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La tormentosa niñez que tuvieron los hijos de Donald Trump

La autobiografía en la que habla de su relación con Donald Trump, la crianza de sus hijos y su divorcio, se ha convertido en un blanco de críticas.

14 de octubre de 2017
| Foto: Getty Images

Ivana Trump, la primera esposa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aprovechado el enorme interés mediático de la familia que habita la Casa Blanca para lanzar su nuevo libro Raising Trump (Criando a Trump), en el que habla de cómo inició su romance con el empresario, cómo criaron a sus tres hijos, Donald Jr., Ivanka y Eric; y de su millonario divorcio. Lo sorprendente es que la autobiografía ya está generando revuelo y ni siquiera ha llegado a todas las librerías de Estados Unidos.

En la primera parte del libro, Ivana narra como se conoció con Donald Trump en un restaurante en Manhattan. Cada uno llegó al lugar por separado,  con otros amigos, pero eso no fue impedimento para que Trump se le acercara a coquetearle. Aún más, el pagó su cuenta y la invitó a su hotel. En ese entonces Trump ya era un empresario que contaba con una gruesa fortuna en sus bolsillos, mientras que Ivana era una joven recién desembarcada de la república Checa que llegaba a ese país a tratar de cumplir sus sueños. Los costosos regalos y atenciones y el mundo de lujo de Trump la cautivaron.

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Así inició una relación que dio vida a tres hijos, cuya infancia no fue un jardín de rosas. Ivana describe que tanto Donald Jr., como Eric e Ivanka crecieron sin cariño paternal. Donald no fue el típico papá que suele salir a dar un paseo o que juega béisbol con sus hijos. Por el contrario, entabló una relación con sus hijos cuando cumplieron 18 años, pues ya podían hablar de negocios", asegura Ivana en el libro.

Particularmente a la prensa del corazón le ha sorprendido el caso del primogénito, Donald Jr., y muchos medios se  preguntan cómo soportó tantas humillaciones en su niñez. La primera sucedió al momento de escoger su nombre. La madre quería que tuviera el de su padre pero, sorprendentemente, Donald Trump se negó a esto pues le inquietaba que su hijo fuera un perdedor y lo relacionaran con su nombre. Finalmente, Ivana pudo persuadirlo.

Ivana deja claro que ella es la única responsable de la crianza de sus “estupendos hijos”. A lo largo de la autobiografía se define como una “madre leona”, y asegura que les transmitió “las lecciones más importantes de la vida: la lealtad, la honestidad, la integridad y la unidad”, al tiempo que le quita casi todos los méritos al magnate neoyorquino.

Y si bien en el libro tiene la pretensión de mostrar las buenas pautas de crianza que ellos tuvieron con sus retoños, muchos observadores han visto todo lo contrario: Donald Jr., Eric e Ivanka tuvieron infancias miserables. Un ejemplo es que sus hijos debían viajar en clase económica mientras ella iba en asientos de primera clase. Ella justifica que lo hacía para no malcriarlos. Además, cada uno iba a escuelas diferentes para evitarse la odisea de tener que alistarlos al mismo tiempo. También les tenían prohibido invitar a compañeros a su lujoso tríplex, exceptuando a Michael Jackson, quien tenía invitación abierta al edificio.

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La infancia de Donald Jr., es la más traumática. Muy pequeño presenció la muerte de su niñera en su apartamento,. El y Eric llamaron a su madre, que estaba fuera de la ciudad, y en medio de gritos histéricos le contaron que la habían encontrado muerta en su habitación. Y durante el publicitado divorcio, como muchos los padres, los Trump se embarcaron en una lucha por la custodia de sus hijos. En una ocasión Donald Trump envió guardaespaldas para recoger a Donald Jr., y le sentenció a Ivana que nunca mas lo volvería a ver pues “lo iba a criar él solo”. A lo que Ivana le respondió: “Quédate con él. Tengo otros dos hijos para atender”. Lo cierto es que el joven terminó en un internado sin ningún contacto con su padre.

Todos estos recuentos han hecho que los medios internacionales recomienden a los padres no leer el libro como una guía de buena crianza. Aunque quizás los resultados de hoy le muestren que su crianza fue de maravilla, muchos medios, como The New York Times se preguntan dónde está la diversión, los juegos, las amistades y las travesuras típicas de esos niños Por eso denominan a la niñez de los Trump “la peor infancia de la historia”.

La ruptura de la “familia feliz” llegó cuando hizo su aparición en la vida de Trump la actriz Marla Maples.  Al conocerse que Maples estaba embarazada, Ivana pidió el divorcio y  la separación millonaria se finiquitó y no tuvo piedad alguna. "Donald se tomó el divorcio como si fuera un negocio y él no podía perder, tenía que ganar". Maples dio a luz su cuarta hija, quien fue bautizada con el nombre de Tiffany.

El divorcio trajo consigo disputas familiares en las que el principal afectado fue de nuevo Donald Jr. Después de hablar por 20 minutos con el niño, el presidente se dirigió a Ivana y le dijo: “eres una mala madre. Me voy a quedar con Donald Jr”. Una decisión que no lo logró mantener ni por 10 minutos cuando devolvió al menor a su madre.

En su libro, Ivana también brinda recomendaciones para sobrellevar un divorcio. Sugiere que lo mejor es nunca aparentar más de 28 años y para lograrlo recomienda recurrir al bisturí. "Si usted puede permitirse alguna cirugía plástica, hágalo. ¿Por qué no?".

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No solo la autobiografía ha generado reacción en los medios, sino también la serie de entrevistas que ha ofrecido para promocionar su libro, en las que se fue lanza en ristre contra Melania Trump, la primera dama de Estados Unidos. Una de las más polémicas fueron la declaración que dio  a ABC News cuando Ivana, en tono de broma, pidió que la llamaran primera dama. Además, dejó claro que mantiene comunicación permanente con el presidente, que es su consejera y que esa cercanía le genera celos a Melania Trump. “Tengo el número directo de la Casa Blanca pero no quiero llamar porque sé que Melania está allá. Evito hacerlo para no provocar celos porque yo soy la primera mujer de Trump. ¿Okey? Soy la primera dama", dijo entre risas.

Estos comentarios se convirtieron en comidilla para los medios de comunicación internacionales, al punto que la misma Melania Trump se pronunció a través de un comunicado oficial que dio a conocer su vocera Stephanie Grisham. “La primera dama tiene la intención de utilizar su título para ayudar a los niños, no para vender libros. No hay un fundamento consistente en la declaración por parte de Ivana Trump. Lamentablemente es puro ruido para llamar la atención”, dijo.