Miguel Pajón, hermano de Mariana Pajón, dice por qué afectaron a la deportista las críticas sobre su esposo, Vincent Pelluard

Con las fotos del momento exacto en el que Mariana pasa la línea de meta y rompe en llanto, Miguel Pajón, hermano, encargado de prensa de Mariana –o como ella misma lo llama, el mejor “reportuitero de la historia”– y el mayor de los Pajón Londoño, escribió una dedicatoria a la reciente ganadora de la presea de plata en el BMX femenino de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: “Yo estoy muy feliz y muy orgulloso de estas lágrimas porque sé que le salen del alma y son lágrimas de una mujer guerrera que lucha por sus sueños y es el orgullo de un país”, posteó inicialmente.

Su publicación, que supera los dos mil ‘me gusta’, tiene confesiones no reveladas por ninguna de las personas que rodean a la campeona ni por ella: “Yo nunca había visto a Mariana Pajón tan conmovida por alcanzar un triunfo y quiero contarles por qué”, dice antes de dar los argumentos.

Mariana Pajón sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior y rotura parcial del ligamento colateral medial. La misma dolencia que padeció Falcao García y que le obligó a renunciar al mundial de Brasil 2014.

Ante la pérdida de sensibilidad, Mariana prácticamente tuvo que aprender nuevamente a caminar, a pedalear: “Mariana Pajón es una de las personas más fuertes y con un umbral del dolor más alto que yo conozco pero era imposible no notar todas los esfuerzos que tenían que hacer los médicos y fisioterapeutas que la cuidan para ayudarle a correr con el codo y las rodillas casi destrozadas en estos últimos meses (No pudo operarse en enero porque llegar bien a #Tokio2020 era la prioridad). Sin embargo no se como puede una persona llegar a darlo todo así... pero es Mariana”, contó en su instagram oficial

Miguel fue claro al asegurar que la presión, exectativa y favoritismo sobre Mariana estaba fuera de casa. De puertas para adentro, los seres queridos se encargaron de acompañarla en el proceso de recuperación sin exigirle ningún metal olímpico: “No saben lo difícil que era para nosotros ver el favoritismo y la ilusión que toda #Colombia tenía en una medalla suya. La daban por ganadora segura y nosotros solo pensábamos acá callados en casa lo difícil que era ese sueño porque es realmente impensado que una persona que hace unos meses ni siquiera podía entrar a una final en Copa Mundo logre una medalla en unos #olímpicos. Ni me imagino el peso que cargaba ella. Pero es Mariana”, confesó Miguel.

Tras el ejemplo de resiliencia mostrado en la pista de BMX en Tokio, Mariana admitió tal vez como desahogo que ha sido víctima de amenazas, junto con su esposo Vincent Pelluard, a pesar de ser la deportista olímpica más laureada de la historia del país. Su hermano no se quedó atrás en el tema: “Aunque tratamos de mantenerla a ella y a Vincent Pelluard alejados de la injusticia que algunas personas desataron contra ellos, llenos de una frustración propia y un resentimiento absurdo e infundado, con una ira irracional y sin ninguna base lógica y sensata, era imposible que esa mala energía no los alcanzara allá y es que, sinceramente, a uno a veces le duele mucho la maldad de algunos detrás de una pantalla que ni te conocen y hablan de ti como si fueras tú el culpable de sus propias desgracias... Esas personas no merecen a Mariana y de verdad les amargaron un momento soñado”, contó en sus redes sociales Miguel Pajón, revelando lo que piensa de una situación a la que Mariana ve como la reacción de “un país que es una olla de presión, a veces nos manifestamos así”, dijo la campeona a Caracol TV.

Finalmente, según Miguel, esa “olla de presión” explotó cuando cruzó la meta en un increíble segundo lugar: “Justo esos motivos hacen ver lo inmenso de ese logro... Ahora, como ella dice, a disfrutarlo en familia y con las personas que están ahí siempre y para ellos solo GRACIAS! Y al que no le vea la grandeza a una #Plata olímpica. Que empiece a entrenar para que busque su oro”, cerró de manera irónica dirigiéndose a todos aquellos que se atreven a criticar a la reina del BMX por subirse al podio sin ocupar el primer lugar.