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Michael Douglas está perdiendo la memoria y no es por toda la marihuana que ha fumado
A los 76 años, recuerda lo que pasó hace tiempo, pero no retiene los sucesos a corto plazo.
A pesar de todos los problemas de salud que ha experimentado en los últimos años, Michael Douglas ha mostrado siempre una imagen vital y, de hecho, sigue siendo uno de los veteranos actores más activos de Hollywood.
Actualmente, por ejemplo, saborea el éxito de la serie The Kominsky Method, de Netlix, en la que encarna a un profesor de actuación en declive.
Sin embargo, al actor de hitos del cine como Bajos instintos no le cuesta trabajo reconocer que, a sus 76 años, no está libre de los achaques propios de la edad.
Físicamente dice que no tiene motivo de queja, pero mentalmente sí empieza a experimentar síntomas preocupantes, según lo contó en una reciente entrevista para el portal AARP, especializado en personas mayores de 50 años.
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Como les ha sucedido a muchas personas mayores, el deseo de mantenerse activos no ha sido superior a las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, dado que es la población más vulnerable ante los embates de la enfermedad.
“Durante la pandemia, en la que he pasado más tiempo haciendo básicamente nada en el sofá, me ha sorprendido la cantidad de energía que he perdido. Y mi memoria a largo plazo está bien, pero a corto plazo no tanto”, declaró el esposo de la también actriz Catherine Zeta-Jones.
En vista de la falta de ocupaciones, este le pareció un buen tema para investigar. En un comienzo creyó que esa nueva dificultad para recordar se debía a sus excesos de toda la vida.
En especial, se refiere a su gusto por la marihuana, entre cuyos efectos se cuenta precisamente la disminución de la agudeza en la capacidad para acordarse y retener información.
Para salir de dudas, Douglas cuenta que hizo un sondeo entre amigos suyos que han consumido mucha más marihuana que él y lo siguen haciendo.
La respuesta unánime de ellos, dice, lo llevó a concluir que esa no era la razón de sus problemas.
En la entrevista dejó ver que, mientras halla la respuesta, procura ejercitar su mente. Lo ayuda su curiosidad innata, que lo anima a preguntar mucho, a fijarse en los detalles y a interesarse por cosas de la gente como su estilo o la ropa que lleva.
Otro detalle a su favor, que le sirve para contrarrestar el paso del tiempo, es que es “adicto a las noticias”, según él mismo se describe, y eso le ha servido para ponerse en sintonía con el espíritu del momento.
“Y tengo don de gentes. Sé lo que la mayoría de las personas sienten sobre las cosas”, explicó.
Cuando le pidieron que ahondara un poco más sobre su relación con la marihuana, dijo que hoy está tratando de “poner límites a esta y otras sustancias en casa”, porque no quiere repetir historias dolorosas en su familia.
Se refiere a lo que sucedió con su hijo mayor, Cameron, quien de niño fue testigo de las fiestas que el actor daba en su casa, en las cuales se aficionó no solo a la yerba, sino a otras sustancias.
Todo terminó en que el joven fue a la cárcel por posesión de drogas. Cuando salió bajo palabra volvió a ser arrestado por distribuirlas, lo que le valió una nueva condena y pasar un total de siete años tras las rejas.
“Fue duro tener que protegerme a mí y a mí familia, y decirle a mi hijo mayor que si sentía que me estaba alejando de él era por lo que estaba haciendo, porque tenía miedo de que se matara o de que matara a otra persona. Esa experiencia con Cameron no se la deseo a nadie. Requiere mucha dureza, pero llega un punto en que no te queda más remedio que serlo por tu hijo”, expresó, al recordar los negros días que pasó a causa de la fuerte adicción de su hijo.
Michael ahora está feliz de ver la recuperación de Cameron, cuya experiencia le ha servido para procurar alejar a sus hijos menores, Carys y Dylan, a quienes tuvo con Catherine, de las sustancias psicoactivas.
Por lo demás, Douglas espera que sus problemas de memoria no lleguen muy lejos, pues luego de sobrevivir al cáncer y otras dificultades, no se le quitan las ganas de actuar, viajar, debatir y ver a los amigos.
“Con la madurez, no te sientes necesariamente muy diferente de lo que sentías cuando eras más joven. Yo simplemente busco la alegría de un buen momento”, concluyó.