MUNDO
Juan Carlos I, rey emérito de España, envuelto en nuevo escándalo
En junio de 2014 Juan Carlos I abdicó a favor de su hijo Felipe VI y se convirtió en rey emérito.
Este martes el diario español El Confidencial reveló que Juan Carlos I, el rey emérito de España, ocultó millones de euros de acciones en bancos suizos, por medio de cuentas de la Fundación Zagatka, sociedad que supuestamente utilizó para ocultar el cobro de comisiones ilegales.
De acuerdo con el mencionado medio, el padre del rey Felipe VI fue accionista durante casi dos décadas del BBVA, Santander, Iberdrola, ACS, Ence, Abertis, Endesa, Acciona y Repsol, entre otras compañías y el titular de estas inversiones era la fundación Zagatka, la cual es dirigida por su primo Álvaro de Orleans.
Por lo tanto, El Confidencial logró establecer que las cuentas de dicha fundación en los bancos suizos Credit Suisse y Lombard Odier llevaron a cabo movimientos relacionados con compras de “importes millonarios” de acciones con el dinero que, al parecer, ingresaba de operaciones de comisiones ilegales de intermediación.
Aseguró ese medio español que a través de ese proceso la fundación Zagatka invertía dichas comisiones en bolsa y productos financieros para tratar de obtener nuevos rendimientos y cuando se realizaban ventas parciales de esas acciones, el dinero lo empleaba Juan Carlos I para cancelar vuelos privados, estancias en hoteles, entre otras operaciones.
Lo más leído
Entre las operaciones realizadas, el medio da cuenta de algunas hechas con las empresas españolas del Ibex, entre otras transacciones de acciones del Banco Santander, Endesa o Acciona. También indican que Zagatka registró operaciones con fondos de inversión internacionales como la aseguradora suiza Swiss Re, la petrolera Total, o Eon, compañía alemana de energía.
Entre las operaciones, El Confidencial detalló que en diciembre de 2009, Zagatka adquirió 35.000 acciones de Iberdrola por importe de 235.136 euros o el ingreso seis días después de 1.500 euros por el dividendo generado por 15.000 participaciones del Banco Popular. Además, señaló que en 2015, el 44 % del patrimonio de la Fundación eran participaciones de empresas con una administración de activos que sumaba 13,1 millones de euros.
El Confidencial también aseguró que en agosto de 2018 el peso de las acciones de las cuentas de Zagatka había subido un 59 %, si bien la valoración había disminuido hasta los 7,8 millones.
“Los USD 76 millones que me dio el rey Juan Carlos fueron un reconocimiento”
A principios de agosto, el rey emérito de España Juan Carlos I dejó el país tras una serie de acusaciones de supuestos delitos financieros.
Pero el cariño del país por su monarca había empezado a desmoronarse en 2012, después de una aciaga cacería de elefantes. Junto al rey, en aquel safari, estaba su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, también conocida como Corinna Larsen.
La mujer habló en exclusiva con la BBC sobre un regalo de millones de euros de parte de Juan Carlos, sus denuncias del acoso por parte de los servicios secretos de España… y sobre aquel elefante.
Desafortunado viaje
Corinna zu Sayn-Wittgenstein en realidad no quiso hablar sobre el elefante, aquel que el entonces rey Juan Carlos I mató el 11 de abril de 2012.
Los medios informaron que el animal tenía 50 años y pesaba cinco toneladas, con colmillos de más de un metro de longitud.
Zu Sayn-Wittgenstein no es capaz de verificar los datos del animal cuando se le pregunta por el incidente. “No tengo ni idea”, dice la consultora alemana de ascendencia danesa.
Sí, estaba en el safari con el rey, pero dice que estaba lejos cuando se produjo el disparo.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein habló con la BBC sobre su relación con el rey emérito de España Juan Carlos I.
“Lo vi después, porque todo el mundo se acercó a mirar”, explica. “Pero me alejé después de dos minutos. Soy cazadora, pero nunca he matado a un elefante en mi vida y nunca lo haría. Para mí, toda la experiencia de caza fue traumática en ese sentido”.
El safari en Botswana fue un regalo del rey al hijo de Corinna por su décimo cumpleaños.
Juan Carlos I se había encariñado con los hijos de Zu Sayn-Wittgenstein durante la relación romántica que mantuvieron entre 2004 y 2009, de la que los españoles no sabían nada en ese momento.
El exjefe de Estado español está casado con la reina Sofía desde 1962.
“No tenía ganas de ir a ese viaje”, evoca Zu Sayn-Wittegenstein. “Sentía que el rey Juan Carlos intentaba que volviera con él y yo no quería dar una impresión errónea. Casi tuve premoniciones sobre este viaje”.
No andaba desencaminada, como se vería después. Antes del amanecer del 13 de abril de 2012, el rey se cayó en su tienda de campaña de lujo y se rompió la cadera.
A su regreso a Madrid, los medios se lanzaron sobre la historia del safari como un voraz león sobre una frágil gacela.
La revelación de la cacería de elefantes se produjo muy poco después de que se iniciara una investigación por corrupción al yerno del rey, Iñaki Urdangarin, que actualmente está en prisión.
Eran tiempos de serias dificultades para España, que tenía una tasa de desempleo del 23 por ciento. Después de someterse a una operación, el rey Juan Carlos hizo su primera aparición pública en el hospital con un bastón.
Le preguntaron cómo estaba.
El entonces rey Juan Carlos se disculpó por el viaje de caza cuando fue dado de alta del hospital en 2012.
“Lo siento mucho”, dijo. “Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.
El rey Juan Carlos I había sido prácticamente intocable por su lugar en la sangrienta y atormentada historia de España.
Como jefe de Estado, tras la muerte de Francisco Franco en 1975, el rey desempeñó un importante rol en la transición de España de la dictadura a la democracia e hizo frente a un intento de golpe de Estado en 1981, acción por la que ha sido extensamente elogiado y reconocido.
El daño a la figura del popular monarca tras el viaje africano era inmenso.
“La crisis estalló porque el viaje a Botswana puso varias cosas sobre la mesa”, dice a BBC José Antonio Zarzalejos, exeditor del diario español ABC, de línea conservadora y a favor de la monarquía.
“Primero, que el rey era abiertamente infiel a la reina Sofía. En segundo lugar, que al visitar un país en el que España no tenía representación diplomática, el rey, como jefe de Estado, quedaba fuera del radar del Gobierno español en medio de una fuerte crisis económica. Y en tercer lugar, que era un viaje muy caro y no sabíamos quién lo pagó. Creó una imagen terrible del rey”.