MEMORIA
La matriarca del emporio Kardashian
Parece imposible ganar millones de dólares y popularidad mundial por cuenta de no tener talento alguno. Pero eso es lo que ha logrado Kris Jenner.
Cuando en 2007 el video sexual de su hija Kim Kardashian se filtró en las redes sociales, Kris Jenner reaccionó con horror como madre. Pero como la consejera de negocios de esa aspirante a estrella, el hecho no pudo resultarle más provechoso, según sostiene Ginia Bellafante de The New York Times. Justo cuando ese video salió a la luz, Jenner propuso a Ryan Seacrest un reality sobre su particular familia.
Seacrest, presentador de American Idol y productor de gran olfato para hacer dinero aceptó. Cerca de 900.000 personas sintonizaron el primer capítulo de un show que no tiene un personaje talentoso o una línea argumental. Pero el éxito fue inmediato y el último episodio de la primera temporada sumó 1,9 millones de televidentes. Si bien Kris asegura que el video no fue importante, sus efectos fueron innegables.
Y es que la atención que generan las Kardashian para muchos es inexplicable, pues carecen de talentos. Pero no son casualidad las horas que acumulan en televisión, las portadas, la presencia en mercados de perfumes, ropa y otros artefactos. A sus 59 años, Kris, la madre del clan, le ha asegurado a toda su familia numerosas fuentes de ingresos, gracias a su olfato y a expensas de su propia privacidad y vergüenza. Pero ¿quién necesita vergüenza si sacrificarla garantiza contratos de 100 millones de dólares? Ese es el valor del último que firmó con E! Entertainment por la nueva temporada de su reality show Keeping Up with the Kardashians.
Kristen Mary Houghton nació en noviembre de 1955 en San Diego. Sus padres se divorciaron pronto, por lo que creció con su madre, sus hermanas y sus abuelos. Desde joven fue exuberante. A sus 17 años flechó al abogado Robert Kardashian. Sin importar la diferencia de 11 años este le propuso matrimonio, pero Kristen no aceptó. Consideraba que tenía mucho mundo por ver y, por eso, voló varios años como azafata en American Airlines. Kardashian cinco años después insistió. Esta vez, aceptó. A sus 22 años, Kris era esposa de un exitoso litigante, vivía en una mansión en Beverly Hills y se desempeñaba en la alta sociedad. Como buena socialite frecuentaba un club de tenis con sus mejores amigos, O. J. Simpson y su esposa Nicole Brown. En ocho años la pareja tuvo cuatro hijos, Kourtney, Kim, Khloé y Rob. Pero la felicidad dio paso al drama.
Un affaire entre Kris y el futbolista Todd Waterman llevó a la pareja a la crisis. Robert no perdonó a su esposa y desató un agrio divorcio que solo se completó años después, cuando un nuevo pretendiente de Kris, Bruce Jenner, convenció a Kardashian de terminar el conflicto a cambio de no tocar su dinero. Cuando Simpson fue acusado de la muerte de su esposa Kardashian lo defendía y Kris pedía justicia.
Sin el dinero de Kardashian, Kris asumió el destino de su familia y lo mezcló con el romance. Un mes después se casó con Jenner, famoso por sus victorias olímpicas de 1976, pero que no traducía su fama en dinero. Kris se involucró en promover a su marido como conferencista motivacional, armó kits de prensa, contactó agencias de talentos, diseñó su charla ‘Encontrando el campeón al interior de cada uno’ y con el tiempo, el esfuerzo rindió frutos. Según contó a The New York Times, los clientes empezaron a tomar nota, Coca-Cola y Visa se pusieron en contacto por una serie de videos de ejercicios que promocionaban en infomerciales que ella protagonizaba.
Vinieron el video de Kim con el rapero Ray J, el visto bueno de Seacrest y nació el reality que los llenó de millones. Intensa y controladora, Kris no ha parado de convertir oportunidades en dinero.
El show se convirtió en un trampolín para conseguir más fuentes de ingreso a sus hijos. Kim, la más reconocida, se embolsilló 28 millones de dólares en 2014 por aparecer en comerciales, en aplicaciones para celulares, y por su libro Selfish, que narra su vida a través de selfis. Sacó provecho del video sexual, cuando transó por 5 millones de dólares su demanda contra la compañía que lo distribuyó. Según Taffy Brodesser-Akner, de The New York Times, la lista de ingresos se expande cada vez más.
Por su parte, Kendall Jenner es una modelo que se cotiza cada vez más, ha aparecido en las portadas de GQ, Allure, Teen Vogue y Harper’s Bazaar, camina las pasarelas de Chanel y es imagen de los jeans Calvin Klein. Kourtney y Khloé poseen las tiendas Dash, lanzaron líneas para el pelo y el maquillaje, y Rob, el único y torturado hombre de la casa, lanzó una línea de medias y pijamas. Todos sacrifican su intimidad, pero reciben beneficios monetarios.
Esta ética se ha manifestado en ‘importantes’ episodios del programa, como cuando Kim se tomó una radiografía para probar que su derrière era natural, o cuando las hermanas concursaron para ver cuál de sus partes íntimas olía más, entre muchos otros…
Y todo ese recorrido al lado de Kris, sus hijas y familia también le enseñó algo a Bruce Jenner. Él y Kris se divorciaron en 2014, cuando él aceptó tener identidad femenina. A finales de abril, Bruce lo reveló al mundo en el programa de Diane Sawyer. No reveló todo, sí lo esencial. Expresó que siempre se sintió mujer, que era hora de cambiar su vida y responder a su naturaleza. Más de 20 millones de personas lo vieron. Pero como Kris lo hubiera hecho, Bruce guardó material para atraer. Millones están pendientes de un especial que sacará pronto al aire, en el que dejará ver detalles de su nueva vida.
Kris sostiene haber recibido un duro golpe con su divorcio, pero a pesar del dolor ha afirmado que apoya la decisión de su exmarido de vivir sin nada que esconder, y él ha agradecido su ‘sobrecogedor’ apoyo. Ella sigue exprimiendo dinero al crear fama donde ni siquiera hay talento. Como una bola de nieve que ha tomado ritmo, sigue buscando más, y sigue logrando más para ella y los suyos. Así en el programa aparezca como una tonta sin visión.