Realeza
Los nexos colombianos del príncipe rebelde de Jordania
Hamzah, el hermano del rey Abdalá acusado de conspirar en su contra, tiene una larga parentela en el país por el lado de la familia Halaby de su madre, la bella reina Noor.
La frágil estabilidad del convulsionado Oriente Medio se vio turbada ante los indicios de que el príncipe Hamzah, el hermano menor del rey Abdalá, estaba detrás de un complot para derrocar al monarca.
El escándalo estalló por un video que el príncipe dio a conocer, en el cual anunciaba que los jefes del Ejército le habían notificado que estaba bajo arresto domiciliario y solo podía comunicarse con su familia, entre otras restricciones.
Según han informado agencias de noticias internacionales, Hamzah es sospechoso de conspiración por sus reuniones con una serie de líderes tribales, en las cuales estaría reclutando adeptos a su plan.
Se cita, además, el antecedente de sus denuncias de corrupción en el Gobierno, las cuales, a la postre, recaen en su hermano, quien detenta un gran poder en el Reino Hachemita de Jordania, nombre oficial de la nación.
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En tiempos recientes, organizaciones internacionales han denunciado la pérdida de libertades en el país, por medidas contra la protesta y libre expresión.
Así mismo, se cree que actores internacionales estarían detrás de la traición al rey y ello encendió las alarmas en Estados Unidos y Europa, ya que Jordania es el principal aliado de occidente en su lucha contra el terrorismo en la región, conocida por sus conflictos entre vecinos por causas religiosas.
A través de la mediación de varios familiares, las aguas parecieron calmarse y Hamzah expidió un comunicado en el que se comprometía a ser leal al rey.
No obstante, hay quienes creen que la intriga continúa, pues no se sabe del paradero del príncipe.
Por supuesto, una de las defensoras de Hamzah ha sido su madre, la reina Noor, viuda del rey Hussein, quien dijo en las redes sociales que estaba orando para que pronto se aclarara que su hijo es inocente de los cargos que se le imputan.
Lo que poco se sabe es que justamente por medio de ella, el supuesto príncipe rebelde tiene fuertes lazos con Colombia.
Noor fue por muchos años la mujer más famosa de la realeza del Oriente Medio. Su nombre original era Liza Halaby, descendiente de una familia de cristianos árabes afincados en la histórica ciudad de Alepo (Halab en árabe), en Siria.
Su abuelo, Najeeb Halaby, había llegado adolescente a Estados Unidos, a finales del siglo XIX, junto con su madre, Almas Mallouk, y sus dos hermanos, Habib y Camile, en busca de una nueva vida, luego de ser perseguidos por el imperio otomano en su patria.
Antes de morir muy joven, Najeeb, quien se convirtió en próspero comerciante de tapetes, dejó a su hijo único, llamado como él, casado luego con la sueca Doris Carlquist. De esa unión nació, en 1951, la futura reina Noor.
Por su parte, Camile Halaby, uno de los hermanos del abuelo Najeeb, leyó un día en The New York Times un aviso en que se ofrecía una jugosa recompensa a quien rescatara una draga llena de oro, perteneciente a una empresa minera y que se había hundido en el río Atrato, “en plena jungla tropical, en un remoto país llamado Colombia”, según lo contó la propia Noor en su autobiografía.
Camile se le midió al reto, recuperó el oro, cobró la recompensa y siguió en el negocio de la minería. Como las oficinas de esta actividad se hallaban en Medellín, se estableció allí y echó raíces. Se casó con Carolina Mejía y se convirtió en empresario del sector textil.
Sus descendientes, más de 20, siguen en el país y Noor se reunió con ellos durante sus visitas en 2001 y 2004. Según le contó a Yamid Amat, fueron momentos para hacer reminiscencias familiares.
“Este vínculo de sangre es una de las razones que explican mi especial amor por esta tierra”, le dijo la reina al periodista en 2004.
En ambas ocasiones vino invitada por el entonces presidente Andrés Pastrana, quien es su amigo personal, y en el marco de su trabajo humanitario contra las minas antipersona, la misma causa que apasionó a Lady Di.
Justo en el año de su último viaje a Colombia, ella vio como Hamzah, su hijo mayor y hoy en el centro de la controversia, era despojado de su posición como heredero al trono, por su hermano, el rey Abdalá.
Era un final inesperado luego de la bella historia de amor que ella había vivido con su esposo, Hussein.
Todo comenzó cuando su padre, quien había sido un destacado aviador, director de la Federal Aviation Administration (nombrado por John F. Kennedy) y presidente de la aerolínea Pan American, llegó a Jordania contratado por Hussein para que lo asesorara en la adquisición de aviones.
Siguiendo sus pasos también arribó al país su hija Noor, educada en Princeton, contratada como directora de planeación y diseño de las instalaciones de la aerolínea local, Alia Royal, hoy Royal Jordanian.
En ese momento, el rey acababa de enviudar de su tercera esposa, Alia, muerta en un accidente de helicóptero, y quedó prendado de Noor, con quien se casó en 1978.
Desde ese momento dejó de ser Liza Halaby para convertirse en Noor Al-Hussein, que significa en árabe “la luz de Hussein”.
Del matrimonio nacieron cuatro príncipes: Hamzah, Hashim, Iman y Raiyah, que se unieron a los siete que ya tenía el monarca de sus bodas anteriores.
Entre ellos, el actual rey Abdalá es el mayor de los varones, hijo de la inglesa Antoinette Gardiner, quien adoptó el nombre de princesa Muna cuando se convirtió en la tercera esposa del rey. La pareja se divorció en 1971.
La otra hermana famosa de Hamzah es la princesa Haya, hija de Alia y quien recientemente ha sido noticia porque huyó de su marido, el emir de Dubái, en medio de un escándalo mundial que encierra la supuesta infidelidad de ella y los tratos despiadados del monarca contra dos de sus hijas.
Noor estuvo casada con Hussein hasta su muerte en 1999, cuando la última voluntad de él fue que Abdalá lo sucediera en el trono y nombrara a Hamzah como su sucesor.
No obstante, en 2004, el rey despojó a Hamzah de ese derecho y a cambió designó al príncipe Hussein, hoy de 26 años, su hijo mayor con la reina Rania, hoy la figura más famosa de la casa real, por su belleza, trabajo humanitario y por ser además un referente para las mujeres árabes modernas.
La dinastía hachemita de Jordania que, de acuerdo con la tradición procede del profeta Mahoma, siempre se había caracterizado por su discreción y aparente unidad familiar, así que este rifirrafe ha causado asombro.
A los señalamientos a Hamzah siguieron otras acusaciones contra su madre por parte de otra ala de la familia, según las cuales ella no sería del todo ajena a las presuntas pretensiones de su hijo.
La princesa Firyal, una tía política tanto de Abdalá como de Hamzah, escribió en Twitter: “La aparente ciega ambición de la reina Noor y sus hijos es delirante, fútil y con un falso sentido del privilegio”. Afirmó, además, que ellos deberían saber que la sucesión recae en el hijo mayor, lo cual insinúa que Noor no se conforma con que su hijo no sea rey. Firyal borró este mensaje y solo dejó sus frases finales: “Muchachos, crezcan”.