Realeza
Quién puso los cuernos primero: ¿el príncipe Carlos o la princesa Diana?
Durante años se ha dicho que el príncipe Carlos fue el causante del divorcio al ser infiel con Camilla. Ahora un guardaespaldas de la princesa insiste en que fue ella quien rompió los votos de fidelidad.
La historia de amor de la princesa Diana siempre ha generado simpatía y compasión. Y no es difícil. Como se ha narrado en la última temporada de la serie The Crown, la princesa, ingenua y enamorada, descubrió, a pocos días de su boda, que su esposo aún amaba a su exnovia Camilla Parker y que el compromiso con ella era simplemente un arreglo de la monarquía para producir un príncipe heredero.
Cuando ella subió las escalinatas de la catedral de San Pablo en Londres esa mañana de verano de 1981, ella sabía que en el altar no la esperaba su príncipe azul, sino un hombre enamorado de otra. A pesar de todo, hubo luna de miel, viajes y primogénito. William llegó al hogar en 1982. Las cosas parecían marchar en este matrimonio por conveniencia y algunos, incluso, llegaron a pensar que Diana y Carlos se mantendrían casados y serían los próximos reyes de Inglaterra.
Pero la relación empezó a resquebrajarse a los pocos años de casados. El punto máximo del distanciamiento fue visible durante un viaje a India en 1992. En la visita al Taj Mahal, la obra de arquitectura que simboliza el amor, Diana posó sola y triste ante la lente de miles de fotógrafos del mundo.
Luego vinieron los amoríos de cada uno con sus parejas y todo llegó a ser tan bochornoso que la propia reina les pidió que se divorciaran. Durante 30 años mucho se ha especulado sobre quién fue el primero en poner los cuernos. ¿Fue el adulterio de Carlos lo que llevó a la princesa Diana a buscar consuelo en los brazos de otro? ¿O fue el engaño de su esposa lo que animó a Carlos a reanudar su relación amorosa con Camilla Parker?
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Para muchos, la respuesta había quedado clara cuando Diana reveló en su famosa entrevista de Panorama que el primero habría sido el príncipe Carlos al revelar que ella tenía una rival. “Bien, éramos tres en mi matrimonio, por lo tanto, había una multitud”, dijo la princesa engañada al periodista Martin Bashir, de la BBC.
Se refería a Camilla Parker, la mujer que siempre tuvo el corazón del príncipe heredero, pero que no pudo casarse con él porque ella no era virgen, un requisito que en esa época se le exigía a la futura reina de Inglaterra. En esa entrevista, la princesa también responsabilizó a las infidelidades de Carlos de su bulimia y su tendencia a causarse daño.
Todos esos problemas mentales habrían sido consecuencia de que su esposo hubiera roto los votos de exclusividad conyugal. Pero la semana pasada, un antiguo guardaespaldas de la princesa, el sargento Allan Peters, quien nunca había salido al público a dar declaraciones, de manera inesperada rompió su silencio y cambió la narrativa. Habría sido Diana quien primero fue infiel con un colega suyo, el oficial Barry Mannakee.
Fue el propio Peters quien le reveló al príncipe de Gales la verdad sobre el amorío de su esposa con Mannakee. Aunque de él ya se había rumorado que fue muy cercano a la princesa, no se sabía que fueran amantes. La novedad es que ante ese acto de traición, Carlos habría regresado a los brazos de Camilla. La entrevista de Peters, quien pasó siete años al lado de Diana en la década de los ochenta hasta que lo sacaron abruptamente, se publicó en el diario The Daily Mail.
De acuerdo con su versión, él comenzó a notar que la princesa se comportaba de manera extraña cada vez que Mannakee estaba cerca. En ese momento, el guardaespaldas tenía a su cargo el cuidado de los príncipes William y Harry. Siempre andaban juntos, ya fuera para ir de compras o para recoger a los niños a la guardería. En ocasiones estaban solos y se cree que ahí fue cuando ella encontró reconfortante su presencia y posiblemente llegaron a situaciones más intimas. Pero no les daba pena coquetearse mutuamente delante de los sirvientes.
