Música
Kevin Roldán destapa en SEMANA uno de sus más grandes dolores: “Tras la muerte de mi papá, hice un cambio drástico y negativo en mi vida”
Fue el primer colombiano en colaborar con Bad Bunny y el único que ha cantado para estrellas como Cristiano Ronaldo. En SEMANA, Kevin Roldán confiesa cómo aprendió a lidiar con la fama desde los 13 años y cómo logró rescatarse a sí mismo tras la muerte de su padre.
Kevin Roldán se ha convertido en una de las figuras colombianas más reconocidas del género urbano en el mundo. Su vertiginosa carrera comenzó en su natal Cali, en donde la fama le llegó con apenas 13 años, sin más planes que componer temas de reguetón pegajosos.
El artista cantaba por el puro placer de hacer música, sin sospechar que en poco tiempo sus canciones atravesarían las fronteras y lo dejarían a los pies de figuras como Bad Bunny y el astro del fútbol Cristiano Ronaldo, que lo tuvo como uno de sus grandes invitados a una fiesta de cumpleaños, por los días en que electrizaba con sus goles en el Real Madrid.
Su voz comenzó a hacerse conocida con temas como Macatraca y Contra la pared. Y, una década atrás, en 2013, el caleño se unió a Maluma y Andy Rivera para estrenar Salgamos, que ya es un clásico de la rumba reguetonera. Desde entonces, ha sido invitado a colaborar para grandes del género como Arcángel y Nicky Jam.
Pero después de éxitos como Hasta abajo, este año Roldán quiso volver “a su esencia”, y en plena gira, que lo ha llevado por varios países, compartió con sus fans de todo el mundo TBC, una canción en la que dice reflejar una nueva etapa de su vida y con la que de alguna forma exorcizó el dolor y el extravío que le produjo la muerte de su padre. Así lo confesó el reconocido artista a SEMANA.
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SEMANA: Por estos días estrena TBC, un tema con el que parece saldar una vieja herida que le quedó producto de la muerte de su padre...
KEVIN ROLDÁN: Creo que esta canción es volver a la esencia de Kevin Roldán en todos los sentidos. Buscaba una canción que hiciera feliz a la gente, por eso elegí el afrobeat, un ritmo que hoy forma parte de un movimiento musical muy influyente en Colombia. Siento que, tras la muerte de mi papá, hice un cambio drástico y negativo en mi vida, donde no faltaban ni el alcohol ni las mujeres. No solo descuidé mi disciplina como artista, sino que empecé a hacer letras desde el dolor, de reguetón pesado, que funcionaban y a la gente le gustaban, pero a mí no me llenaban como artista. TBC es una canción que habla sobre el karma. Yo dejé el alcohol a un lado, y me propuse tener mejores hábitos, y eso solo me ha traído cosas buenas, como mi bebé Christopher, que tuve junto a mi prometida y que nació este año. Christopher fue ese punto en donde todo cambió… Cuando vi el nacimiento de mi hijo, ese día yo volví a nacer. La música y mi bebé me salvaron de ese momento oscuro. Fue entonces cuando busqué tener una mejor relación con mis otros hijos. Yo necesitaba sanar mi alma, porque lo que más quiero es estar tranquilo a mis 29 años. Reconozco que no siempre fui un buen padre, porque le di prioridad a viajar y a conocer el mundo, pero en este momento quiero mejorar ese aspecto de mi vida.
SEMANA: ¿Qué significó perder a su padre, Peter Roldán, un gran impulsor de su carrera como artista y su mánager por muchos años?
K.R.: Fue durísimo. Él y mi mamá fueron siempre las personas que estuvieron para ser mi polo a tierra, porque a mí la fama me llegó muy pronto, a los 13 años, en Cali. Y a los 17 ya sonaba en todo el mundo con temas como Salgamos y PPT. Yo era un niño y ya sabía lo que era tener dinero y fama. Y la verdad era que nosotros como familia no teníamos un plan, yo comencé a hacer música y subirla a YouTube por puro gusto, pero sin imaginar que este sería mi camino, mi proyecto de vida. Pude haberme extraviado en el camino, a esa edad, pero mis padres fueron mi base. Ellos no dejaron que me perdiera en las drogas, y me hicieron consciente del valor del trabajo y de la responsabilidad que ya tenía con ese público que me seguía. Entonces, perder a mi padre ha sido una ausencia gigante.
SEMANA: ¿Por qué pudo más la música que el fútbol?
