Tino?
J. R.: Yo fui más del Pibe siempre, porque tenía el número 10, porque hacía pases. Pero el Tino también fue un gran jugador. Ojo, yo no estoy diciendo que los de antes eran malos, no.
V. D.: Claro, pero creo que lo entendieron así.
J. R.: No, hombre. Di mi top tres. Ahora mi top cuatro es con Cuadrado. Fue lo que pensé y te puedo sustentar con números. A los jugadores de antes los admiré cuando era niño.
V. D.: Y lo inspiraron para jugar fútbol.
J. R.: Me inspiraron. No quiere decir que hable mal de ellos. Cada uno interpreta como quiere. No puedo acá darle explicaciones a todo el mundo. Si no, acá me quedo.
V. D.: Ya casi vamos a acabar. ¿Cuántos minutos más tiene?
J. R.: No, no hay afán.
V. D.: ¿No tiene cita con la chica?
J. R.: No, estoy solo ahora.
V. D.: ¿En serio? Dígame la verdad.
J. R.: Estoy solo, estoy soltero.
V. D.: A ver, ¿con quién se ve en Medellín?
J. R.: Estoy soltero.
V. D.: Sí, pues obvio, pero no está solo.
J. R.: (Risas).
V. D.: ¿Con quién se ve en Medellín?
J. R.: Con amigos.
V. D.: ¿Con quiénes? A ver, dígame amigos que yo conozca.
J. R.: No que tú conozcas, no; es gente que creció conmigo.
V. D.: Es decir, usted sigue siendo parcero de sus amigos de siempre.
J. R.: Sí, exactamente.
V. D.: ¿Y se ve por ejemplo con J Balvin, que es de Medellín, o con Karol G, quien también nació aquí?
J. R.: Hace tiempo que no hablo con ellos. Pero estábamos hablando de los mejores jugadores y ya no…
V. D.: Sí. Entonces, tomemos una bolsa y echemos ahí a todos los jugadores de antes y a los de su generación e incluso a los de la generación más joven que está empujando. ¿Quiénes son los tres mejores?
J. R.: Los que yo dije antes.
V. D.: O sea, sigue pensando así.
J. R.: Sí.
V. D.: ¿O sea, para usted, Ospina, Falcao y James, y Cuadrado si hubiera un cuarto, sí son mejores que el Pibe, el Tino y Rincón y todos ellos?
J. R.: Es que jugué con ellos. Sé lo que han dado y lo que han hecho.
V. D.: ¿Y tienen mejores números?
J. R.: Sí, en cuanto a partidos y goles. Hemos llegado a instancias más lejos, nos falta ganar algo, eso sí, pero sigo pensando en esos tres o cuatro que dije.
V. D.: Cuántas veces le han hecho esta misma pregunta: ¿Messi o Ronaldo?
J. R.: Siempre, siempre. Los dos con sus talentos y sus condiciones los hacen ser los mejores del mundo.
V. D.: ¿Cuál es mejor persona entre ellos dos?
J. R.: Con Cristiano jugué y con Messi no he compartido. No conozco mucho a Messi. Con Cristiano jugué tres años y pues digo que él. Pero con el otro no he compartido mucho.
V. D.: ¿Le gusto que Messi ganara el Mundial?
J. R.: Por mí, igual.
V. D.: ¿No le importo?
J. R.: No.
V. D.: ¿Se preocupó porque Ronaldo salió del Mundial?
J. R.: Cuando uno juega con alguien y te la llevaste bien con él, quieres que siempre le vaya bien y que siempre gane. Pero si me preguntan ¿quién quería que ganara el Mundial? Respondo que para mí era igual.
V. D.: Usted sabe que al que le gusta Ronaldo, no le gusta Messi y viceversa…
J. R.: Aquí en Colombia también al que le gusta el uno, no le gusta el otro. Eso es normal.
V. D.: Y a usted le gusta más Ronaldo, porque es su amigo.
J. R.: Es que jugué con él, pero Messi es un jugador increíble, un talento espectacular. Son los mejores del mundo.
V. D.: ¿El fútbol de Colombia tiene buen nivel o no?
J. R.: Ha crecido mucho.
V. D.: Cuando usted analiza los equipos de aquí y los de Europa, ¿es comparable el nivel?
J. R.: No se puede comparar el fútbol de Europa con el colombiano. En Europa están los mejores del mundo, en Colombia están los mejores de aquí. El fútbol colombiano ha crecido mucho, pero hay que trabajar mucho también. Hay que hacer proyectos buenos para los equipos, para que salgan jóvenes y ya está.
V. D.: Le digo una palabra o un nombre y usted me dice qué se le ocurre. Empiezo con Álvaro Uribe.
J. R.: Un gran presidente.
V. D.: Las Farc.
J. R.: Ufff.
V. D.: Yo le ayudo: terroristas. ¿Está de acuerdo?
J. R.: Bueno.
V. D.: Juan Manuel Santos.
J. R.: Hizo las cosas bien.
V. D.: Karol G.
J. R.: Gran representante de nuestro país.
V. D.: J Balvin.
J. R.: También.
V. D.: Shakira.
J. R.: Ha dejado a Colombia en alto.
V. D.: Piqué.
V. D.: Pero no le estaba diciendo que hablara mal.
J. R.: Hay mucha gente que sí, por lo que pasó. Pero para mí es buena gente.
V. D.: ¿Y le gustaron las canciones de Shakira o no?
J. R.: No.
V. D.: ¿Por qué?
J. R.: Las escuché un poco, pero no, no me gustaron mucho…
V. D.: No lo tramaron.
J. R.: No, no me tramaron, a las mujeres sí, a mí no.
V. D.: ¿Le ha salido caro eso a Piqué?
J. R.: Sí, sí.
V. D.: En el mundo entero han cantado las canciones de Shakira y le han dicho de todo a Piqué.
J. R.: Duras.
V. D.: ¿Está de acuerdo con que Shakira le cantara a su separación y a su ex, y le dijera todas esas verdades?
J. R.: Creo que eso se arregla internamente, y más cuando tienes hijos. Pero, bueno, al final cada uno hace lo que quiere.
