EMPRENDIMIENTO
Los colombianos que montaron empresa para mostrar la otra cara del país
Juan Ruy Castaño y Manuel Peláez son Monarca Producciones, un sello que cobra notoriedad con contenidos culturales que narran la historia del país desde una perspectiva diferente.
Hace siete años nació un monarca inspirado en contar historias. Juan Ruy Castaño armó equipo con dos amigos para generar contenido audiovisual dirigido a plataformas digitales.
Poco a poco descubrieron el potencial de su propuesta y entonces Manuel Peláez empezó a trabajar en la parte gerencial del ambicioso proyecto. Su premisa ha sido: content is king (el contenido es el rey) y apuntan bien alto para mantener esa corona en su lugar.
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El camino de Juan Ruy y Manuel se cruzó en el momento preciso para poner a rodar su creatividad. El primero, hijo del reconocido director de cine y documentalista Rodrigo Castaño Valencia, y de la artista Ana María Rueda, saltó de su pasión por la música a comunicar a través de las imágenes.
su padre puso la primera cámara en sus manos, y su madre hizo lo propio al explicarle los detalles del mundo del arte. “Crecí en estudios de grabación".
“En 2005 fui a París a estudiar Jazz y continué en Buenos Aires, en donde me formé como productor musical; pero convivía con estudiantes de cine, hacía el sonido directo de algunos cortos y veía diez películas a la semana. Cuando volví a Colombia monté un estudio de grabación y producción; poco a poco empecé a moverme hacia la imagen. Aunque mi única clase de fotografía me la había dado mi papá cuando yo tenía 13 años, nunca he parado de tomar fotos”.
Como un presagio, su padre puso la primera cámara en sus manos, y su madre hizo lo propio al explicarle los detalles del mundo del arte. “Crecí en estudios de grabación. Tal vez por eso me lancé a esta industria sin haberla estudiado”.
Manuel, por su parte, estudió Finanzas y Mercadeo en Nueva York y decidió encaminar su carrera hacia las artes creativas. “Exploré la producción de eventos y conciertos musicales, pero la vida me puso en el camino de la producción audiovisual, junto a buenos amigos, como Ángela Álvarez y Juan Ruy Castaño quienes incursionaban en este gremio sin tener ninguna experiencia administrativa o financiera”.
Asegura también que llegó al lugar donde pudo combinar su pasión por el emprendimiento, lo audiovisual, la producción y los negocios.
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Su trabajo en equipo ha dado frutos; por eso, desde el año pasado decidieron crear sus propios documentales, una movida osada que ya tiene en su historial dos importantes producciones: Caballos, una serie desarrollada junto a Valle Verde Horse Riding, empresa dedicada a travesías y eventos ecuestres.
“En efecto, tenemos realidades duras y hermosas, por eso nos enfocamos en una comunicación positiva"
La otra es el largometraje Frontera, en realización actualmente, y en el que han avanzado de la mano del Instituto Alexander von Humboldt.
Para cada proyecto, además, configuran un grupo único de profesionales que responda a las necesidades de la idea que buscan transmitir.
“El objetivo es contribuir a través del arte audiovisual a visibilizar la realidad del país y el continente. En efecto, tenemos realidades duras y hermosas, por eso nos enfocamos en una comunicación positiva, con proyectos como Caballos que tiene una visión sobre el mundo y la herencia de este animal, desde México hasta la Patagonia".
"Y Fronteras, que refleja una parte de la realidad del posconflicto y el mundo de los cultivos de coca en las regiones más apartadas de nuestro país”, explica Juan Ruy.
Aunque tienen claro hacia dónde van, la travesía no ha sido fácil. “Lo bueno es que somos felices haciendo lo que hacemos”, asegura Manuel. Por experiencia saben que emprender en Colombia implica un gran esfuerzo y que el ambiente de la industria no da tiempo de un aprendizaje normal como empresa.
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Ahora, el reto es que sus videos eleven el espíritu de quienes los ven; que inspiren y transmitan mensajes relevantes, de la mano del inmenso talento que hay en el país, a pesar de que no exista la infraestructura para grandes producciones.
El siguiente territorio que tienen en la mira es conquistar el cine, y están trabajando para eso, como lo explica Manuel: “Estamos escribiendo guiones que ojalá pasen por todos los procesos necesarios para pulirse y ver la luz pública. Afortunadamente existen el BAM (Bogotá Audiovisual Market) y el FDC (Fondo de Desarrollo Cinematográfico). Tenemos la mirada puesta en historias que hablen del campo colombiano sin que hablen del conflicto armado”.
* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set