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Kushner, el poderoso marido de Ivanka Trump
El llamado “hijo favorito del presidente”es hoy la persona más poderosa e influyente del gobierno de Estados Unidos. El yerno del magnate es judío ortodoxo y viene de una familia de inmigrantes con una impresionante historia detrás.
Donald Trump es un hombre que no suele confiar mucho en la gente. Y quizás menos aún después de llegar a la presidencia. Por eso, el rol que tienen sus más allegados es determinante. Ivanka y su marido Jared Kushner pueden ser de los pocos que verdaderamente le hablan al oído. Ella se ha convertido en la mejor imagen de ese gobierno. Inteligente, rica y exitosa, la hija del presidente de Estados Unidos tiene poder y sabe manejarlo. Él, por su parte tiene uno de los asientos más codiciados en la Casa Blanca. Mucha gente, y la prensa, lo califican como la persona más poderosa e influyente del gobierno.
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Kushner se fue ganando ese espacio, mucho antes de que comenzara a despegar la posibilidad de su suegro de llegar al poder. Sin experiencia en esas lides políticas, Kushner logró trazar una hoja de ruta para el triunfo de Trump, mediante la utilización de los nuevos medios sociales, Facebook y otros, y herramientas modernas de mercadeo del sector privado. Transformó la manera como las campañas presidenciales se llevaban a cabo en Estados Unidos. Desde el comienzo del nuevo gobierno, Kushner fue designado como Asesor Especial del Presidente. Esta es su vida y así será su papel en el gobierno que tiene todos los ojos del planeta encima.
Una historia de inmigrantes
La historia de la familia de Jared Kushner, el marido de Ivanka Trump, está llena de dramas. Nació hace 35 años en las tradiciones del Judaísmo Ortodoxo Moderno, una corriente que integra la estricta observancia de las reglas y costumbres de la religión, con la vida secular. Sus abuelos provienen de lo que hoy es Bielorrusia, antes territorio de Polonia. Cuando los nazis invadieron en 1941 el pueblo donde vivían, persiguieron de manera salvaje a los judíos, mataron los médicos, abogados e intelectuales de esa religión, en la plaza principal, mientras una orquesta tocaba.
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Rae, su abuela paterna, era apenas una adolescente, y fue una de las mujeres obligadas a limpiar la sangre derramada por las víctimas. Después la internaron en un gueto que servía como campo de concentración. En enero de este año, Andrew Rice del New York Magazine recordó esta historia de su abuela, y cómo logró huir, junto con otros miembros de su familia y cientos de personas, a través de un túnel que habían excavado y que conducía a un bosque en donde había logrado atrincherarse un grupo de judíos armados. Los alemanes descubrieron el túnel e iniciaron la persecución, matando a varios. Rae logró escapar sin ser herida. Su historia y la de sus compañeros fue llevada hace algunos años al cine.
Ivanka, con su esposo Jared Kushner, y sus tres hijos. (Foto: Wilfredo Lee / AP)
Pero las penalidades de su abuela no terminaron allí. La vida en el lugar del bosque a donde huyó era durísima. La comida escaseaba y tenían que dormir a campo abierto tirados en el suelo. Hasta que llegaron los soviéticos y los liberaron.
Después de la guerra, Rae se casó con otro sobreviviente del gueto, un carpintero llamado Yossel. Con él viajó a pie hasta Italia, en donde vivieron en un campo de inmigrantes ilegales, mientras esperaban por una visa para poder ingresar a los Estados Unidos. En ese tiempo este país tenía cuotas para el ingreso de extranjeros, con base en la raza y la nacionalidad. La cuota para los judíos era muy baja, así es que tuvieron que esperar más de tres años. El New York Magazine cita unas palabras de Rae en el libro “El Milagro de la Vida”: “Para los judíos las puertas estaban cerradas. Nunca entendimos eso”.
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Muchos dicen hoy que ojalá Jared Kushner recuerde la tragedia de la abuela, y sus palabras, para que convenza a su suegro, el Presidente Trump, que asuma una posición menos dura y restrictiva frente a los inmigrantes ilegales a los que amenaza con extraditar. Pero la influencia de Kushner sobre Trump tiene sus límites: es cierto que durante la campaña Kushner fue el principal consejero de Trump, en lo que se refiere a tácticas y logística. De hecho se convirtió en el gerente de su campaña. Sin embargo, en materia de programas y propuestas su influencia pareció ser más limitada.
