Cine
Meryl Streep, eterna diva de Hollywood; la historia detrás de la actriz ganadora del Premio Princesa de Asturias
Leyenda viva de Hollywood, la actriz de Nueva Jersey suma tres premios Óscar y brilla en todos los géneros a los que se la ha medido en su larga carrera.
Meryl Streep es una auténtica leyenda viva de Hollywood. Por eso, a pocos les sorprende que este miércoles se haya quedado con el premio Princesa de Asturias de las Artes 2023, quizás el único galardón que le faltaba conquistar. El asunto es sencillo: su solo nombre es sinónimo de interpretaciones memorables, desde papeles tan complejos como la de Margaret Thatcher en La dama de hierro, hasta los más ligeros, como los que hizo en Mamma Mia! y The Devil Wears Prada.
Streep, nacida en Nueva Jersey, cuenta con tres premios Óscar a lo largo de su carrera: por su soberbio papel de Thatcher, como actriz secundaria en Kramer vs. Kramer y como protagonista por Sophie’s Choice. Si ganara el cuarto Óscar, alcanzaría a otra actriz mítica, Katharine Hepburn.
También suma 21 nominaciones a los premios de la Academia, además de tres Emmy, dos Bafta, el Donostia del festival de San Sebastián y el de mejor actriz de Cannes por Un grito en la oscuridad. Pero eso –curiosamente– es lo de menos. Porque cualquier actriz que no fuera Meryl Streep se habría convertido en una diva caprichosa, pero ese no es su caso.
Siempre aplomada y serena, Meryl no cree en la fama, como lo ha dicho ya en numerosas entrevistas. Y quienes han trabajado a su lado destacan su humildad y su empeño en anteponer su vida personal al tentador glamour de Hollywood.
“Nunca he estado sola en cada una de las películas que he rodado, todos mis colegas de profesión me han dado mi carrera”, aseguró Streep en 2008 al recoger el Premio Donostia del Festival de San Sebastián en España por una carrera que ya para ese entonces era más que memorable.
Con 73 años acuestas y después de haber demostrado su extraordinaria versatilidad actoral, desde el drama hasta la comedia, no teme en apostar con sus papeles: hoy puede ser Orlean, en Dont Look up, una comedia de Netflix en la que encarna a una alocada presidenta de Estados Unidos, y mañana aparecer en la exitosa serie Only Murders in the Building.
Casi que con la lista de las películas que ha protagonizado se puede contar la historia del cine en el último medio siglo: desde su debut en el cine con The Deer Hunter (1977), pasando por las más clásicas: Kramer vs. Kramer (1979), Sophie’s Choice (1982), Out of Africa (1985), Postcards from the Edge (1990), The Bridges of Madison County (1995), Hours (2002), The Devil Wears Prada (2006), Mamma Mia! (2008), Doubt (2008), The Iron Lady (2011) y Florence Foster Jenkins (2016).
Sin olvidar la maravillosa serie con la que se dio a conocer, Holocaust (1978), en la que interpretó a una mujer judía –Inga Helms-Weiss– en la Alemania nazi. Un papel por el que ganó su primer Emmy y que desató polémica en su momento.
Según el acta del jurado del premio Princesa de Asturias, “a lo largo de cinco décadas Meryl Streep ha desarrollado una carrera brillante, encadenando interpretaciones en las que da vida a personajes femeninos ricos y complejos, que invitan a la reflexión y a la formación del espíritu crítico del espectador”. Y también destaca “la honestidad y responsabilidad en la elección de sus trabajos, al servicio de narrativas inspiradoras y ejemplarizantes”, así como su empeño en ser “activista incansable a favor de la igualdad”.
Una vida tranquila, sin el glamour de Hollywood
Casada con el escultor Don Gummer, Streep es madre de cuatro hijos. Su primer esposo, ya fallecido, fue John Cazale, con quien trabajó en su primera película importante, The Deer Hunter. Un hombre que la influyó para siempre al ser un actor de carácter, que trabajó hasta el último día, pero que falleció antes de finalizar el rodaje, como consecuencia de un cáncer.
Tras su muerte, una rota Streep se volcó en el trabajo, hasta que su hermano Harry le presentó a uno de sus mejores amigos, Don Gummer, y nació un amor que se ha mantenido casi por cuatro décadas. Alejada de los escándalos, la suya ha sido una vida hogareña y estable, que marcó a sus hijos en las artes. Sus tres hijas, Mamie, Grace y Louisa, decidieron seguir los pasos de su madre en la actuación, mientras que el hijo, Henry Wolfe, está más volcado en su faceta de cantante.
Un hogar que ha crecido de la mano de su potente carrera. Es que ella misma es consciente de que el lema de mejor actriz viva de Hollywood puede llegar a ser demasiado pesado. De ahí que al recoger su tercer Óscar, en 2012, dijera sin ruborizarse: “Cuando dijeron mi nombre sentí que podía escuchar a media América diciendo: Oh, no. Ella, otra vez”.
Pero, nada qué hacer: Meryl Streep es la única intérprete que ha superado las dos decenas de candidaturas a estas estatuillas. Y es una marca registrada, literalmente y por ella misma, en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos desde 2018.