GENTE
Kim Kardashian y Kanye West se divorcian: salud mental sería la razón
La mediática pareja estadounidense inició el proceso de divorcio en medio de especulaciones sobre la salud mental de uno de ellos, el futuro de sus cuatro hijos y su mansión minimalista en California.
Se acabó. Kim Kardashian y su esposo Kanye West están ‘ad portas’ de divorciarse, acabando con uno de los matrimonios que más obsesionan a la prensa y al público estadounidense. La prueba irrefutable de que llegó el fin es que Kardashian –modelo, empresaria y protagonista del “tele-reality” sobre su familia– contrató a la conocida abogada de divorcios Laura Wasser para representarla en el proceso de separación. Otra prueba del distanciamiento de la pareja es que el rapero pasó la Navidad en su mansión en Wyoming y no con el clan de los Kardashian.
Fuentes cercanas a la pareja, que lleva casada desde el año 2014 y que tiene cuatro hijos, aseguran que la pareja tratará de manejar su crisis matrimonial de manera privada, lo cual no será tarea fácil para dos personalidades mediáticas. Kim, de 40 años de edad, no ha vuelto a usar su argolla de matrimonio en semanas y se dice que fue ella quien pidió a Kanye, de 43 años de edad, que pasaran separados las fiestas decembrinas para iniciar un proceso de separación gradual y privado.
Al parecer, la gota que llenó la copa de Kim fue la fallida y a ratos ridícula campaña presidencial de su futuro ex. Kanye West se convirtió en candidato a la Casa Banca como independiente para las pasadas elecciones y aunque solo logró 60 mil votos, dijo que lo volvería a intentar en el año 2024. Sus mítines políticos dejaron en evidencia su delicada salud mental y su esposa reconoció que West sufre de un trastorno bipolar y que necesita ayuda profesional. Algunos medios aseguran que Kim llevaba meses considerando divorciarse, pero no quiso hacerlo durante la fracasada campaña electoral para no llamar aún más la atención de la prensa y más bien le exigió a su marido someterse a tratamiento psiquiátrico como condición para continuar casados.
Pero como sucede con casi todos los matrimonios fallidos, la historia tiene dos caras. Según amigos de Kanye, fue él el que se cansó de la extravagante vida de Kim y su familia y de la presión que ejercen sobre él para que se haga tratar por un psiquiatra. Una supuesta prueba de su rechazo al estilo de vida Kardashian, fue que solo asistió por un día a la celebración de los 40 años de su esposa en Tahití. La fiesta que duró cinco días se realizó en plena pandemia y habría costado casi dos millones de dólares.
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Se especula que el punto mas difícil de la separación será la propiedad de la pareja en Calabasas, California. En sus mejores momentos, la pareja decoró la mansión por la que pagaron 40 millones de dólares, para convertirla en un “oasis de pureza y luz”. De la mano de un diseñador belga, convirtieron su hogar en un espacio minimalista, cuya sola decoración se calcula en 20 millones de dólares y la cual ha sido aplaudida por revistas de diseño en el mundo. Personas cercanas a Kim dicen que ella intentará quedarse con la propiedad para criar allí a los cuatro hijos que tuvo con West. Kardashian es la dueña del lote (y de los lotes vecinos) y a Kanye pertenece la casa. La pareja supuestamente ya esta en negociaciones relacionadas con el divorcio y el punto de la mansión en California sería el primero en su agenda.
Este sería el tercer divorcio de Kim, quien estuvo casada en con Damon Thomas y el basquetbolista Kris Humphries. Con West se casó en 2014 en medio de una extravagante ceremonia y tuvo cuatro hijos: North, de 7 años; Saint, de 5 años; Chicago, que está cercana a cumplir tres, y el menor Psalm, de 19 meses. Por lo pronto, ni ella ni su futuro ex se han pronunciado sobre la noticia de su divorcio.