El ‘Capo de Capos’ ha muerto

Era tan peligroso que ni con un cáncer en cada riñón y un mal de Parkinson las autoridades le concedieron prisión domiciliaria en su natal Corleone. Pero frente a lo previsto, una vez los médicos lo pusieron en coma farmacológico, el ministro de Justicia le concedió a su familia una visita final. Y sucedió lo inevitable: Toto Riina murió el viernes a los 87 años en el Hospital Mayor de Parma. El sanguinario líder de la Cosa Nostra, conocido como la Bestia, llevaba 24 años tras las rejas, condenado a 26 cadenas perpetuas por decenas de asesinatos y masacres, pero jamás mostró un ápice de arrepentimiento y aún atemorizaba a la sociedad civil y al Estado. Su estatus y la naturaleza de sus crímenes lo llevaron a un confinamiento bajo el ‘régimen 41 bis’, especial para mafiosos y terroristas, que entre varios detalles implacables le prohibía escuchar radio o leer periódicos. Se le responsabiliza de 150 asesinatos directos, como los bombazos que mataron a los valientes jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, y de miles de indirectos, pues arrasó con las facciones de la Cosa Nostra contrarias a su régimen de sangre. Las autoridades lo capturaron en 1993 en la región de Palermo, que solo abandonó cuando lo trasladaron. Riina jamás colaboró con la justicia.