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¿Qué es un parto cienciólogo? El método que Meghan Markle y Harry emplearon en el parto de Lilibet
Este domingo se conoció la llegada de la hija de los duques de Sussex, en la cual no hubo médicos.
El príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron el nacimiento de su hija Lilibet Diana en California tras un año de agitación en la familia real británica.
La pequeña, segunda hija de la pareja y octava en la línea sucesoria del trono británico, nació el viernes en Santa Barbara y ya está en su casa. “Peso 3,5 kilos. La madre y la niña están bien y en casa”, señaló el anuncio.
Según la revista New Idea, la pareja consideró el parto silencioso para asegurarle a la criatura una entrada al mundo tranquila. Así se lo reveló a la publicación una fuente cercana a los duques de Sussex, según la cual “no habría médicos gritándole a Meghan que puje o cosas así”.
Esta técnica es muy usual en la Iglesia de la cienciología, cuyos fieles creen que cualquier palabra dicha en ese momento se graba en la mente y puede causar malos efectos en la madre y el bebé. Se rumora que la organización, a la que pertenecen estrellas como Tom Cruise, quiere reclutar a la pareja y con esta elección, ello no sería del todo imposible.
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Según lo dicho por la Iglesia de Cienciología de Latinoamérica, tener un parto cienciólogo, es contar con un procedimiento silencioso y tranquilo para proveer del mejor ambiente posible a la madre y a su nuevo bebé.
Son las labores de parto y nacimiento hechas en un ambiente tranquilo y amoroso procurándose que las personas alrededor no hablen. Tal como lo escribió L. Ronald Hubbard, Fundador de Dianética y Cienciología “toda persona debe aprender a no decir palabra alguna que la madre que está dando a luz pudiera escuchar, durante la labor de parto y nacimiento.
Lo que quiere decir que “una mujer que quiere que su hijo tenga las mejores oportunidades, buscará a un doctor que esté de acuerdo en mantenerse callado durante el parto, e insistirá en que se mantenga el mayor silencio posible en la sala de parto”.
¿Una madre no puede gritar o gemir para nada?
La respuesta es sí, si puede hacer ruido, no obstante, el punto del parto silencioso es que no hayan palabras como “puja’' o “vamos’'. De acuerdo al libro de Dianética, la Ciencia Moderna de la Salud Mental, de L. Ronald Hubbard “las palabras lo que se debe evitar. Pero más allá de la plática, el objetivo general es lograr un ambiente pacífico y relajado, tanto como sea posible para la madre y el niño. Es imposible pensar que una mujer pudiera dar a luz a un bebé sin hacer ningún ruido’'.
El libro también indica que “la Iglesia no tiene ninguna política en contra del uso de medicamentos para ayudar a una persona con una situación física. Esto es una decisión de la madre y de su doctor’'.
Justamente, este fue el método que Meghan Markle quiso tener para dar a luz a su segunda hija, a quien decidió llamar Lilibet.
Amor entre Harry y Meghan
El príncipe Harry tenía 31 años, varios fracasos sentimentales y una carrera militar de diez años tras de sí cuando conoció a Meghan Markle, una actriz estadounidense divorciada que tenía en aquel entonces 34.
Una amiga común fue la que organizó su primer cara a cara, durante una visita de Meghan a Londres en julio de 2016. La química entre ellos fue inmediata.
“Todo era perfecto, simplemente todo”, contó el príncipe Harry a la BBC durante una entrevista en noviembre de 2017, poco después de que anunciaran que se iban a casar.
Durante los primeros cinco o seis meses, consiguieron mantener su idilio en secreto. Pero, confrontado a los rumores, Enrique oficializó su relación en noviembre de 2016. Le pidió matrimonio a Meghan un año después, mientras comían pollo asado en su residencia, en Londres.
Una boda mágica
La prensa británica aplaudió el compromiso, viendo en Meghan un soplo de aire fresco para la familia real: una mujer dueña de su propia carrera y que podría aportar un toque de modernidad a una institución presa de la tradición.
La pareja se casó el 19 de mayo de 2018 en el castillo de Windsor, a unos cuarenta kilómetros al oeste de Londres. La ceremonia se celebró con gran pompa y fue retransmitida en todo el mundo, y combinó los fastos propios de la monarquía británica con algunos toques de la cultura afroestadounidense, y despertó un gran alborozo en la población. Meghan se convirtió en el primer miembro de la familia real con un padre blanco y una madre negra.