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Corinna Larsen: La amante que pone en aprietos al rey de España
Esta es la historia de como Juan Carlos de Borbón y Borbón, de 80 años, usó a Corinna como testaferro para ocultar bienes obtenidos con comisiones ilícitas que le pagaban grandes industriales, afirma la princesa. Unos reveladores audios lo pusieron en jaque.
*Artículo tomado de la revista JET SET.
Cuando se pensaba que su tormentosa historia con la casa real española estaba liquidada, Corinna zu Sayn-Wittgenstein reaparece a través de unos demoledores audios que un policía cuestionado guardaba en su casa. En ellos, la alemana afirma que cuando era su amante, el rey Juan Carlos le entregó un archivo titulado Jano, con cerca de un millón de fichas con sórdidos secretos de los personajes más relevantes de España, para que los conservara como protección por si moría y alguien trataba de atacarla.
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Así mismo, asegura que él la usó como testaferro para ocultar patrimonio en el exterior, comprado con las millonadas que ganaba por comisiones ilícitas. Para muchos, eso confirma el viejo chisme de que él cobraba entre uno y dos dólares por cada barril de petróleo que países del golfo Pérsico le vendían a España. La princesa asevera que obtuvo unos cien millones de dólares de un consorcio hispano por interceder para que Arabia Saudita le adjudicara la construcción del tren AVE a La Meca.
Foto: Getty Images.
Corinna le hizo estas graves revelaciones a José Manuel Villarejo, un comisario del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el servicio secreto español, a quien la Policía le incautó las grabaciones en el marco del proceso que se le sigue por delitos como organización criminal. Él explicó que sus jefes le encargaron recuperar el archivo Jano, en aras de lo cual se ganó la confianza de la aristócrata y ella terminó por hacerle estas infidencias hace tres años, en Londres. Sin que Corinna lo supiera, grabó las cintas, que fueron filtradas a mediados de julio a los periódicos El Español y OK Diario.
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Corinna denuncia que mercenarios pagados por el CNI allanaron sus oficinas en Londres y Mónaco para obtener otros documentos con información sensible. Pruebas de ello reposan, atestigua, en manos del equipo de seguridad del príncipe Alberto de Mónaco, su amigo y para quien trabaja. Refiere también que Félix Sanz Roldán, director del servicio secreto, profirió amenazas de muerte contra ella y sus hijos, a modo de presión para que le devolviera al rey los bienes que le escrituró en Mónaco y Marruecos. No lo ha hecho, se defiende, porque incurriría en blanqueo de dinero.
Foto: Look Press Agency.
“El rey no distingue entre lo legal y lo ilegal”, sentencia Corinna, mientras describe cómo este escondía dinero en cuentas de otros testaferros en Suiza. Uno de ellos es Dante Canonica, un dudoso abogado vinculado a la trama Gürtel, el pleito de corrupción que tumbó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El columnista Luis Gonzalo Segura expresó en El Español que el rey recibió 300 millones de euros de este esquema criminal.
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Corinna Larsen Adkins nació en 1965 en Frankfurt, Alemania, y se convirtió en princesa por su matrimonio con Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, su segundo esposo, de una familia de Renania-Palatinado ennoblecida en el siglo XIV. Hace quince años, la pareja se divorció pero ella conservó el título, según sus apoderados, mientras que la familia de Casimir afirma lo contrario. A los pocos meses, aparecía como “asesora estratégica” del séquito de Juan Carlos a Arabia Saudita. Más tarde, regresaba a ese país como su enviada especial. Pero el entorno de la Casa del Rey tenía claro que era mucho más que una consultora del monarca, cuyo donjuanismo y constantes infidelidades a la reina Sofía no son ningún misterio.
Foto: Look Pres Agency.
En abril de 2012, Corinna organizó un safari para Juan Carlos en Botswana, adonde lo acompañó. Todo habría quedado en el sigilo de no ser porque él sufrió un accidente en el que se rompió la cadera y ello evidenció su relación amorosa con la princesa. El escándalo se agravó con la publicación de una fotografía que mostraba al rey con un elefante que había cazado en el paseo, lo cual suscitó protestas por tanto derroche, mientras que el país atravesaba la peor crisis económica de su historia.
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Fue el comienzo de una tormenta que le costaría el trono a Juan Carlos. En el ámbito familiar, Sofía se negaba a verlo en el hospital si la amante no era expulsada del país. Por el lado político, el affaire Corinna vapuleó la imagen del rey, debilitada ya por el caso Noos, en el cual su hija, la infanta Cristina, y su yerno, Iñaki Urdangarin, eran acusados del desvío de plata del erario. El asunto fue tan lejos, que la infanta se convirtió en el primer miembro de la familia real en sentarse en el banquillo de los acusados. En últimas, en 2014, Juan Carlos abdicó en su hijo Felipe, para salvar la monarquía.
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Las aseveraciones de Corinna sobre Noos también son incendiarias. La verdadera gestión de la confabulación, relata, estaba a cargo de su majestad quien, en su presencia, llamaba a empresas públicas para solicitar jugosos contratos para el instituto Noos, de propiedad de Iñaki, quien a su vez los incumplía o inflaba los precios, entre otras irregularidades. Sobre este último, la alemana le escribió al rey: “Estoy preocupada porque él no entiende la diferencia entre dinero público y dinero privado. Intenta hacer ganancias rápido y está dispuesto a cualquier cosa”. Iñaki hoy paga cinco años de cárcel por el proceso.
Foto: Getty Images.
Las grabaciones dejan claro que la relación de Corinna con el rey no fue muy idílica. Él quería divorciarse de Sofía para casarse con ella, pero por razones monetarias: “Quería dinero (…) De hecho, me confió que era pobre, que solo tenía veinte millones de euros y que si quería vivir con él, tenía que trabajar. Pero por detrás le dijo al hijo (Felipe) que no se divorciaría ni se casaría conmigo, sino que me visitaría cada cierto tiempo”.
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Otro detalle que la desinfló surgió en 2009, cuando el rey le confesó que tenía relaciones con otras mujeres y lo dejó. Al año siguiente, volvió cuando a él le descubrieron un tumor en el pulmón, pero ya no había sexo entre ellos. En 2012, con el escándalo de Botswana, el rey le rogó que no lo dejara solo y se aferró a ella al ver que no tenía opción de conquistar a más mujeres, debido a su impotencia y a que estaba muy impedido físicamente.
Foto: Look Press Agency.
Cuando estalló el caso Noos, Juan Carlos trató de salpicar a Corinna, porque le había conseguido un contrato a Iñaki. Su objetivo era desviar su atención a ella, para salvar a su hija Cristina. Pero los tribunales no la involucraron en el proceso y corrió a preguntarle al rey: “¿Por qué me has hecho esto?”, a lo cual él respondió: “La sangre llama”. En ese momento se alejó de él definitivamente.
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El País informó que la Audiencia Nacional decidirá antes de fin de año si abre una indagación sobre las cintas. Otros sectores exigen que Juan Carlos sea investigado por fraude fiscal y hasta que su hijo Felipe abdique. En fin, un manto de duda vuelve a cernirse sobre la corona, en cuyos palacios deben retumbar las amenazantes frases de Corinna: “Conozco a cada uno de los hombres del rey y cómo operan. Tengo copias de las cuentas bancarias, sé dónde pusieron las cosas”.
Foto: Getty Images.
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