Realeza
¿Mala memoria? Meghan dijo que le confiscaron el pasaporte pero hizo 13 viajes al exterior
Más inconsistencias en el relato de Meghan a Oprah. En su corto período como miembro real dijo estar atrapada cual Rapunzel, pero los registros muestran que viajó en múltiples oportunidades a destinos que requerían pasaporte.
A medida que pasan los días más inconsistencias han surgido en el recuento que Meghan hace de los hechos que ocurrieron durante su corto paso como miembro activo de la familia real. En su entrevista con Oprah dijo que ella prácticamente había quedado secuestrada en su residencia dentro del palacio de Kensington sin licencia de conducir y sin pasaporte puesto que fueron confiscados en cuanto ella llegó a vivir con el príncipe.
La duquesa le dijo a Oprah que había tenido que “entregar” su pasaporte, su pase de conducir y sus llaves cuando fue bienvenida a la “Firma”, en 2016. En la explosiva entrevista con Oprah añadió que ella fue silencia por el Palacio y que todos esos documentos debieron serles entragados a la familia real. Lo dijo como sugiriendo que tenía problemas para movilizarse libremente.
“Cuando me uní a la familia, fue la última vez que vi mi pasaporte, mi licencia, mis llaves, todo eso se entrega. Con eso Meghan sugirió que no volvió a ver este tipo de documentos hasta que viajó a Canadá, a finales de 2019, poco antes de anunciar que ella y su esposo, el príncipe Harry, no serían más miembros activos de la familia.
Pero ayer el diario The Sun publicó una investigación exhaustiva de todos los viajes que la duquesa hizo mientras estuvo en Gran Bretaña. No fue uno ni fueron dos sino 13 y todos a países fuera del Reino Unido. Aunque a la Reina Isabell II no se le exige pasaporte a la llegada a ninguna otra nación, los miembros de la familia real sí deben mostrar el documento por lo cual se da por descontado que Meghan tuvo acceso a su pasaporte cuando lo necesitó.
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Entre los diferentes viajes que ella hizo está uno a Botsuana en 2016 a donde la pareja fue en sus primeros semanas de noviazgo. Un año después regresaron para celebrar esa feliz ocasión. En 2017 también fue a Noruega a ver las luces del norte o auroras boreales, un espectáculo que solo se da en esos lugares o muy al sur en la Antártida. Ese mismo año viajó a Jamaica para asistir al matrimonio de Tom Inkip, un amigo de Harry.
Luego en 2018, la actividad turística de Meghan aumentó. Estuvo en el lago Como visitando a su amigo George Clooney, quien tiene una mansión allí con su esposa Amal. También fue a Toronto a visitar a su gran amiga Jessica Mulroney y a los Países Bajos para asistir a una fiesta en Soho House. Para celebrar su cumpleaños número 38 viajó a Ibizia junto a su marido.
NI siquiera el embarazo de Archie impidió que Meghan se moviera con toda tranquilidad por el mundo. A comienzos de 2019 asistió a un baby shower para el bebé en Nueva York y una vez nació el bebé viajó con él para presenciar un partido del US Open. En Agosto también estuvo en Roma para la boda de su amiga Misha Noon. Asimismo, viajó con toda la familia a Niza en un avión privado que le prestó Elton John.
En todos esos viajes ella lo hizo en calidad de turista y no de miembro de la familia real. Por lo tanto, fuentes aseguraron que Meghan tuvo que haber presentado el pasaporte a funcionarios de inmigración en los 12 paises que visitó entre 2016, cuando ella empezó el noviazgo con Harry, hasta fines de 2019 cuando se fue a vivir a Canadá.
Lo anterior confirmaría lo dicho en la famosa frase de la reina en el sentido de que “los recuentos pueden variar”. (”Although recollections may vary..”) Todo parece indicar que aunque puede ser cierto que a los miembros de la realeza alguien les guarda este tipo de papeles, ellos tienen acceso a estos si los necesitan. Pero de ahí a afirmar que le “confiscaron” el pasaporte es un gran salto.
A esto se suma la posible falta de conocimiento de cómo se administra la vida en palacio. La familia real no es cualquier familia. Y aunque en la de Meghan probablemente nunca le pidieron el pasaporte a su llegada sino que ella siempre lo guardó en su mesita de noche, entre los Windsor muy posiblemente la tradición es que un oficial los guarde en una caja fuerte para que no se extravien ni los roben.
Por lo tanto es de esperar que muchas de las críticas que ella le confesó a Oprah y que fueron enmarcadas en un contexto de maltrato y de discriminación puedan no ser tan exactas y se deban más bien a percepciones erradas de la duquesa.
Lo cierto es que aunque la misma reina ha prometido que investigará privadamente los temas de racismo y de la negativa de palacio a ofrecer ayuda cuando tuvo quebrantos en su salud mental, que son los más importantes, llamará a la pareja para empezar a construir puentes que permitan restablecer la relación. Pero para muchos, los Sussex quemaron todas las naves con la entrevista de Oprah. Como se observó en la actitud de Harry al responder a la prensa vehementemente “la familia real no es para nada racista”, muchos vieron el dolor que debió sentir su hermano mayor con todo lo dicho. Por eso, se anticipa que si se recupera la amistad entre los hermanos, esta nunca será igual.