TELEVISIÓN
La vida después de la comedia ‘Seinfeld’
Este hito de la televisión sembró una historia que sigue vigente: Julia Louis-Dreyfus ha ganado seis Emmy seguidos, Jerry Seinfeld estrena especial ‘stand-up’ y Larry David regresa con ‘Curb your Enthusiasm’.
En los años noventa los fanáticos de la tele tenían dos opciones: o eran fans de Seinfeld o de Friends. Ambas comedias coincidieron solo entre 1994 y 1998 cuando la primera salió del aire, pero dieron pie a un debate entre estilos que aún persiste estos días. A pesar de la competencia, ambas producciones tienen algo en común. Más allá de los altos ratings y los millones que generaron, sus seguidores son fieles y repiten los episodios sin importar si los han visto 11 veces. Por este poderoso efecto, Netflix adquirió los derechos de transmisión de Friends por 118 millones de dólares, y Hulu, servicio de streaming que le compite en Estados Unidos, pagó por Seinfeld 160 millones.
Seinfeld nació por obra y gracia de los comediantes Jerry Seinfeld y Larry David, dos neoyorquinos que, después de tomar distintos pasos en la comedia y pulir talentos, se unieron para este proyecto y, para su sorpresa, se hicieron multimillonarios. Entre realidad y chiste, argumentaban que se trataba de una comedia “sobre nada” enmarcada en la vida del comediante Jerry Seinfeld y su círculo cercano: su exnovia y mejor amiga, Elaine Benes (Julia Louis-Dreyfus); su mejor amigo, George Costanza (interpretado por Jason Alexander e inspirado por Larry David), y su vecino Cosmo Kramer (Michael Richards). En esta comedia importa sobre todo el ‘cómo’. Seinfeld exploró la edad adulta sin ahorrarse la acidez de lo que muchas veces se piensa y se anota, pero no se dice por cortesía. Sus situaciones e interacciones revelan un poco más de los prejuicios y las particularidades que definen a las personas y sus relaciones. Y en gran parte, los años no le han quitado brillo.
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En sus primeros años no parecía despegar (Jerry recibía entre 20.000 y 40.000 dólares por capítulo), pero en su cuarta temporada Seinfeld reinaba y todos los anunciantes querían pautar. David dejó la serie en la cúspide, tras la séptima temporada. En la novena, Jerry Seinfeld decidió terminarla a pesar de una propuesta de 110 millones de dólares de la NBC. El último programa, criticado por anticlimático, congregó a 76,3 millones de espectadores solo en Estados Unidos. Y, para entonces, ya tenía un nicho fiel en América Latina que la seguía por el canal Sony, el mismo que hoy emite cuatro episodios cada medianoche. Curiosamente, Seinfeld y David se han embolsillado cada uno más de 200 millones de dólares por cuenta de las negociaciones de esos derechos de retransmisión en Estados Unidos y el mundo, y podrían llegar a otros 200 más en negociaciones futuras. Eso arreglaron con Castle Rock Entertainment, productora filial de la Warner Brothers y dueña de la serie.
Ayer y hoy
La recordada comedia terminó en 1998, pero en 2017 la mayoría de sus figuras claves siguen dando de qué hablar. Detrás de las cámaras siempre estuvo la genialidad de Larry David. Y desde 2000, de forma intermitente, ha escrito, producido y protagonizado Curb your Enthusiasm. En la serie de HBO, que estrenó el viernes su novena temporada y documenta su vida después de Seinfeld en Los Ángeles, se presenta como un personaje capaz de meterse en los líos más inverosímiles por su temperamento conflictivo y poco convencional. Por eso choca contra el mundo y provoca situaciones tan incómodas como graciosas. Cuando David visita la casa nueva de un amigo no tiene problema en rechazar la invitación a dar ‘el tour’, “Para qué, es lo mismo siempre, hay puertas, cuartos, jardines”. Quisquilloso, David defiende causas curiosas e implementa sistemas para lidiar con el mundo. Es tan personaje que ha alimentado dos interpretaciones memorables en épocas distintas: la suya, como sí mismo, y la de George Costanza.
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De los actores, Julia Louis-Dreyfus es el caso más destacable, pues con trabajo duro y criterio al escoger papeles se ha convertido en la actriz más ganadora en la historia de los Premios Emmy. Louis-Dreyfus ligó su destino a la comedia y nunca cambió el rumbo. Nació en Nueva York en una dinastía millonaria, pero labró su camino como artista. Estudió actuación en Chicago, y entre 1982 y 1989 consiguió papeles en películas de Woody Allen. Trabajó en el departamento creativo del icónico Saturday Night Live, pero en 1989 consiguió el papel que la elevó a superestrella: Elaine Benes, la exnovia/mejor amiga de Jerry. El personaje, una mujer dueña de su destino, progresiva, insegura pero convencida, pragmática, profesional y superficialmente pasional le valió su primer Emmy (mejor actriz de reparto en serie de comedia, 1996). Y una vez terminó, no esperó demasiado para perseguir el próximo capítulo de su carrera: hacerse protagonista.
Dejar atrás el encasillamiento ligado a un éxito como Seinfeld no es fácil, y de eso pueden dar fe Jason Alexander y Michael Richards, quienes no han logrado superar a sus personajes de Costanza y Kramer. Louis-Dreyfus probó primero con Watching Ellie, pero los ratings de la serie no la acompañaron. Su siguiente apuesta, The New Adventures of Old Christine, resultó más provechosa. En la piel de una emprendedora, madre divorciada, ganó su segundo Emmy (2006) y se mantuvo cinco años al aire. Luego llegó Veep, un proyecto con HBO y el brillante creador Armando Iannucci que empezó en 2012 y la disparó de vuelta al tope. En el rol de Selina Meyer, vicepresidenta de Estados Unidos, una política calculadora y tragicómicamente falsa, ha ganado seis Emmy consecutivos a mejor actriz en serie de comedia, más que ninguna otra.
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Al día siguiente de alzar su sexto reconocimiento, le cayó un baldado de agua fría cuando su médico le diagnosticó cáncer de seno. En su cuenta de Twitter, Louis-Dreyfus compartió la noticia con sus miles de seguidores y le dio un giro e inspiración. Agradeció estar protegida por su familia, en buenas manos, y tras reconocer que no todas las personas tienen esa suerte prometió ser vocera de la causa. Recibió miles de voces de apoyo y agradecimiento por el gesto y por una vida dedicada a dejar interpretaciones memorables.
Y por último está el gran stand-up, el eje de todo: Jerry Seinfeld. Regresó en 2017 al tope de la lista de comediantes mejor pagados, con un total de 69 millones de dólares en 2017. En parte esas ganancias se explican por un acuerdo con Netflix para Jerry Before Seinfeld, un especial recién estrenado, y por Comedians in Cars Getting Coffee, un programa descomplicado de charlas informales con personajes que circulan en carro en busca de un café, tan bien recibido por la crítica que hasta aceptó participar el expresidente Barack Obama. En el especial de Netflix, quizás el material más egocéntrico de su carrera, Seinfeld echa cuentos sobre su familia, casa y carrera de comediante y devuelve el casete a esas épocas en las que apenas era un desconocido abriéndose paso por la escena cómica de Nueva York en los años setenta. A veces, para seguir adelante, lo único que hay que hacer es mirar al pasado.