“No viviremos bajo una sensación de culpa por amar a alguien que no es invitado por la Iglesia católica”

Carlos Cuevas y Alberto Lema tienen una relación desde hace once años y 2021 será el de dar el sí. La pareja decidió casarse frente a todos sus familiares y amigos. Desde que se conocieron fue amor a primera vista, y han vivido en ese flechazo desde entonces. Han pasado por situaciones difíciles, pero aseguran que tienen “la certeza de que nuestro proyecto de pareja vale mas que unas pequeñas desavenencias”.

“Hemos viajado, asistido a reuniones familiares, iniciado y terminado relaciones de amistad con varias personas, nos hemos apoyado mutuamente y tenemos una clara admiración el uno por el otro. Nuestra vida cotidiana es bastante divertida y llena de personas encantadoras”, agregan.

Carlos es psicoterapeuta familiar en “Carlos Cuevas Psicoterapia” y Alberto esta terminando su proceso de formación en la Escuela de Artes y oficios Santodomingo y tiene sus propias marcas “Alberto Lema Marroquinería” y “Velas Lema”.

“Pocas discriminaciones hemos tenido afortunadamente, seguramente por este lugar de privilegio que nos da ser blancos, de clase media. No somos católicos, pero lo fuimos, nuestras familias son aliadas a la religión y eso generó procesos de deconstrucción respecto a nuestras creencias hasta finalmente nos desconectamos de este contexto católico”, concluyen.

La pareja habló con SEMANA sobre las declaraciones del Vaticano, avaladas por el papa Francisco. En estas, sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo se decía que: “Dios nunca deja de bendecir a sus hijos, pero no bendice ni puede bendecir el pecado”.

SEMANA: ¿Qué piensa de que el Vaticano prohíba bendecir la unión de las parejas del mismo sexo y asegure que “Dios no puede bendecir el pecado”?

Carlos y Alberto: Bueno en nuestro recorrido de reconocimiento como hombres gais la religión fue un elemento que paulatinamente fuimos descartando dadas las discriminaciones que la iglesia católica ha desarrollado en contra de los homosexuales, por esta razón nuestra creencia y filiación a la iglesia católica cesó hace muchos años. Sin embargo, muchas personas de los sectores LGBT+ conservan estas creencias y nos parece una situación que sigue generando culpas y rechazos innecesarios cuando la iglesia promulga este tipo de incoherencias, donde nos tildan de perversos, pero nos aceptan en las iglesias, pero no podemos ejercer la religión como las parejas heterosexuales. Es bastante confuso para quien quiere tener una relación con la iglesia católica.

SEMANA: ¿Afecta esta decisión del Vaticano su relación con Dios?

Carlos y Alberto: No, dado que no la tenemos, pero para quienes si la profesan, seguro si pueden entrar en una situación de desesperanza y frustración. Ese Dios me ha enviado a la tierra para cumplir una misión, pero con un rechazo claro por mi orientación o identidad de genero diversa, nosotros realmente pensamos que es muy difícil ser gay, lesbiana, trans, bi y tener filiaciones religiosas, el reconocimiento y aceptación de asumir una orientación sexual distinta a la hetero, no es un tramite fácil de manera individual, pasas por sentimientos de vergüenza, de culpa, de indignación, de rabia, pero cuando finalmente lo asumes y lo aceptas aparece el tema de la religión y te pone en una situación de descalificación que te pone a iniciar un nuevo tramite, ¿seré aceptado en mi congregación? ¿Podré asumir este pecado y vivir con él? ¿seré expulsado por mi familia quien si cree que ser homosexual es un pecado?. Fue en ese momento en que tomamos distancia de la relación con Dios hasta volverla nula, no íbamos a vivir bajo una sensación de culpa o remordimiento por amar a alguien que no es invitado por la iglesia católica.

SEMANA: Consideran la aclaración de Vaticano discriminación?

Carlos y Alberto: Sin duda, es una clara discriminación que además se acompaña de esta sensación de confusión que generan sus incoherencias, desafortunadamente para las personas creyentes que hacen parte del sector LGBT+ los siguen viendo como personas en pecado que no merecen tener las mismas aperturas a los sacramentos que los heterosexuales. Aparte es una discriminación con cierto paliativo moral, ¿no?, te aceptamos, pero con la mitad de lo que eres, eres hijo de Dios pero estarás siempre en pecado, te acogemos pero no te puedes casar de la misma forma que los otros hijos de Dios. La discriminación ya la vivimos en la sociedad, en la cotidianidad, nos ven raro si nos besamos en el centro comercial o en la carnicería haciendo mercado, nos censuran en redes sociales y se burlan de nuestra manera de amar, ahora ¿hay que asumir estoicamente la discriminación también por parte de la religión?, difícil situación para los LGBT+ creyentes.

SEMANA: ¿Afecta en algo la decisión que tienen como pareja de casarse?

Carlos y Alberto: No, nuestra unión será civil, ante la ley, no ante Dios, dado que para nosotros no existe.