Nación
“Llegó el momento que temí. Estoy nervioso”: la nostálgica despedida del embajador de Alemania
Con una foto abordando el avión, el carismático diplomático Peter Ptassek se despidió del país tras cuatro años de trabajo. Había sido una celebridad en Twitter y en esa misma red dijo adiós.
El embajador de Alemania, Peter Ptassek, se despidió a su modo de Colombia. Este sábado, mientras tomaba el avión para volver a Berlín, publicó un trino contando que había sido sujeto de uno de los más grandes milagros de quienes caminan en la montaña: ver cara a cara a un oso de anteojos.
¡Durante 4 años esperábamos este momento! Por fin el oso de anteojos se presentó ayer para despedirnos en el parque Chingaza. Gracias, querido habitante tímido de los páramos, ¡y que te vaya bien! ¡Te vamos a extrañar mucho! Y gracias a @sabdaji (se ve en la foto) por este regalo pic.twitter.com/0OttC5Uwtd
— Peter Ptassek - Embajador de Alemania en Colombia (@alemEmbajador) July 2, 2022
Para quienes caminan por el páramo encontrar uno de estos mamíferos es toda una rareza. Hay quienes lo recorren por años sin tener esa suerte. Sin embargo, en su último viaje a este ecosistema, que su gobierno protegió tanto, el diplomático lo vio.
“¡Durante 4 años esperábamos este momento! Por fin el oso de anteojos se presentó ayer para despedirnos en el parque Chingaza. Gracias, querido habitante tímido de los páramos, ¡y que te vaya bien! ¡Te vamos a extrañar mucho!”, trinó.
Y llegó el momento! Ese al que tanto le temí: El de la despedida! Se me nota? Estoy nervioso! Colombia: gracias por harberme alojado por casi 4 años. Colombian@s: Me harán falta. pic.twitter.com/dqIZXfsbxg
— Peter Ptassek - Embajador de Alemania en Colombia (@alemEmbajador) July 3, 2022
En horas de la tarde el trino que le siguió fue lleno de nostalgia y de emoción: “Y llegó el momento! Ese al que tanto le temí: El de la despedida! ¿Se me nota? ¡Estoy nervioso! Colombia: gracias por haberme alojado por casi 4 años. Colombian@s: Me harán falta”, escribió.
SEMANA había hablado con él días atrás sobre su despedida. Esto había dicho.
SEMANA: Embajador, se despide en un momento muy coyuntural del país ¿Es una coincidencia que su salida sea al mismo tiempo del cambio de Gobierno?
Peter Ptassek: Es una coincidencia. Pero en estos años que he estado en Colombia me he dado cuenta de que no hay ningún momento sin importancia. Cada momento es decisivo en la historia de Colombia. Todos se sienten responsables de hacer lo correcto y dejar lo falso. Pero, sí, mi mandato acaba y mis cuatro años coinciden más o menos con el Gobierno de Iván Duque. Me voy en unos días. En estos momentos uno suele invitarse a sí mismo a responder qué logró o qué pasó.
SEMANA: ¿Y qué pasó? Se va en medio de un gran cambio.
P.P.: En el país, normalmente, no se hablaba de cambio. Siento que es un tema que se trata desde hace muy poco. Es evidente que en la segunda vuelta todos en la comunidad internacional nos sorprendimos. Los dos candidatos representaban un gran cambio. Hasta este momento, el cambio se veía como un concepto criticable, casi como sinónimo de ‘castrochavismo’.
Nosotros en Alemania siempre estamos criticando todo y eso se ve como una contribución para mejorar las cosas. Fueron cuatro años muy interesantes y a la vez muy difíciles. Siento que sí ocurrieron muchos cambios, pero que no se presentaron como tal.
Se ha abierto un espacio político, un espacio para hablar del futuro del país, de cómo hacer las cosas, cómo relacionarse con su propio pasado bajo una unas condiciones muy difíciles, una polarización muy fuerte, un conflicto en las discusiones muy profundo, que me parece normal en un país que lleva muy pocos años de salir de un acuerdo de paz. Me voy cuando llega el primer presidente de izquierda al país.
SEMANA: ¿Cómo cree que cambiará Colombia con el Gobierno de Gustavo Petro?
P.P.: El cambio llegará, pero no tenemos claro cómo. Eso depende muchísimo de la relación del presidente con los colombianos, con las instituciones, con el sector empresarial, con el Congreso. Colombia es un país de instituciones fuertes, con Cortes fuertes.
Y para facilitar las reformas que permitan el cambio es clave el diálogo. Es el momento de mirar adelante. En vez de sacar las culpas del pasado, lo importante es aprovechar este buen momento para sentarse a pensar qué quieren construir los colombianos. En Colombia nunca han faltado los problemas, pero esta es una oportunidad única para discutir cómo avanzar.
SEMANA: ¿Escuchó el discurso de Petro? ¿Qué piensa de este pacto por la Amazonía que les propone a Estados Unidos y la comunidad internacional?
P.P.: Es una idea en la que se ve la continuidad de un compromiso que tiene Colombia desde hace mucho tiempo: el Pacto de Leticia, la institución Visión Amazonía, los programas de protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático.
En todo eso, Colombia ya es aliado de la comunidad internacional. De Alemania, de Noruega, del Reino Unido. Tenemos programas muy contundentes alrededor de este tema.
