La reina Letizia en Cali: se preparó su propio café y se sorprendió al descubrir la torta Brazo de reina

El segundo tramo de la visita de su majestad a Colombia pasó del entorno marino de Cartagena, a uno completamente distinto, las montañas del Valle del Cauca.

El paisaje no era nada nuevo para ella, pues ya había recorrido los alrededores de Cali cuando vino por primera vez a Colombia en 1994.

Si esa vez viajó como una desenfadada estudiante de Comunicación Social de la Complutense de Madrid, ahora volvió como una reina, pero del siglo XXI.

Al igual que en La Heroica, la reina mantuvo su sencillo y cómodo atuendo de cooperante: vaqueros, camisa blanca y chaleco de la Agencia Internacional de Cooperación Española, cuyos logros vino a supervisar.

De Cali, la reina se trasladó al municipio de Yotoco, donde la agencia auspicia una finca cafetera que es gestionada, en su mayoría, por exguerrilleros de las Farc que han asumido mediante este trabajo su reinserción en la sociedad.

La finca tiene su propia marca de café, que se vende en el exterior.

Curiosa, como de costumbre, la esposa de Felipe VI recorrió los cultivos de la finca, llamada Trópicos Frutos de Esperanza, hizo preguntas y dijo frases de estímulo a los beneficiarios del programa.

“Estoy satisfecha por todos los conocimientos y oportunidades que me han dado y con todas las personas que nos apoyan. Continuamos en este proceso, soñando”, manifestó la reina.

En un momento dado, ella quiso prepararse por sí sola su café, el cual luego degustó encantada.

Para acompañarlo, le ofrecieron un postre popular en algunas regiones de Colombia y no pudo ocultar su asombro al saber que se llama Brazo de reina, que tiene forma de rollo.

“¿Y por qué se llama así?”, le preguntó a Karina, una exguerrillera que participa en el proyecto.

“No sé. Será el color. Nosotros lo llamamos suspiro”, le respondió Karina.

Inocentes de la ilustre visita que tenía lugar en la finca, unos niños jugaban en una zona recreativa perteneciente al establecimiento. Al verlos, la reina se les acercó, subió las escaleras de un tobogán en el que se divertían y conversó un poco con ellos.

La agenda de su majestad también incluyó una visita a la Escuela Taller de Jardinería, en Cali.

En fin, Letizia volvió en un rol muy distinto, pero con la misma simpatía que derrochó cuando estuvo en el Valle hace 29 años, según quienes la conocieron y atendieron en ese momento.

Como le interesaba mucho el periodismo que se se hacía en América Latina, al saber que en la capital del Valle del Cauca se realizaría el VII Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación, no pensó en otra cosa que asistir.

En ese momento, no tenía la fortuna que tiene hoy como reina de España, sino que era la hija de un padre periodista, Jesús Ortiz, y una madre enfermera y sindicalista, Paloma Rocasolano, que no tenían todo el dinero que necesitaba para costear el viaje.

Para conseguir los fondos, Letizia se empleó en una pizzería como mesera durante un año y fue así como pudo hacerse presente en el encuentro, que tuvo lugar del 24 al 28 de octubre, hace 29 años.

A continuación, siguieron unos días en que participó activamente en las conferencias, pero también fue de rumba, degustó la gastronomía colombiana e hizo muchos amigos.

La visita de la consorte del rey de España se inició en Cartagena el pasado martes, donde fue recibida por la primera dama de la Nación, Verónica Alcocer.

En La Heroica la reina visitó un barrio beneficiado con un proyecto de agua potable patrocinado por la agencia, además de la Escuela Taller de Cartagena y las obras de restauración que adelantan sus alumnos en el baluarte de Santa Catalina.

En 2009, Letizia regresó al país, en visita oficial, ya convertida en princesa de Asturias por su matrimonio con el entonces heredero al trono de España.