V. D.: Hay opiniones diversas. La han criticado mucho y la han aplaudido y apoyado mayoritariamente. Incluso, en la última canción, salen cantando sus dos hijitos.
J. R.: No estoy de acuerdo cuando se publican o cuando se dicen cosas de una relación afuera. Se tienen que arreglar adentro, soy partidario de eso.
V. D.: ¿Así hizo usted con Daniela?
J. R.: Sí, y quedé muy bien.
V. D.: Acordaron manejarlo de forma privada.
J. R.: Sí.
V. D.: ¿Y usted todavía la quiere?
J. R.: Claro, por qué no, es la mamá de mi hija.
V. D.: Y está esperando un bebé…
J. R.: Sí.
V. D.: ¿Y ya sabe si es niña o niño?
J. R.: Niño.
V. D.: No le va a poner James.
J. R.: (Risas) No. No sé cómo le va a poner, no lo tengo muy claro.
V. D.: Y, perdón la pregunta, ¿le dio tusa cuando Daniela se ennovió y ahora espera bebé?
V. D.: ¿Y usted se habla con la pareja de Daniela?
J. R.: No he tenido oportunidad de hablar mucho con él.
V. D.: Pero si se encuentran, ¿bien?
J. R.: Ah sí, lo saludo normal.
V. D.: O sea, no se pone arrogante, como el restaurante.
J. R.: No, hombre, no.
V. D.: ¿Amable?
J. R.: Sí.
V. D.: ¿Qué le quiere decir a Salomé?
J. R.: Se lo he dicho a ella: la amo mucho y estoy feliz de ser su padre. Es una niña espectacular. La madre ha hecho un gran trabajo y estoy superorgulloso de ella.
V. D.: ¿Qué le dice a Samuel?
J. R.: Que es un niño espectacular. Le doy gracias a Dios por llegar a mi vida, a nuestra vida. Voy a hacer todo lo posible para que sea un buen niño.
V. D.: ¿Cree en Dios?
J. R.: Sí, creo mucho en Dios.
V. D.: ¿Reza?
J. R.: Oro a diario. Soy cristiano, tengo un pastor hace 12 años, de Portugal, y me veo cada mes con él, oramos y leemos la Biblia.
V. D.: ¿Cree que lo que le ha pasado en la vida es gracias a Dios?
J. R.: Sí, todo gracias a él.
V. D.: ¿Y qué piensa de los que no creen en Dios?
J. R.: Tengo un amigo en España que no cree en Dios, es ateo, y lo respeto totalmente. No me puedo meter en las creencias de alguien.
V. D.: ¿Qué piensa de la homosexualidad?
J. R.: Respeto también totalmente.
V. D.: ¿A usted le coquetean hombres?
J. R.: Hasta allá no sé, yo creo que sí, no sé.
V. D.: Y cuando algún hombre le coquetea, ¿se incómoda o natural?
J. R.: No, me río. Respeto, soy supertranquilo con eso.
V. D.: ¿Qué piensa sobre el aborto?
J. R.: Es un tema complicado, cada uno piensa lo que quiere, al final. Hay personas que no pueden tener el hijo por alguna razón, pero cuando matas a una criatura es algo fuerte, entonces yo no voy a decir si estoy de acuerdo o no, para mí es algo duro y es un tema que se debe hablar a fondo.
V. D.: ¿De izquierda o de derecha?
J. R.: ¡Uff! Yo soy zurdo y meto goles con la izquierda (risas). Pero hasta allá no te puedo responder, me lo guardo para mí y los que me conocen saben cómo soy. Yo soy zurdo y meto goles con la izquierda (risas). Pero hasta allá no te puedo responder, me lo guardo para mí y los que me conocen saben cómo soy.
V. D.: Y yo creo que también sé (risas).
J. R.: Yo creo que también sabes.
V. D.: ¿Le gusta el orden?
J. R.: Me gusta el orden.
V. D.: ¿Le gusta la seguridad?
J. R.: Sí, también.
V. D.: ¿Le gusta la inversión extranjera, una economía boyante y creciente?
J. R.: Sí, sí. Bien, bien.
V. D.: ¿Le gusta el himno nacional de Colombia?
J. R.: Me encanta
V. D.: Adora la bandera de Colombia.
J. R.: Me encanta, la adoro.
V. D.: ¿Ama a las Fuerzas Militares de Colombia?
J. R.: Sí, también.
V. D.: ¿Quiere a los soldados?
J. R.: También.
V. D.: Y adora a su patria. Entonces, ya sé usted qué es…
J. R.: Gracias.
V. D.: Bueno, muchísimas gracias. ¿Nos faltó algo?
J. R.: No, no, ya, ya… (risas). Fue una entrevista chévere, espero que la disfruten mucho.
V. D.: Me hace un favor y les manda un mensaje a los niños de Colombia…
J. R.: Saludo a todos esos niños que quieren ser jugadores, pero, sobre todo, que sean muy buenas personas y que actúen de muy buena manera.
V. D.: Y usted es una buena persona, antes que ser un buen jugador…
J. R.: Eso es lo que intento ser.
V. D.: Y todos esos que dicen que James ya no juega, que no sé qué, que se abran.
J. R.: Como yo te dije antes, no me importa lo que se diga afuera.
V. D.: Hace bien, un abrazo.