Estamos listos para acompañar este esfuerzo, forma parte de una responsabilidad global que hay que llenar con acciones a nivel en todos los países. Sabemos que no es fácil hablar con Brasil en este momento sobre la Amazonía, pero me parece muy bienvenido este compromiso del presidente electo.
SEMANA: Usted ha sido abanderado de una causa aquí desconocida: el hidrógeno verde. ¿Por qué le metió tanto la ficha?
P.P.: No me sorprende que sea desconocida. Colombia es tan inmensamente rico en una diversidad desconocida por los mismos colombianos que es entendible que el hidrógeno verde no sea una excepción. Pero la situación de tensión que se vive con Rusia y Ucrania nos ha mostrado brutalmente nuestra dependencia del gas ruso y nos ha obligado a replantearnos.
Empezamos a buscar dónde podemos encontrar otras fuentes de energía y una que ya se descubrió en la agenda ambiental es el hidrógeno verde. Tenemos mucha admiración por la hoja de ruta de este país en este tema. Tenemos que resolver ‘pequeños problemas’: no se produce, no se consume y no se transporta. Colombia podría ser líder en esa producción.
SEMANA: ¿Qué lo hace sentir orgulloso de su paso por la embajada? Por ejemplo, en el apoyo que le ha dado su Gobierno al proceso de paz.
P.P.: Muchas cosas, pero en especial el apoyo a la JEP y al proceso de verdad. En Alemania cometimos el error de no hacer nada durante los 20 años siguientes a la guerra. Nos dormimos hasta que estalló la violencia sobre el tema del pasado. No es necesario copiar nuestros errores. Colombia está dando un ejemplo al mundo. Se puede hablar del pasado, incluso cuando duele.
SEMANA: Cambiando de tema, usted se va y llega la primera mujer embajadora en la historia de esta relación diplomática.
P.P.: ¿Cómo es posible que no tuviéramos una mujer antes? Esa es la pregunta. Pero hoy las mujeres embajadoras alemanas son más la normalidad que la excepción.
SEMANA: Ahora que está en plan de nostalgia, ¿cuál es el recuerdo que usted más atesora de este país?
P.P.: Hay dos cosas, una más personal y otra más profesional. En el tema profesional, me queda como recuerdo para siempre la reacción de muchos defensores de derechos humanos que nosotros visibilizamos en videos y trinos de la embajada hace muchos años.
Últimamente, resulta que todos están muy agradecidos. Unos me han dicho que esos trinos salvaron sus vidas. Yo mismo escribí un trino hace unos años que decía “No me toquen a este socio”, sobre Leyner Palacios. Ahora él es comisionado de la verdad y me lo recuerda mucho.
SEMANA: ¿Y lo personal?
P.P.: Se podría decir que es un momento más turístico. Recientemente, fuimos al nevado del Tolima con mi esposa y mis hijos. Salimos de la finca en la que nos quedamos a las cuatro de la mañana, buscando el reflejo del nevado en el agua.
Esperamos muchas horas y todo parecía indicar que no pasaría porque el cielo estaba nublado. De repente, se abrió el cielo y lo vimos: una belleza deslumbrante. Me emocioné muchísimo.
SEMANA: Ya que habló de Twitter, usted es quizás el primer embajador tuitero que conocieron los colombianos. ¿Le sirvió estar ahí para su trabajo?
P.P.: Sí. Para estar en contacto con los colombianos. Nos permitió tener una discusión abierta. No siempre a favor. Me gusta cómo se pudo debatir sin recursos de violencia.
Fue divertido y enriquecedor. Ya que está de moda hablar de legado, me gustaría que este fuera el mío. Haber contribuido a que el país se sumara a esa sed de discutir en Twitter. De hablar de los temas difíciles.
SEMANA: Usted escribía cosas muy simpáticas, pero que pusieron a pensar al país muchas veces. Un día se preguntó quiénes eran las personas de bien.
P.P.: Pregunté, porque, la verdad, no entendía esa discusión. Me preguntaba qué podía ser y me parecía lógico que eran quienes acatan la ley y protegen los derechos humanos. Me llegaron muchísimas respuestas que me mostraron que había otras lecturas.
SEMANA: ¿Cuál es la mejor foto que tomó?
P.P.: Las primeras son las que hice durante mi primer viaje en 2018 en las Fiestas de San Pacho en Quibdó. Retraté rostros en blanco y negro, que todavía tienen una energía muy fuerte. Miro esas fotos y me responden con sus miradas abiertas y curiosas. Ellos fueron como mi comité de bienvenida, todavía hablo con ellos en mi cabeza de vez en cuando.
SEMANA: ¿Qué objetos se lleva?
P.P.: Tengo una colección muy rara. Tengo una mochila que me regalaron los koguis en la Sierra Nevada. Y un remo de madera del Amazonas. ¿Qué voy a hacer con este remo en Berlín? Todavía me lo pregunto. Y llevo un muñeco Frailejón Ernesto Pérez en tejido. Se ve superlindo. Llevo cuatro para mis hijos en Alemania. Y muchos libros de Juan Gabriel Vásquez.
SEMANA: ¿Qué consejos le deja a su sucesora?
P.P.: No, no, no, nada. Ella es una experta en la región. Dejaré un informe que habla de la importancia del sistema integral (la Jurisdicción Especial para la Paz y la Comisión de la Verdad, y de Colombia como aliado del cambio climático). Pero siento que no habrá tantos cambios en el país, y, la verdad, es que nada vale menos que las recomendaciones del predecesor (risas).