ENTREVISTA
“Muchas personas con éxito sienten que les hace falta todo”: Merce Villegas
Tras el encierro inesperado, el dolor y las pérdidas que ha ocasionado el coronavirus, la búsqueda de la paz interior ha tomado más fuerza. En la crisis, los temores han aflorado y miles de personas han vivido la angustia de la muerte. Entrevista con una experta.
SEMANA: ¿Cómo da usted el giro hacia dedicarse a la espiritualidad?
Merce Villegas (M. V.): Fue un momento de crisis en mi vida muy profundo, a pesar de tenerlo todo. En mi historia no es que lo perdí todo. Al contrario, sentía que lo tenía todo, pero al final no tenía un sentido ni una profundidad en mi vida; por lo tanto, comenzó la noche oscura de mi alma. En algún momento de mi vida le dije al cielo, al universo, a Dios... le dije: las cosas tienen que ser de otra manera, me siento de alguna forma vacía, todo había que entregarlo a cambio de de paz interior, que era lo que más anhelaba en ese momento. Cuando yo hice ese llamado en mi vida, me encontré con un curso de milagros, que es una enseñanza universal espiritual, porque confieso que yo sabía muchas cosas, pero me estaba quedando en la intelectualidad. Me estaba quedando en un ego bien grande que realmente nunca estaba poniendo en práctica las herramientas espirituales como tal, y fue un curso de milagros lo que me ayudó a bajar un poco de la mente y entrar al corazón, porque estaba siendo cien por ciento mente, hasta que pude profundizar en algo más grande que le dio un sentido a mi vida absolutamente grandioso.
SEMANA: ¿Es necesario tener algún momento crítico, no deseado o complejo en la vida para empezar el camino espiritual?
M. V.: No es necesario, pero nosotros como seres humanos lo elegimos. Sí lo elegimos porque nosotros nacemos cumpliendo estándares, expectativas, escuchando voces exteriores, complaciendo a los demás, teniendo muchos miedos. Por lo tanto, todo eso que construimos sobre escombros en algún momento cae. Es cuando entramos en crisis, porque lo que habíamos construido no existe. Y es cuando decimos: tiene que haber otra forma, tiene que haber algo más en este mundo, aprendemos por sufrimiento. Luego llega un momento de nuestra vida en que decidí aprender a través del amor. Todos podemos aprender a través del amor, pero es una decisión y una lección que hacemos. Si viviéramos en un mundo donde nos enseñaran desde el amor desde que nacemos, no sería necesario, pero desde que nacemos nos empiezan a crear estándares y miedos que tienen que caerse y, justo en esa caída, eso duele porque creíamos que eso era lo cierto, pero luego descubrimos una profundidad más hermosa en nuestro interior.
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SEMANA: ¿Usted hace un curso de milagros? ¿De qué se trata?
M. V.: La paz interior es lo que realmente le da sentido a nuestra vida. Yo he conocido a muchas personas con éxito que sienten que les hace falta todo, y hay otras personas que no han encontrado el éxito y, de alguna manera, sienten que también les hace falta todo. No tiene que ver con lo que consigues, sino cuánta paz tienes, cuánta profundidad tiene tu vida. Un curso de milagros le devolvió la paz y el sentido a mi vida, y todo lo otro me encontró porque la espiritualidad no niega nada, no niega lo material, lo económico, tu profesión, tu propósito de vida externo; al contrario, te lo da todo, pero pone en orden tu vida para luego encontrar todo lo otro que tienes derecho a acceder.
SEMANA: ¿Por qué decide aportar y apoyar a las personas por medio de la meditación?
M. V.: Yo lo decido porque mi vida me cambió radicalmente. Yo comencé este camino de descubrimiento interior para mí, no lo hice pensando en ser coach ni entrenadora de vida. Nunca pensé que la vida me podría en esto, pero fue algo que nació de manera natural porque lo apliqué en mi vida, me cambió la vida radicalmente, y ahí fue cuando empezó un deseo ardiente en mi corazón de poderles dar a las herramientas a las personas que cambian la vida y que nos hacen cruzar ese puente del miedo al amor con una vida que tiene sentido y propósito.
SEMANA: ¿Cuál ha sido la percepción desde el inicio de la pandemia frente a la espiritualidad en las personas?
