Música
La historia de Ali Stone, la colombiana nominada a los Latin Grammy, que trabaja con grandes como Katy Perry
La colombiana Ali Stone celebra una década dedicada a un oficio en el que brillan pocas mujeres: la producción musical. Y lo hace de la mejor manera, con una nominación a los Latin Grammy.
Bruces, artista mexicana, despertó a Ali Stone hace unos pocos días, muy temprano en la mañana, con una noticia que aún le cuesta creer y le emociona las palabras: Señorita revolución, la canción que compusieron juntas un año atrás y que lanzaron en marzo pasado, había sido nominada a los Latin Grammy, en la categoría mejor canción pop rock.
Ali, que vive en Los Ángeles desde hace cinco años, es colombiana. Hace poco cumplió 31 años y una década desde que decidió dejar de lado su prometedora carrera en la administración de empresas para dedicarse de lleno a un oficio que le implicó muchos más sacrificios: la producción musical.
Al otro lado de la línea, Ali –que en realidad se llama Alicia Gómez– cuenta que esta nominación es la demostración de que no estaba equivocada cuando, años atrás, no les hizo caso a las voces que le aconsejaron dedicarse de lleno al canto, pues “a la industria no les gustan las mujeres que hacen de todo y son productoras, solo les va bien como cantantes”.
Pero ella fue terca. “Hoy me alegra haberme mantenido fuerte y segura de que la producción era lo que quería hacer en la vida. Oponerme a las reglas fue lo que terminó abriéndome muchas puertas y ahora esos que me querían llenar de temores están viendo lo que no pudieron hace diez años”, asegura esta bogotana.
Y eso que la producción musical comenzó como un hobby. “Entre clases, me ponía a hacer mezclas y canciones como una forma de relajarme y quitarme el estrés de las clases de cálculo y de estadística”.
Pero un concurso vino a cambiarlo todo en 2013. Ali se inscribió en un certamen promovido por Disney que buscaba hacer la remezcla de la banda sonora de Monster University. La canción de Ali, que fue calificada por los jurados como “fuera de serie”, resultó una de las ganadoras.
Y pese a que ejerció como administradora haciendo algunas consultorías, la música llegó más tarde y esa ha sido su vida desde entonces.
Ali se le mide a todo. Hoy puede componer una canción de música regional mexicana y mañana un reguetón. Ha hecho rock, electrónica, baladas, boleros, k-pop, así como música para videojuegos y películas. Y lo disfruta: “Me muevo en todos los géneros; no quedarme solo en un camino, sino tener la libertad de cambiarme el sombrero, dependiendo del artista”.
Tras el premio de Disney, que ella considera un parteaguas de su carrera, terminó a las puertas de Katy Perry para componer la canción Roar. Y detrás han llegado oportunidades junto con Alicia Keys, el Dj noruego Alan Walker, Manuel Turizo y Goyo, para quien grabó recientemente.
En 2014, Ali Stone compuso y produjo la banda sonora oficial de la película colombiana de thriller Demental, convirtiéndose en la mujer más joven en realizar el soundtrack de una película. Y dos años más tarde, la revista Billboard la nombró entre los cinco nuevos artistas para ver en 2016.
Y eso, está segura Ali, fue lo que permitió que Justin Bieber la tuviera en el escenario como parte de su Purpose World Tour en Colombia.
En su caso, siente que su valor agregado como productora es que desde niña aprendió a tocar numerosos instrumentos. Comenzó con el piano clásico, a los 4 años, con una maestra que de paso la fue involucrando con el canto y la lectura y la escritura musical. Siguió con la flauta y después con la guitarra, esta última al lado de los guitarristas de un Juanes que por entonces estaba encumbrado en lo más alto de su carrera con canciones como A Dios le pido y La camisa negra.
