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¿Qué pasó con los protagonistas reales de ‘El robo del siglo’?
La serie de Netflix sobre el asalto al Banco de la República de Valledupar en 1994 se convirtió en todo un éxito a nivel mundial y ha despertado el interés de muchas personas por la historia real. Esto fue lo que ocurrió con algunos de los ladrones que participaron en el robo.
El robo del siglo, la serie de Netflix sobre el asalto al Banco de la República de Valledupar en 1994, se ha convertido en todo un éxito a nivel mundial y ha despertado el interés de muchas personas por la historia real.
El robo, que ocurrió entre el 15 y el 17 de octubre de 1994, pasó a la historia porque los ladrones lograron sacar un poco más de 24.000 millones de pesos en billetes de 2.000, 5.000 y 10.000 pesos sin disparar ni un solo tiro.
Muchos televidentes, sin embargo, se preguntan si los protagonistas de la serie están basados en los ladrones reales que entraron al banco. Y aunque en Netflix utilizaron mucha ficción para hacer más atractiva la historia, lo cierto es que tomaron la mayor parte de los elementos de la realidad.
El personaje de Jairo Molina Valencia, el abogado, interpretado por Christian Tappan, por ejemplo, está basado en Jaime Bonilla Esquivel, alias Bolinillo, un abogado que trabajó como investigador de la Dirección Nacional de Instrucción Criminal, una institución hoy desaparecida, y que se dedicó a hacer robos y desfalcos.
Al igual que en la serie, Bonilla fue el encargado de convencer al teniente de policía encargado de la seguridad del banco, que en vida real se llamaba Juan Carlos Carrillo Peña, para que se uniera al robo. Además, no entró al banco con el grupo de ladrones y se quedó en la habitación 306 del hotel Sicarare, ubicado justo al frente de las instalaciones del banco, para coordinar todo desde afuera.
También es cierto que se entregó a las autoridades meses después del robo con una maleta llena de billetes robados. Sin embargo, a diferencia de la serie, no le habían disparado en otro robo y no tenía ninguna enfermedad terminal.
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En realidad, se entregó porque su rostro ya aparecía en la televisión como autor del robo y solo pasó unos años en la cárcel. En 2004, sin embargo, lo mataron dos sicarios en una panadería del barrio Samper Mendoza, en el sur de Bogotá.
En la vida real no hay rastro de ninguna persona con las características de la señora K, el poderoso personaje de Marcela Benjumea. Quien financió el robo en la vida real fue Elkin Susa, gerente de la Caja Agraria en un municipio de Cundinamarca.
Él fue el responsable de pedir los equipos para perforar la bóveda del banco desde Panamá y, a diferencia de la serie, también ingresó al banco, con los ladrones. Terminó en la cárcel y desde allá le dio una entrevista hace unos años al programa Los Informantes, en la que contó detalles del robo.
El personaje de Chayo, interpretado por Andrés Parra, y quien supuestamente estuvo detrás del robo como autor intelectual, estaría basado en alias Fabio, un bogotano de buenas maneras y de clase que le dio una entrevista anónima al escritor Alfredo serrano Zabala, quien escribió en 2009 el libro Así robé el banco, en el que contó detalles del asalto.
Alias Fabio nunca dio su nombre real en el libro por temor a represalias, pero sí contó que era un muchacho de la calle que tuvo que robar para sobrevivir. En la entrevista dijo que se gastó casi toda su plata en abogados y en su caso judicial, pues fue atrapado porque uno de sus compañeros de robo le puso una trampa y lo citó, con lo que lo terminó atrapando la Policía.
En 1994, sin embargo, las autoridades colombianas identificaron como otro de los cerebros del robo a Benigno Suárez Rincón, alias Don Pacho, un personaje muy diferente de los que aparecen en la serie de Netflix, aunque algunos creen que podría ser el mismo Fabio. Se trata de un lugarteniente de Gonzalo Rodríguez Gacha, el Mexicano, que traqueteaba en la zona de Circasia, Quindío. Allá mismo lo atraparon las autoridades.
El personaje de Dragón, el viejito que abre la bóveda y que en la serie interpreta Waldo Urrego, está basado en alguien real: Gabriel Herrera, alias el Topo, quien también se entregó a las autoridades en 1995 y murió años después en una piscina de Girardot. Por su parte el Sardino, interpretado por Juan Sebastián Calero, estaría basado en alias el Grandote, el único de los ladrones que nunca fue atrapado en la vida real.
A diferencia de la serie, hubo más policías y más funcionarios del banco involucrados. Además de Winston Tarifa, el guardia de seguridad que traicionó al banco y dejó entrar a los ladrones, quien terminó en la cárcel, hubo un tesorero y un cajero que colaboraron con los ladrones y les dieron la información de todo lo que había en el banco.
Al final todos fueron atrapados y terminaron encerrados en la cárcel.