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| Foto: A.F.P.

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¿Por qué Stephen Hawking nunca ganó el premio Nobel de física?

Aunque ganó decenas de premios y recibió miles de elogios por sus teorías sobre los agujeros negros y la teoría de la relatividad, el galardón siempre se le escapó de las manos. ¿Por qué?

14 de marzo de 2018

"Las personas tranquilas y silenciosas son las que tienen las mentes más fuertes y ruidosas", decía Stephen Hawking y él, lo sabía muy bien. Sus aportes revolucionaron los métodos para descifrar los orígenes y funcionamiento del universo. "Los agujeros negros se disuelven como una aspirina en un vaso de agua",  le sintetizó a los espectadores en una charla en 1970 y con esas palabras transformó el conocimiento que había en esa materia.

Por mucho tiempo se creyó que nada podía escaparse de los agujeros negros que se engullen todo lo que se les acerca -incluso la luz- gracias a su enorme fuerza gravitatoria. Pero basándose en la teoría de la relatividad, publicada en 1915 por Albert Einstein, el británico afirmó que estas expresiones cósmicas que se forman cuando grandes estrellas colapsan debido a su propia fuerza de gravedad al final de su vida podían emitir radiación, un fenómeno que fue bautizado como "radiación de Hawking".

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Pese a los hallazgos, sus aportes nunca lo llevaron a la cima para recibir el Premio Nobel de física. Al pionero más icónico de la ciencia en el siglo XXI, el galardón siempre se le escapó de las manos. La razón es simple y se reduce a un principio básico en una investigación: "Los descubrimientos científicos teóricos deben ser confirmados por datos de observación antes de que haya una posibilidad de ganar un Nobel. Y es algo difícil observar un agujero negro", explica la revista Times.

Su teoría le hubiera dado a Stephen Hawking el galardón si hubiera podido ser observada. Algo que es hoy imposible "ya que no hemos tenido la oportunidad de estudiar de cerca un agujero negro", explica Patrick Sutton a la agencia AFP.

El tiempo de las investigaciones son infinitos. Lleva años probar descubrimientos teóricos. Para ponerlo en contexto, basta con recordar el hallazgo que se hizo en el 2015 cuando por primera vez los científicos detectaron las ondas gravitaciones que predijo Einstein en 1916, un año después de la publicación de su Teoría de la Relatividad.

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Mientras que las primeras ondas detectadas resultaron de la fusión de dos agujeros negros que ocupaban 36 y 29 veces la masa del sol, el segundo fenómeno detectado en 2016 nació de agujeros que representaban 8 y 14 veces la masa de ese astro. Las ondas gravitacionales transportan información acerca de sus orígenes y sobre la naturaleza de la gravedad, y se espera que permitan observar la historia del cosmos hasta instantes remotos, comprender cómo se formaron los agujeros negros, cómo se comporta la materia en condiciones extremas, y hacer nuevos descubrimientos.

Más de cien años tardó el mundo en comprobar las teorías del genio. Por más, caprichoso que parezca el argumento, Hawking se fue sin el reconocimiento de la academia pero con el del mundo que aplaude los aportes que le hizo a la ciencia y sus esfuerzos por aterrizarlos en la cotidianidad.

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