M. V.: La pandemia para muchos fue algo grandioso, porque a pesar de la incomodidad de todo lo que sucedió, nos ayudó a poder encontrar ese otro camino, y a decirnos que era aquello que realmente habíamos construido sobre el miedo para que todo eso se cayera de alguna manera, que estamos dispuestos a construir sobre el amor para construir sobre piedra nuestra casa y no sobre humo. Entonces, de alguna manera la pandemia llegó a incomodarnos y a mostrarnos verdades incómodas que no nos atrevemos a mirar porque le tenemos miedo, porque le tenemos miedo a vernos a nosotros mismos, cuando es la única solución que tenemos. Ser muy sinceros, honestos. El maestro Jesús dijo: “La verdad te hará libre”, esa es la verdad que nos hemos negado a ver. La pandemia nos obligó a ver la verdad en nuestras relaciones de pareja, nuestro trabajo, en cómo estamos viviendo nuestras vidas, cómo estamos utilizando nuestro tiempo... y a organizarnos. Yo sé porque lo he vivido con muchas personas que la pandemia fue la oportunidad para encontrar una vida con sentido.
SEMANA: ¿Cómo afrontar los temores y miedos que ha dejado la pandemia?
M. V.: Lo que ha dejado la pandemia son los miedos. Los hemos tenido toda la vida, pero no habíamos querido destaparlos; enfrentarlos no es, porque todo aquello con lo que luchamos es en lo que nos convertimos. Nosotros no podemos luchar para erradicar el mal porque nos terminamos convirtiendo en el mal. Lo que tenemos que hacer es ver nuestros miedos, ser capaces de observarlos y saber qué cambiar, porque se nos ha olvidado que los únicos jefes de nuestra vida somos nosotros mismos. No hay nada externo a nosotros que pueda hacernos daño, todo en la vida te hace sufrir o te hace feliz de acuerdo con tu interpretación. Puede haber una circunstancia muy difícil en la vida, pero si tú lo interpretas como una gran oportunidad, lo será; pero si lo interpretas como algo que te va derrumbar, pues también lo será. Devolvernos el poder de pensamiento porque no hemos sido conscientes de lo poderosos que somos, el poder de entregar nuestros miedos a nosotros mismos y poderlos sanar a través de pensar diferente.
SEMANA: ¿Por qué le tememos tanto a la muerte?
M. V.: Le tememos a la muerte porque no hemos disfrutado la vida lo suficiente, queremos una vida más larga y no se trata de tener una vida más larga, sino una vida con más sentido.
Nos tememos a nosotros mismos, tememos a fracasar, a no tener relaciones dolorosas. No nos hemos dado cuenta que el miedo que tenemos a vivir es mucho más terrible que el miedo a morir. El que muere se va en espíritu y el espíritu no sufre, el cuerpo queda y se hace polvo, el espíritu se va y ya no hay ego. El tema es cuando estamos aquí que le perdamos el miedo a vivir, que es lo más importante.
SEMANA: ¿Qué lecciones te ha dejado el compartir tanto conocimiento con las demás personas?
M. V.: Una de las lecciones más grandes que me he dado cuenta es que no importa cuál sea nuestro conflicto al final, el conflicto más grande que tenemos los seres humanos es la falta de perdón y autoperdón. He visto que las personas han podido sanar precisamente por perdonarse a sí mismas. No hay un Dios que nos castigue, no hay un Dios que nos señale ni juzgue. Ese fue el Dios que me hizo libre, ni un Dios de culpas ni religiones, sino un Dios espiritual que vive en todos los seres humanos sin importar tu creencia. Me ha dejado claro que nos hemos esclavizado a través de los odios y los rencores, hemos creado guerras contra nosotros mismos y en la guerra queremos encontrar la paz. Realmente lo que da la paz es el perdón y el autoperdón.
SEMANA: ¿Cuánto tiempo necesitas al día para entrar en la espiritualidad?
M. V.: Lo que realmente te cambia la vida son los primeros 10 minutos de tu día y los 10 minutos antes de acostarte. Porque en los primeros 10 minutos reprogramas tu mente consciente y en los últimos 10 minutos, antes de acostarte, reprogramas tu mente subconsciente. Las dos mentes que dirigen tu vida, la subconsciente la dirige en un 90 %. Cuando te levantas y meditas o haces una técnica que ayude a saber tu mente hacia dónde va, ayuda a cambiar tu vida. 20 minutos no son nada. Si no tienes 20 minutos al día, debes tomarte 40 minutos porque debemos ser dueños de nuestra vida y no esperar que el trabajo, los hijos y la familia sean los dueños de nuestra vida. 20 minutos son suficientes para tener un cambio en nuestra vida, nuestras redes neuronales y en nuestra forma de pensar.
SEMANA: ¿Con qué sueñas y qué has cumplido a lo largo de tu trayectoria como ‘coach’?
