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¿Quién es el misterioso rey del sufrido Marruecos, de quien se dice que está muriendo y vive bajo el dominio de su amante gay?
Mohamed VI es criticado por su relación con un exconvicto que se conducía como si fuera el dueño del palacio, hasta que el monarca se vio obligado a alejarlo por la presión de las élites.
Si antes del terremoto que ha cobrado la vida de más de mil personas había serias preocupaciones por la situación de Marruecos, ahora que el país necesitará de un líder sólido para su reconstrucción puede que esas inquietudes aumenten.
En los últimos tiempos, su reinado de 24 años se ha caracterizado por frecuentes ausencias, lo que ha dado pie a toda suerte de rumores, pero, en últimas, nadie sabe a ciencia cierta qué pasa con el monarca.
En una monarquía escandinava, donde los reyes tienen poco poder, eso sería “de poca monta”. Pero resulta que en Marruecos el rey es una figura objeto de veneración entre el pueblo.
Un monarca casi absoluto
En el campo político, la monarquía sigue siendo la base de la estabilidad del país. El rey, como lo dicta la constitución, ostenta poderes casi que absolutos y es quien toma las decisiones en materia política y económica.
“Él preside el consejo de ministros”, le explicó hace poco el politólogo y comentarista de prensa Omar Brouksy al Financial Times, de Londres, para dar una idea de la larga mano del poder del rey.
En fin, todo eso que se espera de Mohammed VI contrasta con el aparente descuido de sus funciones que ha exhibido en tiempos recientes.
Antes del terremoto, el rey acababa de regresar al país del norte de África tras una de sus ausencias, que pueden durar largos meses, en países como Francia y Gabón.
Una de las razones para comportarse de ese modo, al parecer, es la grave enfermedad que padece, al punto que se especula que está muriendo.
La versión ha circulado por largo tiempo y el deterioro físico del monarca, quien se ve demacrado y mucho más viejo de lo que es, ha terminado por hacer de ello un secreto a voces.
Tras años de especulaciones, en 2018, El Mundo, de Madrid, reveló que Mohammed VI padece de sarcoidosis, una enfermedad inflamatoria del sistema inmune poco conocida, que afecta los pulmones, los ojos y los ganglios linfáticos.
Dado que Moulay Hassan, el príncipe heredero es todavía muy joven para tomar las riendas del país en representación de su padre, la situación ha resultado preocupante. El rey se divorció de su madre, la bella Lalla Salma, con quien, al parecer, se casó con el fin de cumplir un requisito para subir al trono.
Adueñados del Palacio Real
Dado que Moulay Hassan, el príncipe heredero, es todavía muy joven para tomar las riendas del país en representación de su padre, la situación ha resultado preocupante. El rey se divorció de su madre, la bella Lalla Salma, con quien, al parecer, se casó con el fin de cumplir un requisito para subir al trono.
Ello se ha agravado por otro factor: el escándalo de la supuesta relación gay del rey con el luchador Abu Bakr Azaitar, conocido por haber ganado el popular concurso Ultimate Fighter Championship, quien con sus hermanos parece ejercer una poderosa influencia sobre el monarca.
Ellos “estaban en todas partes y actuaban como si fueran los dueños”, le contó al Financial Times una persona allegada a la corte de Rabat.
“Le hablaban de una manera muy ruda a todo el mundo. Eran arrogantes y hasta trataban de controlar el acceso al rey”, relató el informante.
La homosexualidad del rey ha sido tema de chismes desde antes que subiera al trono en 1999. Ya desde esa época se comentaba que los militares no lo querían debido a ello y que deseaban que reinara su hermano Moulay Mohammed.
En las altas clases sociales y los círculos intelectuales de Rabat o Casablanca se hablaba abiertamente de ello, como lo recordó un libro aparecido en 2014 en Francia.
El volumen cuenta que Mohammed tenía una relación sentimental con el descendiente de un esclavo negro y que, posiblemente, murió a manos de los servicios especiales de su padre, el popular rey Hassan II. La versión oficial fue que perdió la vida en un accidente automovilístico.
La sola posibilidad de la homosexualidad del rey es muy grave en el contexto marroquí. Por un lado, ello sería una mancha para quien se supone que es descendiente de Mahoma. Por el otro, en Marruecos, la religión musulmana y las leyes persiguen a los miembros de la comunidad LBGTI y les aplican fuertes castigos por su condición.
En abril pasado, el tema volvió a estremecer a las élites marroquíes, cuando una publicación tan respetable como The Economist publicó un informe sobre la controvertida amistad del rey con los Azaitar.
Pasado criminal
El artículo recordaba el pasado criminal de Abu Bakr, quien fue condenado a los 17 años en Alemania, donde nació de padres marroquíes, por atacar a un hombre de negocios, rociarlo con gasolina, y robar su auto.
El asunto de los Azaitar se ha volvió tan crítico que la prensa, normalmente cortesana, ya no tiene problemas con hablar francamente de la situación.
Como lo anotó el Finacial Times, Hespress, un periódico digital, ha dicho que los Azaitar son “una bomba de tiempo” lista para explotarles a los marroquíes en la cara”.
“¿Cuál es el rol de los Azaitar en la arena política y social del país? ¿A qué túnel sin salida están arrastrando a Marruecos?”.
El diario londinense dijo que, detrás de semejante sinceramiento de la prensa no están otras que las élites de país, descontentas con el manejo del Estado por parte de Mohammed, como lo expresó Haizam Amirah-Fernández, del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, un centro de pensamiento de Madrid.
El poder de los Azaitar estaría demostrado en detalles aparentemente frívolos como el modo en que usan los símbolos de la realeza para sus asuntos personales.
Por ejemplo, ha sido muy cuestionado que le hayan puesto Royal Burguer y Royal Donut a dos negocios de su propiedad.
“Las imágenes son simples y un simple ejercicio de semiología nos puede revelar la historia que estos pícaros quieren contar”, dijo Hespress.
La presión llegó a ser tal, que el monarca no solo tuvo que regresar al país en agosto, sino que los Azaitar han adoptado un bajo perfil.
No obstante, “es difícil decir que ellos están totalmente fuera de escena”, de acuerdo con un observador.
Ahora, con el terremoto, el monarca tendrá que pasar la dura prueba de la recuperación de su país, afectado de por sí por la inflación, las sequías y una honda desigualdad social.