¿Por qué la reina Isabel no fue al bautizo de Archie Harrison?

El bautizo de Archie Harrison Mountbatten-Windsor, el hijo del príncipe Harry y Meghan Markle, ha dado mucho de qué hablar. No solo porque fue en una ceremonia privada en la que no se permitió la asistencia del público, como se acostumbra en la realeza, sino también porque los padrinos del niño son un misterio que sus padres no quieren revelar. 

Pero en medio de los detalles que se han filtrado a la prensa, como la inclusión de las dos hermanas de Diana de Gales (la famosa Lady Di) en la foto oficial del evento o el uso del tradicional ropón de encaje y satén con el que se bautiza a casi todos los miembros de la realeza, llamó la atención que ni la reina Isabel II, bisabuela del homenajeado, ni el príncipe Felipe de Edimburgo asistieron a la ceremonia. 

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Pero más allá de un desplante a su nieto, como algunos tabloides ingleses han querido hacerlo ver, se trató de un tema de agenda. Como a sus 93 años sus días entre semana son bastante ocupados, llenos de compromisos adquiridos previamente, los fines de semana, generalmente, la reina se dedica a descansar junto a su esposo, quien ya se retiró de la vida pública.

En algunas ocasiones, y con semanas que son bastante ocupadas, esas fechas de descanso se definen con mucha anterioridad. Y eso fue lo que pasó el pasado sábado 6 de julio, cuando se realizó el bautizo: la monarca ya lo tenía apartado para pasarlo en el Palacio de Sandringham, junto a Felipe.

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Cuando se supo que ella no podría asistir, se hicieron algunas gestiones para intentar cambiar la fecha, pero la propia Isabel junto con Harry y Meghan decidieron que lo mejor era hacer el bautizo como estaba planeado. Además, no sería la primera vez que falta al bautizo de uno de sus bisnietos: tampoco fue al del príncipe Louis, el tercer hijo de William y Kate. 

Lo cierto es que el bautizo terminó haciéndose solo con 30 invitados y en las más extremas condiciones de seguridad.