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Mario Hernández está triste y más nostálgico que nunca por la muerte de su esposa Olga Lucía: “Descanse en paz”
El reconocido empresario recuerda a su esposa el 21 de cada mes, tras su fallecimiento a causa de un cáncer.
El pasado 21 de febrero falleció en Bogotá Olga Lucía Olarte de Hernández, esposa del reconocido empresario de la marroquinería Mario Hernández, a causa de un cáncer de médula. Un duro golpe para este santandereano que aún comparte conmovedoras palabras, mensajes de amor y fotos de quien fuera su compañera de vida.
“Hoy cumple 10 meses de haberse ido mi señora Olga Lucia, descanse en paz”, anotó el empresario.
La publicación había recibido varios comentarios en los que muchos colombianos le enviaban fortaleza a Hernández y le agradecían su trabajo. Entre ellos se destacan: “Fortaleza Don Mario! Es duro, pero ud debe seguir adelante, Colombia se lo agradece!”; “Un abrazo don Mario. Mucha fortaleza, no es fácil”, “La ausencia de nuestros seres queridos en estas fechas es algo difícil”, entre muchos otros.
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Horas después, el empresario dejó ver también su dolor con otra publicación en la que le pide a Dios que aleje la tristeza y la enfermedad. “Cubre con tu manto de luz y de amor a mi hogar y a mi familia”, se lee en la conmovedora imagen.
— Mario Hernandez (@marioherzam) December 21, 2022
Una dura lucha contra el cáncer
Se le recuerda, por ejemplo, en una actividad que adelantó para promover un concurso a través del cual las mujeres afectadas por este mal pudieran expresar su historia a través de imágenes, con la convicción de que esas expresiones les ayudaban a liberar miedos y a enfrentar con valentía el padecimiento.
En sus apariciones junto a Mario Hernández se le veía animada y, de hecho, el empresario siempre se describía como felizmente casado, con tres hijos de dos matrimonios.
Y destacaba que, con todo y los momentos difíciles que supone un cáncer, su esposa se metió de lleno en programas y campañas que buscaban promover el bienestar de las personas. Enseñaba técnicas simples, sencillas y “retantes al logro”, como ella misma describía su actividad.
La sicología positiva, el dominio de las emociones y el yoga terapéutico, eran los caminos por los cuales, Olga Lucía intentaba llevar a los que buscaban su apoyo para sanar el alma y, por esa vía, mejorar el cuerpo físico.
Una historia de amor
El encuentro con Olga Lucía, contado en varias ocasiones por el empresario, fue en los años setenta. Para entonces, ya había montado su negocio. Los dos santandereanos se encontraron en un lugar distante al de su origen. Olga Lucía entró a trabajar en el departamento de mercadeo. Aunque la primera relación entre los dos fue en el ámbito puramente laboral, una vez se fueron conociendo encontraron la química necesaria para iniciar una vida juntos, construyendo una historia que ya casi iba a completar 35 años.
Amparo Olarte, hermana de Olga Lucía, fue quien los presentó, según relata el propio Hernández en su libro La pulga arrecha, publicado por Editorial Planeta. “Ella tenía 23 años y estaba recién graduada en mercadeo. La entrevisté y contraté. Le di el manejo de los diez vendedores que teníamos en el país, las ferias...”.
Hernández siempre contó que ella era la que organizaba su maleta para los viajes, en la que quedaba espacio para los presentes, pues ella misma afirmaba que “en todos los viajes algo nos trae. Y lo mejor es que a pesar de que siempre tiene el tiempo justo, siempre está ahí”.