GENTE
Dan de alta al profe Luis Fernando Montoya
El extécnico de Once Caldas volverá a su hogar luego de pasar 19 días internado en un hospital de Medellín.
Tras permanecer 19 días internado en un hospital, este viernes fue dado de alta el exdirector técnico Luis Fernando Montoya.
Conocido como el ‘campeón de la vida‘, Montoya fue ingresado el pasado 15 de junio en la Clínica Las Américas en la ciudad de Medellín por problemas respiratorios y urinarios. Ahora regresará a su residencia en Caldas, Antioquia, en compañía de su esposa, Adriana Herrera.
Así lo informó a través de redes sociales el equipo Once Caldas, con quien Montoya consiguió la Copa Libertadores en el año 2004, gesta que el club manizaleño recordó el pasado miércoles en su aniversario número 16.
Hoy fue dado de alta Luis Fernando Montoya Soto. A esta hora regresa a su residencia en Caldas, Antioquia, en compañía de su esposa Adriana Herrera. 19 días tardó la recuperación del "Campeón de la Vida", que gracias a Dios comparte de nuevo con su familia, en su hogar. pic.twitter.com/6YePQttffs
— Once Caldas S.A. (@oncecaldas) July 3, 2020
El pasado 17 de junio la unidad de cuidados especiales de la clínica comunicó que Montoya había sido diagnosticado con neumonía. En su momento, su esposa dijo al diario ‘El Colombiano‘ que el extécnico no había tenido que ser hospitalizado desde principios de 2019, pero en los últimos días una especialista determinó que lo mejor era internarlo debido a problemas respiratorios.
“Él va bien, está muy estable y tranquilo. El antibiótico que le pusieron está haciendo su trabajo muy bien (…) Él está en cuidados especiales, pero aislado, por el coronavirus. Lastimosamente, ingresó en la clínica cuando menos debía hacerlo”, explicó Adriana Herrera.
El 22 de diciembre de 2004, mientras la mayoría de las familias colombianas se aprestaban a celebrar con alegría el séptimo día de la novena de Navidad, en Caldas, Antioquia, había un hogar en el que la tristeza y la tragedia empezaba a cambiar sus vidas: la familia Montoya Herrera.
Las balas criminales de la delincuencia llegaron a la puerta de la casa del técnico del Once Caldas, acabando con la ilusión de quien hacía seis meses había obtenido la segunda Copa Libertadores para Colombia y se perfilaba como uno de los mejores técnicos de América.