M. V.: Sueño con un mundo perdonado, un mundo donde nos juzguemos menos, nos critiquemos menos y en vez de competir, cooperemos más los unos a los otros, donde no le entreguemos nuestro poder absolutamente a nadie y donde nos devolvamos ese poder tan grandioso que se nos dio al momento de nuestro nacimiento. Es lo que hoy estoy cumpliendo en mi misión de vida, porque no importa la cantidad que seamos. Una sola persona es capaz de cambiar 5.000 personas, según la ciencia, cuando empieza extender su amor al mundo. Lo único es ver hacia adentro y ser capaz de no tenerle miedo a mi interior y poder trabajar de manera honesta para ayudar a las personas para que también lo hagan en ellos. Hoy estoy cumpliendo mis sueños, haciendo lo que hago.
SEMANA: ¿Qué es la felicidad y cómo encontrarla?
M. V.: La felicidad es muy simple y se encuentra en el presente, porque le hemos puesto muchas condiciones a la felicidad. Cuando tenga el cuerpo, tal meta, dinero, seré feliz. La felicidad es encontrar el reino de los cielos que está dentro de nosotros. Por más que tomes un cohete o un avión en búsqueda del reino de los cielos no lo vas a encontrar, está dentro de ti. La felicidad es hacernos dueños de nuestra vida y encaminarnos a donde queremos, con una vida honesta, no para cumplir expectativas, sino para vivir la vida nuestra. La felicidad es conocernos y poder vivir nuestros sueños sin cumplirle a nadie, sino a nosotros mismos.
SEMANA: ¿La espiritualidad es una alternativa o una necesidad?
M. V.: La espiritualidad es un llamado que todos los seres humanos tenemos. Hay una frase que dice que “la religión es para quienes le tienen miedo al infierno y la espiritualidad para quienes ya hemos estado ahí”. La espiritualidad es un llamado, todo lo que te ayude a encontrar el amor dentro de ti es un lenguaje de Dios. Para mí, Dios no está encapsulado en ninguna religión, ni nadie tiene el monopolio sobre Dios. Somos una creación divina y perfecta, todos estamos llamados a encontrar en ese lenguaje de amor, quiénes somos, porque se dice que nuestro mayor sufrimiento es no saber quiénes somos en realidad.
SEMANA: ¿Cómo inspirar a otros?
M. V.: Siendo, simplemente siendo. No se puede inspirar a otros cambiando, porque cuando eres motivo de inspiración por el propio cambio en tu vida iluminas al mundo. Sé tu mejor versión, la única forma de inspirar a otro es por la luz.
SEMANA: ¿Cuál es el camino para llegar a la espiritualidad?
M. V.: Cada quien encuentra su propio lenguaje. La espiritualidad es libertad, no te hace esclavo ni culpable, ni te busca pecados. Es cuando te encuentras contigo mismo y eres absolutamente feliz, eres capaz de quitarte etiquetas tan fuertes que tienes para ti mismo. Es ahí cuando por fin se encuentra lo que nos da paz y amor, que es lo interno.
SEMANA: ¿Cómo romper paradigmas?
M. V.: Solamente podemos romper paradigmas con nuestra mente porque yo soy quien decido si sigo mi voz interna. No se trata de romper paradigmas, sino ser dueños de nosotros mismos. Cuando somos capaces de decir sí o no, dependiendo de si el camino nos conecta. Hacer todo aquello que queremos es cuando empezamos a seguir nuestro corazón sin buscar aprobación todo el tiempo.
SEMANA: ¿Por qué tenemos excusas para todo?
M. V.: Entramos a una zona de confort donde seguimos una consciencia colectiva. Cuando sales de ese adormecimiento te van a criticar y te van a decir que ese no es el camino. Sacamos excusas para no sentirnos señalados y, la verdad, es que no le vamos a gustar a todo el mundo. Y no incomoda porque nosotros siempre queremos complacer y nos perdemos a nosotros mismos. Al salir de la zona de confort vas a ser raro y diferente; por lo tanto, preferible sacar excusas y permanecer ahí, dejando que la luz se apague.
SEMANA: ¿Por qué elegir un curso de milagros?
M. V.: Un curso de milagros es una enseñanza espiritual universal de amor, sin dogmas ni religiones. Me enseñó que no tenía que aprender ya nada y hacer un viaje de 45 centímetros, que es de la mente al corazón. Y lo que tenía era que desaprender. Es un despertar para dejar de ver afuera lo que tenemos en el subconsciente, para ver la realidad del amor independiente de cómo lo practiquemos.
SEMANA: ¿Cuál sería el mensaje que consideras necesario transmitir?
M. V.: Mira dentro de ti y piensa dónde has buscado tu propia felicidad y cómo te has definido a ti mismo. Deja de buscar la felicidad en tu relación de pareja, en tu cuenta bancaria o en tu trabajo. Encuentra el reino de los cielos, encuentra la paz en tu interior y deja de estar buscando afuera, porque jamás lo encontrarás.