Un pasado difícil
A pesar de la suavidad y buenas maneras de Jared Kushner, los que lo conocen afirman que tiene un temple de hierro. Sus experiencias dolorosas y difíciles han forjado su carácter. Una de esas experiencias tuvo que ver con la enviada a la cárcel de Charles Kushner su padre, luego de un enfrentamiento con un hermano, por los negocios de finca raíz.
Esos enfrentamientos condujeron a una serie de demandas que llamaron la atención de Chris Christie, en ese entonces Fiscal General de New Jersey. Cuenta el New York Magazine que, furioso con su hermana, ya que pensó que ella estaba cooperando con la investigación del Fiscal, buscó vengarse de ella armándole una trampa al esposo. Hizo que una prostituta lo aproximara y lo llevara a un motel, en donde una cámara oculta grabó las escenas de sexo. Kushner padre le envió a su propia hermana las cintas, quien sin dudarlo se las entregó al Fiscal. Kushner terminó siendo juzgado por varias violaciones a la ley. Fue condenado y pasó casi dos años en una cárcel de Alabama. Durante ese tiempo, Jared y su madre lo visitaron semanalmente.
Después de graduarse de la Universidad, Jared siguió las huellas de su padre y se dedicó a los negocios de finca raíz, primero en New Jersey y luego en New York. En este sentido, ha tenido una carrera semejante a la de su suegro.
El periodista Daniel Golden, en un artículo de finales del año pasado en el diario británico The Guardian, se preguntó cómo una persona como Jared Kushner, con un promedio de notas mediocres en el bachillerato, logró ingresar a la Universidad de Harvard. Investigó que cuando el muchacho estaba comenzando a mirar universidades, su padre había prometido a Harvard una donación por un total de 2.5 millones de dólares, que se entregarían en giros anuales durante 10 años. Según el periodista, por lo menos 400 donantes lograron el ingreso de sus hijos a ese importante centro educativo. Lo anterior “puede sugerir que la universidad debilitó sus estandares para los descendientes de sus ricos patrocinadores”.
A pesar de sus notas mediocres en el bachillerato, Kushner se graduó de Harvard con honores.Como Trump, Kushner asume grandes riesgos en los negocios y ha estado cerca de la bancarrota. Compró un edificio en la quinta avenida de New York por 1.800 millones de dólares que consiguió financiados. Sin embargo, se vino la crisis económica y de finca raíz y el valor de los arrendamientos bajó significativamente. Se vió a gatas para responder a sus obligaciones. Con pocos amigos que le tendieran la mano, logró sin embargo refinanciar la deuda y dar como parte de pago porcentajes de la propiedad.
De nuevo, asumiendo riesgos, a los 25 años compró un semanario The New York Observer. No tenía experiencia previa en periodismo pero aprendió rápido. Visitaba las salas de redacción y hablaba con periodistas y editores. Lo convirtió en diario, lo puso en el Internet y lo sacó adelante en poco tiempo, de tal manera que comenzó a producir utilidades. No sólo quería dinero, sino tener voz e influencia. Lo logró.
Relata el New York Magazine, que Kaplan, el primer editor que heredó Kushner en el periódico, contó que su novela favorita era “El Conde de Montecristo”, el libro de aventuras que trata los temas de venganza y reconciliación. El personaje principal es abandonado por sus amigos, lo encierran en la cárcel pero logra escapar. En una isla desierta encuentra el tesoro que su compañero de celda había enterrado. Antes de fallecer le describió el lugar. Con el dinero encontrado regresó para ejercer venganza contra sus enemigos.
Varios comentaristas de prensa, y voces anónimas entre el equipo de Trump, afirman que Jared Kushner fue el responsable de que éste no lo hubiera, finalmente, escogido como su candidato para vicepresidente. Igualmente, que habría dado origen a la despedida humillante de Christie del equipo de transición. Kushner lo niega. Según The Guardian, Kushner habría declarado al respecto: “hace seis meses el Gobernador Christie y yo decidimos que esta elección era mucho más grande que cualquier diferencia que hubiéremos podido tener en el pasado, y trabajamos muy bien juntos”.
Trump se reunió, recientemente, de nuevo con Christie. Veremos si le ofrece un alto cargo en el futuro y si se rompe la maldición del Conde de Montecristo.
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Por María Carmenza Arenas