Los secretos de Madonna

Las biografías de los famosos ?sean autorizadas o no? suelen estar llenas de información supuestamente confidencial que ha sido condimentada con el morbo suficiente para ensalzar a su protagonista o condenarlo para siempre.

El escritor J. Randy Taraborrelli es un experto excavador de la vida de los famosos y por su pluma han pasado Frank Sinatra, Diana Ross y Michael Jackson. Decidido a no abandonar las ligas mayores, hace unos años Taraborrelli identificó un nuevo objetivo y como se dice popularmente "se le metió al rancho" nada menos que a Madonna. La biografía no autorizada de la cantante acaba de ser publicada en castellano y a lo largo de 441 páginas el autor pretende mostrar la evolución musical y personal de la artista pop más importante de los últimos 20 años.

El autor advierte que no es tan malvada como la gente cree sino que detrás de esa figura transgresora se esconde una mujer insegura y temerosa que busca constantemente la aprobación de las personas que ama.

La pérdida de su madre cuando apenas tenía 5 años afectó gravemente a Madonna quien, a falta de un papel materno que imitar, decidió crear ella misma su propio modelo a seguir.

Aprendió que el descaro era una forma efectiva de llamar la atención, mucho más cuando había un contexto sexual de por medio. De pequeña solía levantarse la falda en público para mostrar su ropa interior y en la adolescencia deseaba perder la virginidad en una época en la que la mayoría de las niñas soñaban con llegar castas al matrimonio.

Madonna, según fuentes citadas por el autor, estaba tan decidida a triunfar que utilizó sus atributos físicos para seducir a personas importantes del mundo del espectáculo sin importar su sexo. Hombres y mujeres se dejaron enredar por su energía sexual y, aunque en el fondo sabían que la cantante los estaba utilizando, no eran capaces de terminar la relación hasta que Madonna los botaba como un pañuelo desechable. De esas relaciones tempestuosas Taraborrelli hace cuenta de hasta tres abortos que la cantante se habría practicado, sin contar con dos bebés que perdió posteriormente por causas naturales.

Durante sus años de anonimato fue víctima de una violación en Nueva York, posó desnuda para un fotógrafo que años más tarde vendió las fotos al mejor postor, fue mesera y en los días más desesperados se alimentó de la comida que encontraba en las canecas de la basura con tal de no pedirle ayuda económica a su padre, con quien no mantenía una buena relación.

Pero el autor no quiere que el lector se lleve una mala imagen de Madonna. En el relato evoca pasajes tensionantes como la vez en la que su ex esposo Sean Penn, ebrio y fuera de sí, amarró a la cantante a una silla y la golpeó hasta el cansancio. Otro momento 'memorable' es en el que Sean saca su escopeta y le dispara a un helicóptero lleno de periodistas que intentaban tomar una foto de la boda. Si Madonna usaba a los hombres se puede decir que ellos también la usaban a ella como, dicen, fue el caso de Warren Beatty, quien la manipuló para promocionar su película Dick Tracy y darle un nuevo aire a su carrera de galán otoñal.

Taraborrelli asegura que desde su matrimonio con el director británico Guy Ritchie, Madonna se ha convertido en una mujer aplomada y una madre ejemplar, tanto es así que evita que su hija Lourdes vea televisión para protegerla de las imágenes de sexo y violencia.

Puede ser que Madonna ya no esté tan interesada como antes en filmar videos eróticos ni que su pasatiempo sea escandalizar a la Iglesia Católica pero, como reza el refrán, "aunque la mona se vista de seda mona se queda". O si no que lo diga Gwyneth Paltrow, quien se dejó besar en la boca por Madonna durante la celebración del año 2000 en Miami. Por lo visto en la vida de Madonna todavía hay mucha tela de donde cortar.