K.R.: Cuando era muy niño disfrutaba de ambas cosas. Pero, cuando llegaba de jugar me encerraba a componer y grababa mi música en casetes, improvisaba. Un día mis papás me sentaron y me dijeron: “Te vemos potencial en las dos cosas. Pero, ¿por cuál te decides?, ¿cuál es tu verdadero sueño”. Y les dije que deseaba hacer música. Quiero hacer letras que hagan feliz a la gente. Hoy, no tengo muchos recuerdos de mi vida sin ser artista. Desde que pegamos mi primer hit, no he parado.
SEMANA: Usted fundó un sello discográfico, King Records, con el que apoya a artistas emergentes. ¿De dónde nació esa idea?
K.R.: Siempre tuve el sueño de crear mi propia disquera porque crecí viendo a los grandes como Eminem con sus propias disqueras apoyando a artistas emergentes. Y me propuse ese reto, con 25 años, junto a mi padre, que me apoyó para sacarlo adelante. Ya llevaba doce años de carrera y sentía que era el momento. Pero junto a mi padre tuvimos claro que no seríamos como otras disqueras que apoyan a los que ya están sonando. Nosotros descubrimos artistas en los bares, en los buses, en las calles, otro fue profesor de música. Gente que no imaginaba grabar en su vida como Ryan Castro, que era un artista de barrio que cantaba en el transporte público. Y es bonito ver en los otros la alegría de que los sueños se cumplen.
SEMANA: Este es un oficio donde son más las puertas que se cierran que las que se abren...
K.R.: Totalmente. En los artistas de la disquera he descubierto historias de personas que veían como algo imposible tener una carrera, grabar un disco, porque hacer música es muy difícil. Yo tuve la suerte de pegar mis canciones muy pronto, pero esa no es la historia de todos. La mía es una excepción, mi reto mayor después fue mantenerme, porque puedes pegar una canción y después pasar al olvido fácilmente. Esta es una carrera en la que el esfuerzo es diario. Yo todos los días me levanto a las 6 de la mañana a pensar en proyectos nuevos y en música. Este es un trabajo de mucha dedicación porque detrás hay mucha gente buscando una oportunidad. Entonces, por eso me gusta apostar por nuevos talentos, porque al hacerlo sé que estoy ayudando a poner comida en la mesa de una familia, y haciendo posible que alguien pueda encontrar en la música una profesión, un proyecto de vida.
SEMANA: Usted es el primer colombiano que graba con Bad Bunny, uno de los titanes de la música urbana. ¿Cómo es esa historia?
K.R.: Un día me llamó Luian y me preguntó: “¿Has escuchado hablar de Bad Bunny?”. Yo le respondí que sí, y me sugirió hacer algo juntos. Pocos días después, Bad Bunny estaba en Colombia grabando el video con nosotros en Cali. En esa época, año 2017, él no era tan reconocido como ahora. Pero yo ya estaba pegado y me gustó mucho la propuesta musical que él tenía. Yo no sabía lo lejos que había llegado mi música: en la fiesta, Cristiano se subió a cantar conmigo.
SEMANA: También hizo historia por participar en una fiesta de Cristiano Ronaldo...
K.R.: Cosas de Dios, de la vida. Un día estaba en Nueva York haciendo unos shows y mi papá me llama y me dice que Cristiano me quería para la fiesta en la que celebraría sus 30 años. Eso me implicaba volar de Estados Unidos e irme a España en un par de días y regresar rápido para seguir con las presentaciones que ya tenía programadas. Fue una experiencia increíble porque estaban también James Rodríguez y Keylor Navas. Después de eso, los medios deportivos sacaron muchas historias porque después de esa fiesta al Real le metieron una goleada.
SEMANA: En la música urbana hay un debate que aún no tiene fin y es el que gira alrededor de las letras. ¿Qué opina de los críticos del reguetón?
K.R.: Siento que esta música ha sido muy atacada desde el comienzo. Y puede sonar fuerte lo que se cuenta en estas canciones, pero son cosas que se deben ver con más naturalidad. El erotismo y la pasión no se lo inventó Daddy Yankee, es un tema que ha estado presente en muchos géneros. Y el ‘perreo’ fue una manera que encontró toda una generación para expresarse y disfrutar de la música y de la rumba. Pero figuras como Daddy Yankee y Bad Bunny han tenido una evolución. Y ahora escuchas temas que hablan de otras cosas porque el público mismo ha pedido esa evolución. Y te soy honesto: a mis las letras más ‘limpias’ me llenan más el corazón.