En Balmoral fueron vistos conduciendo juntos, aparentemente solos, en las carreteras desiertas. Una cosa que le hizo querer a Mannakee fue su manera de tratar a los niños, muy diferente a la actitud seria y distante de Carlos, quien odiaba recoger a sus hijos a la guardería. Un día, cuando estaba particularmente deprimida y llegó Mannakee para comenzar su turno, Diana se arrojó a sus brazos, sollozando: “No puedo seguir más. No puedo”. Al principio ella negó todo, dice Peters. “Pero luego me dijo exactamente lo que estaba pasando, que tenía algún tipo de relación con Mannakee’’, declaró al diario.
Cuando a Mannakee lo iban a cambiar de puesto, la princesa casi pierde la cabeza. Peters también reveló que el príncipe lo había buscado para indagar por el desconcertante comportamiento de su esposa. “¿Qué diablos pasa?”, le preguntó el príncipe, a lo que el oficial respondió: “Tiene que hablar con ella”. Carlos le confesó que ya lo había hecho, pero que no había obtenido respuesta y que la única razón visible era el cambio de puesto de Mannakee.
“Si eso es lo que la altera lo mejor es que se quede”, habría manifestado Carlos. Fue entonces cuando Peters le confesó del affaire de su esposa. La entrevista ha causado polémica. Muchos ven con sorpresa que Peters haya escogido preciso este momento para dar estas declaraciones. La reina Isabel está delicada de salud y, a los 94 años, nadie espera que viva una década más.
Ante ese panorama, el momento de un cambio de trono se ve más cerca que nunca. Algunos creen que Peters estaría ayudando con su entrevista al futuro rey. Aún más, se cree que fue alentada discretamente por Carlos para que al asumir el trono pudiera convertir a su esposa, Camilla, en reina de Inglaterra.
Como se sabe, Camilla no es muy querida en Gran Bretaña porque todavía pende sobre ella la culpa de haber sido quien separó a Lady Di de su esposo. Ahora la historia sería que Camilla fue el hombro para llorar al que Carlos acudió tras la infidelidad de Diana. “Parece extraordinario que Allan Peters, quien casi nunca ha hablado de su servicio real, elija hacerlo ahora y sobre este tema”, dice una figura cercana a la difunta princesa al Daily Mail. “Hace que uno se pregunte sobre el motivo”, agregó.
Mannakee tenía 35 años, estaba casado y tenía dos hijos cuando llegó al palacio de Kensington, en 1985, a trabajar para la princesa. Dos años después, en 1987, murió en un accidente de motocicleta cuando iba a un festival de cine en Cannes. La princesa tenía 24 años y cuando se enteró lloró desconsoladamente. Además, volvió tirones su ropa y se hizo daño en las piernas y en los brazos.
Las heridas eran tan visibles que esa noche su dama de compañía tuvo que reformar el vestido que tenía programado llevar a una cena de gala para que ocultara los moretones. Ella murió diez años después. Hoy no hay rastro de que esa cercanía que Diana logró tener con su guardaespaldas se convirtiera en algo más. Solo hay una grabación que ella hizo con Peter Setteln, su entrenador de voz, en la que habla de él. “Solo estaba feliz cuando él estaba cerca (y) estaba bastante feliz de dejarlo todo solo para irme a vivir con él”, dice la princesa. Pero hoy nadie cree que Diana realmente hubiera considerado dejar a Carlos para comenzar una nueva vida con Mannakee.
Los amigos de la princesa explican la relación de Diana con Mannakee como consecuencia de un momento de creciente confusión para ella, cuando la infelicidad de su matrimonio se estaba intensificando. Mannakee no solo era un buen conversador, sino también era un buen oyente, pero de ahí a que fuera el amante de la princesa hay mucho trecho.
“Nunca soñamos que hubiera algo entre ellos porque Barry era un charlatán... se habría jactado de ello y nunca lo hizo”, señalan fuentes de palacio. En cuanto a quién hizo trampa primero, al menos Diana nunca tuvo ninguna duda. Siempre creyó, y así lo dijo, que Carlos nunca había dejado de ver a Camilla.