“Me odiaba con ferocidad”: Jaime Bayly revela detalles sobre conflictiva relación con su padre

El peruano Jaime Bayly tiene una faceta muy reconocida de periodista y entrevistador, pero hay otra, la del personaje y el artista, que lo lleva a mostrarse como el protagonista de su propia historia.

En esa narrativa, uno de los aspectos que parece haberlo marcado más es la infeliz relación con su padre, de la que volvió a hablar en su columna ‘Mientras los dioses dormían la siesta’, la cual transmitió por su nuevo canal de YouTube.

“Por razones m*** que escapaban a mi comprensión de niño bobo, mi padre el pistolero amaba a mis hermanas, pero me odiaba con ferocidad, a pesar de que era su hijo mayor y llevaba su nombre, o precisamente por eso. No era un odio esporádico, inconstante: era parejo y, por tanto, predecible”, comenzó diciendo el peruano.

El texto también recuerda el miedo que lo embargaba cada vez que su padre se presentaba a su habitación, pues eso siempre terminaba mal para él.

Ello debido a que su padre, aparentemente, no sabía comprender ni lidiar con su comportamiento de adolescente, se enfurecía con él y terminaba por darle azotes.

“De espaldas a él, me bajaba los pantalones y me daba correazos en las nalgas desnudas. Era un sujeto tan infeliz que necesitaba compartir su desdicha conmigo. Después se retiraba, más tranquilo”, evocó Bayly.

El periodista relató además cuál fue el desenlace de la situación: harto de los golpes de su padre, se robó las joyas de su madre para venderlas y conseguir dinero para huir de casa y hospedarse varios días en hoteles del centro de Lima.

Sin embargo, esa escapatoria no duró mucho, pues su padre lo encontró y lo llevó de vuelta al hogar.

Al tiempo de eso, su madre lo mandó a pasar una temporada con sus abuelos, una experiencia inolvidable, pues gracias al cariño de ellos, conoció, finalmente, algo que no había vivido nunca.

“Gracias a ellos, los abuelos maternos, conocí lo que podríamos llamar la felicidad familiar, es decir, que los mayores te miren con afecto y ternura, que celebren tus bromas, que aprecien tu compañía, que te inviten un cigarrito o un whisky con hielo, que te llamen para ver el Chavo del ocho o un partido del Mundial. Mi abuelo materno fue entonces mi padre y sus sueños por recuperar la hacienda que le robaron los militares fueron también los míos. Desde entonces, aprendí a odiar a los curas y los militares, bestias negras del abuelo”, explicó el escritor de varias novelas.

Pero la malograda relación con su progenitor no fue el único tema de la columna, sino que se refirió a otro tema igualmente sensible y es su relación con el fallecido actor y cantante Diego Berti, galán de las telenovelas peruanas, la cual mantuvieron en secreto por muchos años.

De acuerdo con la columna, Berti era prisionero del temor que le daba revelarle al mundo que era gay.

“El músico subterráneo creía que el arte reñía con la higiene. No quiso el actor compartir su indecible verdad con el gran público que lo amaba, prefería ser un rehén de sus secretos”, manifestó.

Cuenta además lo que hizo para, de alguna manera, desnudar ante el mundo sus secretos más íntimos, incluida su bisexualidad: “Contra viento y marea, publiqué una novela en la que, agazapado tras las licencias de la ficción, exhibí, suicida, todas mis miserias, todos mis vicios, todos mis pecadillos”.