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Luis Miguel alargó, más de lo esperado, su estadía en Bogotá luego de sus dos conciertos; así fue su visita a reconocido restaurante
El Sol de México, después de sus conciertos en Colombia, ofrecerá sus shows en Ecuador y Perú.
El pasado fin de semana, Bogotá se reencontró con uno de los artistas románticos más queridos por los colombianos: Luis Miguel.
Con dos apoteósicas presentaciones en el Coliseo MedPlus, el Sol de México celebró en el país más de tres décadas de carrera musical y cantó junto a sus fans clásicos de su repertorio como La incondicional, Amor, amor, amor, Culpable o no, Por debajo de la mesa, Nosotros, Todo y nada y Cuando calienta el sol, Hasta que me olvides, Dame, Un hombre busca a una mujer, Entrégate y Será que no me amas.
Durante sus conciertos del sábado y el domingo pasados los asistentes vivieron grandes momentos, como cuando el cantante desempolvó lo mejor de su álbum Romances, que estrenó en 1991, y que es el más vendido de su trayectoria artística.
Además, en otro momento de su show, compartió con los asistentes un recital, acompañado del Mariachi Vargas de Tecalitlán, fundado en 1897, por el maestro Gaspar Vargas López, con una extraordinaria historia de tradición familiar de seis generaciones de ejecutantes, por lo que fue catalogado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco.
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Los siguientes destinos de la gira mundial de Luis Miguel, después de Colombia, serán Ecuador y Perú.
Sin embargo, pese a que la última presentación del mexicano fue el domingo 18 de febrero, el artista quiso aprovechar su estadía en Colombia para disfrutar de los atractivos de la capital del país. En las últimas horas se conoció que el cantante llegó, la noche del martes 20, con una amplia comitiva, a un reconocido restaurante de la Zona G: La Cabrera.
El mexicano permaneció en el lugar hasta las 2 de la mañana y después se marchó al hotel Casa Medina, ubicado a pocas cuadras del lugar.
De acuerdo con Ángel David Acero, relacionista público de La Cabrera Bogotá, el cantante “vivió toda la experiencia de las denominadas cazuelas que tienen espinaca, manzana, ajos caramelizados, creme brulé, puré de papa, coliflor y otras. Él pidió de entrada chorizo de rueda y de platos fuertes los cortes más emblemáticos que son el corte de bife, la entraña, el vacío y ensalada de rúgula. De tomar solo pidió agua”, en declaraciones recogidas por la revista Vea.
Y fiel a su estilo discreto, Luis Miguel pidió que no le tomaran fotos, ni siquiera con los trabajadores del lugar. Otro detalle que llamó la atención, narrado por Acero, es que el artista se animó a firmar un plato, siguiendo con una tradición del restaurante.
Según el relacionista público, a Luis Miguel le despertó curiosidad una suerte de ‘rincón de la fama’ del local en el que se observan varios platos que han firmado algunas de las celebridades que han decidido comer en este restaurante especializado en gastronomía argentina.
“Una vez le revelaron que en el lugar había firmas de celebridades como Carlos Vives, Maná y Fito Páez”, el Sol de México se animó a pedir su propio plato y decorarlo con su firma.
Además, no recibió los platillos del menú que pidió de manos del mesero del lugar. Lo que acostumbra el cantante cada que asiste a un establecimiento comercial es que una de las personas que lo acompaña recibe el plato y posteriormente se lo lleva al artista a la mesa.
Se sabe además que Luis Miguel estuvo en Colombia con su hija Michell, quien pese a los desencuentros que ha tenido en el pasado con su padre, parece vivir una nueva etapa en su relación con la estrella de la música romántica.