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Karol G: se impuso en un género dominado por hombres y triunfó; conozca la poderosa historia de La Bichota
Desde muy niña, Carolina Giraldo Navarro quiso convertirse en cantante. Pero no la tuvo fácil: muchos no estaban dispuestos a que el reguetón sonara en una voz femenina. Pero ella lo conquistó.
Vestida de rosa y parada en la Quinta de Vergara, en Chile, Carolina Giraldo Navarro levantó una Gaviota de Oro, dichosa de haber conquistado uno de los escenarios más exigentes de la música latinoamericana, donde hizo historia al convertirse en la primera artista de género urbano en abrir el Festival de Viña del Mar.
Solo días más tarde, con dos premios Grammy y varios Billboard a cuestas, La Bichota conseguiría el galardón más importante de su carrera: grabar a dúo con Shakira, la artista latina más vendida de la historia.
Dicha colaboración es el epílogo de una larga y empedrada carrera para esta paisa de 32 años, que comenzó en la música cuando era apenas una adolescente en su natal Medellín, cuna de lo que más tarde sería el reguetón con sello colombiano.
Nacida un 14 de febrero de 1991 en la capital antioqueña, es hija de Guillermo Giraldo, a quien todos conocen como Papá G, y de Martha Navarro; y creció con dos hermanas fruto de relaciones anteriores de sus padres.
Desde niña, Carolina sintió un gran cariño por la música, en amorosa complicidad con su padre, quien vio en la pequeña lo que algún día quiso ser él: un artista de quilates, de talla internacional, que pese a que tuvo un grupo con el que se presentó en varios escenarios, no pudo seguir por la falta de oportunidades y de apoyo.
Buscando torcer el destino, Papá G comenzó a involucrarla en el mundo del canto y llevaba a la pequeña Carolina, con apenas 5 años, a sus presentaciones, en donde la artista paisa entonaba canciones de Pimpinela, Alci Acosta y Sandro. Lo propio hacía en festivales de la canción, en la iglesia del barrio y en el colegio. Y hasta en los funerales de la familia, donde conmovía a todos con su versión de Amor Eterno, de Sofía Durcal.
Pocos años más tarde, convencido del talento excepcional de la menor de sus hijas, Papá G la inscribió en el Factor X S, un programa concurso muy de moda en esa época y con grandes índices de audiencia. Carolina deslumbró a los jurados y pasó la primera etapa de selección del concurso.
Era el año 2006, y con apenas 15 años, la artista consiguió pasar varios filtros del concurso, aunque no consiguió llegar a las instancias finales del concurso.
Pese a todo, fue un punto de no retorno. Carolina Giraldo Navarro se convenció de que quería construir un camino en la música. Fue así como, gracias a los contactos que consiguió en el Factor X S, logró el primer contrato con una disquera, Flamingo Records, en su naciente carrera. Bajo este sello lanzó su primera canción, En la playa, la cual no tuvo mucha acogida.
Sin embargo, su paso por esta empresa tuvo un sabor amargo, pues sufrió de abusos físicos y verbales por parte de uno de los directos. Decepcionado por la situación, su padre decidió terminar el contrato, pese al alto costo que representó, pues se vio obligado a pagar varias cuotas a Flamingo Records, durante años, para lograr la carta de libertad de Karol G.
Con 18 años, la artista decidió incursionar en YouTube, donde se grababa a sí misma cantando covers de distintas agrupaciones. Al tiempo, viajaba en bus por distintas ciudades de Colombia para repartir un CD con sus primeras canciones. Tenía sed de triunfo.
Tocaba puertas aquí y allá. Cantaba en colegios, discotecas y cualquier tarima donde pudiera demostrar su talento en un género hasta entonces dominado por hombres: el reguetón. Tiempos difíciles en los que la gente no recibía con oídos benévolos música urbana con voz de mujer.
Todo comenzaría a cambiar, años más tarde, cuando en una fiesta de 15 años coincidió con J Balvin, quien por esa época ya había ganado fama en Colombia. En un momento de la celebración, los asistentes reclamaron la presencia de Carolina en tarima. J Balvin se rindió ante su talento y la dejó a las puertas de Reikon, otro exponente de reguetón colombiano, que la convirtió en su corista durante dos años.
Al cabo de ese tiempo, y movida aún por su sueño de abrirse paso en el sonido urbano, Carolina le presenta a Reikon la canción que, sin saberlo, la haría famosa: 301. Terminan cantándola a dúo y logrando gran resonancia en Colombia y Latinoamérica.
Pero aquello no significó que las puertas de la industria se abrieran para ella de par en par. Empresarios y fanáticos del género urbano aún no se sintonizaban con la idea de una voz femenina cantando reguetón. ¿Quién va a pagar una boleta por escuchar a una mujer cantar reguetón?
En 2012, derrotada por el machismo de la industria, se marcha a Estados Unidos, donde vivía una de sus tías. Comenzó a estudiar, y cada día en el Metro, de camino a casa en Nueva York, veía a lo lejos el cartel de un curso que rezaba: La música como negocio. Un día se animó y se inscribió. Y entonces descubrió que podía darle un nuevo impulso en su carrera, montando su propia empresa.
Animada, regresó a Colombia y comienza a escribir canciones frenéticamente. Y preguntando aquí y allá, consiguió el contacto del mánager de Niky Jam, a quien le presenta su canción Amor de dos. Al estadounidense le sedujo la idea de grabarla a dúo y pronto tambipen se convirtió en éxito.
Todo fue distinto a partir de ahí. En 2015 recibió una invitación de la disquera Universal Music para unirse a su catálogo de artistas. Un año después lanzó Casi nada, después aparecería junto a Daddy Yankee con Código de amor y con Ozuna grabaría Hello. Pero, el paso más grande lo daría de la mano de Bad Bunny con Ahora me llama.
En octubre de 2017 lanzó su primer álbum de estudio Unstoppable, y un año más tarde apareció junto a Anuel AA —quien fuera su pareja por más de tres años— con la canción Culpables. En 2019, vio la luz el trabajo discográfico Ocean, que fue el que realmente la internacionalizó y consagró, especialmente gracias al tema Mi canto, un poderoso llamado a la libertad sexual y el empoderamiento femenino.
Dicho empoderamiento se ve reflejado también en el hecho de que son solo mujeres las que la acompañan en tarima: un cuerpo de baile que le da más peso a sus espectáculos, pero también una poderosa banda que toca en vivo las canciones que la han hecho famosa en todo el mundo.
El resto de su carrera musical ya es historia. Con 32 años, La Bichota se ha presentado en los más importantes escenarios de la música y ya va por su cuarto álbum de estudio, Mañana será bonito, que la consolida como una de las voces más potentes de la escena urbana en el planeta.
Tal vez porque, como la propia Karol G dice : “Los sueños se cumplen ¡Que chimba!”