MUNDO
¿Quién es el líder de los ‘Proud Boys’, el grupo supremacista blanco de Estados Unidos?
Gavin McInnes solía ser un ‘hipster’ orgulloso que andaba en bicicleta y comía saludable. Fundó la revista ‘Vice’, pero con el tiempo creó un grupo de racistas machistas que ejercen la violencia contra grupos de izquierda.
“Muchachos, retrocedan... pero permanezcan alerta”, les dijo el presidente Donald Trump a un grupo de supremacistas blancos de extrema derecha llamado ‘Proud Boys’ (chicos orgullosos) durante el debate con Joe Biden. El presentador le había pedido que condenara a ese grupo de extrema derecha, que el FBI considera “un grupo de odio”, pero él, haciendo uso de su personalidad terca y desafiante, solo les mandó ese mensaje críptico.
El destinatario de su mensaje es uno de los movimientos de extrema derecha que más han crecido en Estados Unidos y ya tienen sucursales en Israel, Australia y Canadá. Afirman ser un grupo “prooccidental, fraternal y libertario”, pero en realidad son racistas, machistas y violentos. Consideran que Estados Unidos está en peligro por los inmigrantes, que según ellos amenazan la existencia de la cultura blanca occidental (la única que promueve la democracia y la libertad, según ellos), y consideran que los hombres deben mostrarse fuertes y no sucumbir ante el feminismo y los pedidos de mayor igualdad por parte de las mujeres.
También promueven la violencia contra los adversarios políticos. Y como su mayor enemigo es la izquierda, en las últimas protestas del Black Lives Matter salieron a golpear a quienes marchaban, y a enfrentarse con los miembros de Antifa, otro grupo de extrema izquierda.
Esas características, que pueden sonar a las de un grupo de muchachos radicales pero inofensivos, constituyen las de un movimiento en crecimiento que promueve discursos de odio visceral e intenta mostrar a sus miembros como un grupo de víctimas de la corrección política y el “liberalismo bienpensante”. Su crecimiento pone en peligro el ideal de la democracia y ha alertado a varias instituciones de ese país y del mundo.
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Lo más paradójico es que la persona detrás del movimiento solía ser visto hace 20 años como el representante de los hipsters, ese grupo de jóvenes urbanos de clase media alta, amantes del cine independiente y la música alternativa, que montan en bicicleta y tratan de vivir como si estuvieran en el campo. Incluso, fundó Vice, la revista digital que hoy muchos reconocen como un símbolo del progresismo y algunas ideas de izquierda.
Su nombre es Gavin McInnes y su historia muestra lo fácil que es que una persona se transforme en lo peor de la sociedad. Nació en el Reino Unido en 1970 y lo trasladaron, aún pequeño, a Canadá. Allá se casó, fundó una banda punk y trabajó un tiempo en Voice of Montreal, una revista fundada con fondos públicos para hablar de la ciudad. Un tiempo después, sin embargo, decidió comprar el título con ayuda de Richard Szlawinski, uno de sus amigos que había hecho un pequeña fortuna en el mundo de la tecnología, y le cambió el nombre por Vice, una revista gratuita sobre tendencias y cultura.
Al inicio, y liderada por McInnes, era una revista irreverente, contracultural y arriesgada, que llamó la atención de un gran público. Pero la caída del negocio de los puntocom los terminó dejando al borde de la quiebra. Aun así, se recuperaron, y en esa segunda etapa apostaron por lo hipster. A medida que la popularidad de la revista crecía, también lo hacía la de McInnes como un escritor irreverente que criticaba la corrección política y apoyaba el pensamiento que a otros les parecía irrespetuoso.
Su personaje se lo fue tragando y terminó hablando de la importancia de mantener una mayoría de blancos occidentales en Estados Unidos y cosas similares. En 2008, finalmente, las diferencias creativas fueron tan grandes, que lo echaron de su propia revista.
En ese momento se radicalizó aún más. Fundó una web llamada Streetcarnage y comenzó a escribir sus propios libros de ‘humor político de derecha’, que consistían en humillar (bajo la excusa de la libertad de expresión) a todo lo que se consideraba progresismo y liberalismo: los derechos de las mujeres, los LGBTI, el islam, los afroamericanos, etc. También abrió su canal de YouTube.
En 2016, impulsado por su cada vez más grande grupo de seguidores, fundó los Proud Boys, que pretendía ser una oda a la cultura occidental y a la época de dominio del hombre blanco ‘macho’ y cristiano. De hecho, una de las condiciones para ser parte del grupo, además de ser hombre y blanco, es no masturbarse más de una vez al mes.
El grupo se popularizó rápidamente entre los nostálgicos del pasado y fue indispensable en la primera victoria de Trump. Desde entonces no ha parado de crecer y se ha convertido en una fuerza racista y violenta que contribuye al ambiente de polarización en Estados Unidos. Ya McInnes no está al frente, porque decidió dar un paso al costado, pero su creación ha crecido como un monstruo difícil de contener.