Realeza
Los secretos de la estatua de Lady Di que descubrieron William y Harry
La escultura fue dada a conocer hoy por sus hijos William y Harry, con motivo de sus 60 años. La verdad es que está lista desde 2018, tras varios inconvenientes y polémicas.
Tras una gran expectativa, finalmente el mundo fue testigo del cara a cara entre William y Harry, durante el descubrimiento de la efigie de su madre, con motivo del que hubiera sido su sexagésimo cumpleaños si estuviera viva.
Los hermanos, como se ha difundido ampliamente, tienen un ya largo enfrentamiento, pero decidieron hacer una tregua con motivo del suceso. Todo con el fin de que sus diferencias no empañaran la ceremonia, que quería ser una celebración emotiva y que rescatara el impacto positivo de la obra de su madre.
Se les vio en una actitud más bien relajada él uno con el otro. De todos modos, mientras que Harry pareció volver a ser el príncipe bromista, William se mostró algo menos expresivo.
La pelea de los príncipes es solo uno de los varios escollos y contratiempos alrededor del monumento.
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Poco tiempo después de la muerte de Diana, en 1997, empezaron las discusiones acerca de cuál sería la mejor manera de honrarla de manera perdurable. En principio, la idea de la escultura fue vista con malos ojos.
Se decía, por ejemplo, que no había escultor que pudiera captar a Diana. Se objetaba además que la obra podría dar pie a una especie de santuario, dada la devoción que despertó Diana en vida. No en vano el primer ministro Tony Blair la bautizó “la princesa del pueblo”.
Ante la eventual aprobación de la idea, surgió también confusión acerca de en qué periodo de su vida debía ser eternizada la primera esposa del príncipe Carlos.
Con los años, esos resquemores se diluyeron y los hijos de la princesa de Gales resolvieron impulsar el proyecto, el cual no fue financiado por ellos mismos, quienes, más bien, buscaron donaciones en el sector privado. Entre los contribuyentes se encuentran el cantante Elton John, gran amigo de Diana, y su esposo David Furnish.
Lo que muchos no saben tampoco es que la estatua está lista desde 2018, pero sucesos como la boda de Harry con Meghan Markle y el retiro de ellos como miembros activos de la familia real, retrasaron su descubrimiento.
Por supuesto, la ansiedad por saber cómo lucía la estatua de Diana era muy grande. A fin de cuentas, su figura sigue siendo reconocida en las cuatro esquinas del planeta y es una de las personas más fotografiadas de la historia.
William y Harry le comisionaron la escultura al artista Ian Rank-Broadley. Él no es para nada un desconocido para la realeza, ya que es el autor del retrato de la reina Isabel que aparece en las monedas del Reino Unido.
La Diana de bronce fue “entronizada” en el Sunken Garden del Palacio de Kensington, en uno de cuyos espaciosos apartamentos ella vivió con su esposo, Carlos de Gales, y sus hijos. La evoca durante el periodo final de su vida, cuando ganó confianza en sí misma como embajadora en pro de las causas humanitarias, según un boletín oficial. No en vano, la princesa de Gales aparece rodeada por dos niños, a quienes abraza.
La estatua quiere reflejar la calidez, elegancia y energía de Diana, princesa de Gales, así como su trabajo y el impacto que tuvo en tantas personas”; dijo el comunicado.
También hace parte del conjunto una placa grabada con un extracto del poema The Measure of a Man, de Albert Schweitzer, que fue leído en el servicio con motivo de los veinte años de su muerte, en 2017.
“Estas son las unidades para medir el valor de esta mujer como mujer, independientemente de su nacimiento. No por cuál era su posición, ¿pero tenía corazón? ¿Cómo interpretó el papel que le dio Dios?”, dice la pieza.
En una declaración conjunta, los hermanos expresaron: “Todos los días, deseamos que ella estuviera aún con nosotros, y nuestra esperanza es que esta estatua sea siempre vista como un símbolo de su vida y su legado (...) Hoy, en lo que hubiera sigo el sexagésimo cumpleaños de nuestra madre, recordamos su amor, fortaleza y carácter, cualidades que hicieron de ella una fuerza alrededor del mundo, cambiando incontables vidas para bien”.
William y Harry crecieron muy unidos y ese lazo se estrechó mucho más a raíz de la muerte prematura de su madre, cuando el primero tenía 15 años y su hermano estaba a punto de cumplir los 13.
Por años, fueron ejemplo de cariño fraternal, pero cuando Harry resolvió casarse con la actriz estadounidense Meghan Markle, William no la vio con buenos ojos. Se han hecho públicas, por parte de diversas fuentes, sus violentas peleas al respecto y hoy, básicamente, no se hablan, salvo la excepción que acaban de hacer.
Se creyó que la charla de los hermanos a la salida del servicio religioso sería el comienzo de la paz, pero a los pocos días Harry se hacía sentir con una nueva andanada de críticas a la familia real, similares a las que expresó cuando él y su esposa le dieron su incendiaria entrevista a Oprah Winfrey.
Está por verse si el acercamiento de hoy y la recordación de su madre tiene en ellos algún efecto positivo, aunque la verdad es que tras ofrecer su sonrisa y buen genio, Harry dejó el lugar solo, exactamente a los 90 minutos de haber llegado y no se tiene previsto que se vuelva a ver con su hermano.