Realeza: A Meghan Markle le pillaron la mentira en la corte

La semana pasada, el pleito de la duquesa de Sussex contra el periódico The Sun tuvo un giro dramático. A Meghan le tocó ofrecer disculpas por mentir ante la corte. Todo se dio cuando Jason Knauf, su secretario de comunicaciones en 2018, sometió a juicio una serie de mails en los que queda claro que la duquesa sabía que la carta a su padre, Thomas Markle, escrita antes de su boda, iba a ser publicada en algún momento por la prensa.

Durante el juicio contra Associated Newspapers, sin embargo, ella argumentó que había sido una vulneración de su privacidad. También se supo que Meghan y Harry habían acordado con Omid Scobie y Carolyn Durand, autores del libro Finding Freedom, mostrar una mala imagen de sus medios hermanos y favorecer la de la duquesa. Todo esto a pesar de que Meghan siempre negó haber estado involucrada en esa obra.

Ante esto, la prensa británica está más resuelta hoy a ver a la duquesa de Sussex no como la víctima que ella dice ser, sino como una persona obsesiva que haría todo, hasta mentir, por mantener su buena imagen.

El estilo de Styles

Harry Styles ya había causado furor el año pasado al ser el primer hombre en lucir un vestido en la portada de la revista Vogue. Este año volvió a ser la sensación, pero esta vez fue en la portada de Dazed, una publicación bimensual británica fundada en 1991 y especializada en temas de moda, arte, literatura y música, entre otros.

El cantante, de 27 años, que se ha caracterizado por vestir con un estilo género fluido, posó con una vestimenta extravagante, por decir lo menos: vestidos y tacones, abrigos, medias veladas y accesorios de diferentes casas de moda para la temporada invierno 2021.

El cantante, además, anunció su nueva marca de belleza llamada Pleasing, que comenzará con una línea de esmaltes de uñas unisex. Pese a todo, Styles, quien ha roto los límites de la moda masculina, no se considera un ícono del estilo. “Es gracioso, no me siento así. Lo que más me gusta es aglutinar a la gente”. Eso, definitivamente, lo logró con esta portada en la que están puestos hoy los ojos del mundo.

La futura reina

La princesa Amalia, heredera al trono de Holanda, cumplió 18 años, y para festejarlo publicó un libro en el que habla sobre su futuro papel como monarca. Una de las revelaciones es que ella no se sorprendería si la monarquía es abolida en su país, algo que los súbditos podrían hacer y que a ella le tiene sin cuidado. De pasar, dijo que “seguiría con su vida”.

Y es que el apoyo a la monarquía ha bajado en los meses recientes no solo por los costos que supone mantenerla, sino también porque el año pasado la familia real se fue de vacaciones a Grecia mientras el país estaba en cuarentena, algo que fue altamente criticado y que obligó a los reyes a disculparse.

La princesa afirma no estar lista para asumir el trono, pero que si su padre muriera repentinamente le pediría a su madre que abdicara para ella asumir su papel.

Los secretos de Will

El actor Will Smith compartió detalles de su primer libro, Will, que hace un recorrido desde su infancia en Filadelfia hasta convertirse en la estrella de Hollywood que es hoy. En su biografía, para la cual contó con la ayuda del autor Mark Manson, Smith revela episodios dolorosos como las dos veces en que estuvo a punto de quitarse la vida.

La primera vez fue a los 13 años, cuando su madre, Caroline Bright, se marchó de casa para huir de la violencia familiar. La otra fue cuando luchaba contra el cáncer. Pero lo más jugoso han sido los detalles de su relación poliamorosa con su esposa, Jada Smith, con quien tiene una relación en la que se permiten este tipo de libertades sexuales.

“El matrimonio para nosotros no puede ser una prisión. Las experiencias de las libertades que nos hemos dado y el apoyo incondicional, para mí, han sido la definición más completa del amor”. Así justificó Smith su comportamiento, aunque advirtió que no sería un consejo que les daría a otros.

No era de Da Vinci

La obra Salvador Mundi se vendió al príncipe árabe Badr bin Abdullah en una subasta de Christie’s en 2017 por la cifra récord de 450 millones de dólares. En ese momento, los críticos afirmaban que era de Leonardo da Vinci. Sin embargo, desde entonces esta millonaria obra ha dividido la opinión, pues otros no creen que sea del genio florentino, sino de un aprendiz.

Hoy, según el Museo del Prado, la pintura, en el mejor de los casos, tendría dos o tres trazos del artista del Renacimiento, pero probablemente su autoría sería de uno de sus pupilos y no precisamente el más aventajado. Por lo tanto, su valor sería mucho menor al pagado por el príncipe árabe.

La decisión del museo se hizo evidente con la publicación del catálogo de una exhibición sobre las copias del trabajo de Leonardo. En dicho folleto, el Salvador Mundi fue clasificado como una obra supervisada o autorizada por Leonardo, pero no hecha por el famoso pintor italiano. Es la primera referencia sobre la obra de un museo de esa categoría y por eso se espera que los sauditas ahora reclamen a Christie’s por haberles metido gato por liebre.

Quejas desde la prisión

Nada bien la pasa un preso en una cárcel, pero la situación es mucho más complicada cuando se trata de una millonaria que siempre gozó de lujos. Esa parece ser la situación de Ghislaine Maxwell, quien se encuentra desde hace 16 meses en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn mientras espera un juicio por procurarle menores de edad al pedófilo Jeffrey Epstein, gran amigo suyo.

La británica, de 59 años, rompió su silencio para denunciar que su celda está llena de roedores. “Cuando voy al baño (una letrina) una amistosa rata me visita regularmente”, le confesó al diario The Daily Mail. También dijo que había dejado de ducharse para evitar que “los guardias que me vigilan de cerca me vean todo el tiempo”. Se quejó de no haber tenido un régimen alimenticio decente y de no poder dormir por la luz fluorescente de la cárcel.

Sus abogados dicen que ese trato es solo comparable con el de Hannibal Lecter, el famoso criminal de la película El silencio de los inocentes. Para el juicio, que comienza el 29 de noviembre, la multimillonaria tuvo que pagar por un tinte de cabello que le cubriera las canas. Además, logró que le dejaran vestir su ropa y no el usual enterizo de los reos. Así pretende lucir más glamorosa y convencer de su inocencia a los jurados.