“Ellos me metieron en una onda muy roquera y metalera. Y me enseñaban a tocar los solos de Juanes en la guitarra. Yo tenía 13 o 14 años. Y casi que enseguida me fueron enseñando cómo grabar la guitarra para los artistas; hoy agradezco haber tenido esa experiencia porque fue maravilloso para mi carrera como productora”, dice Ali.
Es que abrirse paso en esta industria no ha sido fácil. “Hace poco salió un estudio de una universidad de Estados Unidos que demostró que la participación de las mujeres en la producción musical solo llega al 2 por ciento. No es común este oficio entre las mujeres. Incluso, me he dado cuenta de que en América Latina es aún más bajo el porcentaje. Ahora que vivo en Los Ángeles noto que hay más productoras de Europay Australia y, aunque de forma tímida, en América Latina están surgiendo más. Me alegra ver ese cambio porque cuando comencé hace diez años me veían como bicho raro”, cuenta.
Ali, que también hace ingeniería de sonido –“donde las mujeres no pasamos del 3 por ciento”– es una de las productoras más completas de la música latina en Estados Unidos: canta, compone, mezcla, masteriza.
Después de la guitarra, Ali se le midió al bajo y a la batería. Y sigue aprendiendo los instrumentos que hagan falta. Para hacer música regional mexicana, por ejemplo, aprendió bajoloche y requinto. Durante la pandemia hizo lo propio con instrumentos de la lndia como el citar. “Qué bendición haber estudiado tantos instrumentos desde pequeña. Es como aprender un nuevo idioma. Y eso me ha enriquecido como artista y productora. Soy como una mujer orquesta y puedo tocar todos los instrumentos y además cantar”. Eso no lo tienen todos.
En 2018, una vez recibió su visa de artista, se mudó a Los Ángeles, “y también se me abrieron las oportunidades. Me clavé a trabajar al 200 por ciento. Estaba completamente sola en Estados Unidos y necesitaba hacerme a un nombre. Acá llegué solo con mi computador porque en Colombia había dejado todo, mis guitarras, mis instrumentos. Fue empezar de cero. Comencé con artistas pequeños y me les medí a todos los ritmos, country, lo que fuera, pero esa tenacidad es la que me tiene donde estoy”, cuenta Ali.
En ese camino se ha cruzado también con grandes artistas femeninas, como la mexicana Danna Paola, a quien no solo le ha compuesto canciones, sino todos los arreglos y la producción de su reciente tour. “Y ella me abrió más la puerta para el mercado latino. Gracias a eso empecé a trabajar con artistas tipo Camila Fernández, Sofía Reyes, Naty Natasha y Ángela Aguilar”.
También con la artista chilena Cami, que en 2020 recibió una nominación al Grammy anglo por su álbum Monstruo, producido en su totalidad por Ali Stone.
En esta década de carrera, dice, ha visto la transformación misma de la industria. “Ver, por ejemplo, cómo el movimiento de la música regional mexicana ha tomado muchísima fuerza, después del éxito Ella baila sola, de Peso Pluma. Hoy ya la gente sabe que hay ritmos mexicanos como el norteño, el corrido, el sierreño y el tumbado (que es a lo que le agregan elementos urbanos). Cuando Despacito tuvo ese momento de crossover en todo el mundo, todos querían meterse en la onda del reguetón; ahora pasa con el regional, donde hasta Shakira ha querido ser protagonista, ha sido impresionante”, reflexiona Ali.
La colombiana dice nutrirse de música hecha por mujeres: Shakira, Britney Spears, María Becerra, Gale y Young Miko, “que es además gran amiga”.
“No sé si la suerte exista, pero creo que ha sido el trabajo el que ha hablado por mí. Mi filosofía ha sido darla siempre toda, no conformarme. No decir: ya la logré, sino siempre ponerme nuevos retos”, relata esta productora, que estrenará canción propia en octubre, Afilá, un tema roquero que le confirma, una vez más, que no se equivocó al abrazar el largo, pero gratificante camino de la música.