REALEZA

En el 2020, ¿renunciará al trono la reina Isabel?

Por cuenta de sus 93 años y por culpa del escándalo sexual que involucra a su hijo, el príncipe Andrés, la reina está considerando retirarse y nombrar regente a su hijo Carlos. ¿Qué tan factible es que suceda? Este artículo hace parte de la revista Jet-Set.

29 de diciembre de 2019
En los pasillos del Palacio de Buckingham se comenta que Isabel hará príncipe regente a Carlos para que tome las riendas de la casa real. | Foto: Getty Images

Se dice que cuando oyó de la dimisión de la reina Beatriz de Holanda, en 2013, a la reina Isabel le pareció tan absurda que exclamó: “¡Estos holandeses!”. También se cuenta que su consejo para el rey Juan Carlos de España, su primo, fue: “Nunca abdiques”, al cual él no pudo hacerle caso, pues dejó el trono hace cinco años.

En fin, siempre ha sido muy firme en que reinará hasta el último día de su existencia. Por eso cunde la extrañeza ante los reportes de que piensa apartarse de sus funciones dada su avanzada edad, que ya le permitió batir el récord como la titular del reinado más largo en la historia de Gran Bretaña, 67 años.

Según The Sun, circula entre los cortesanos el comentario de que, al igual que su esposo, el duque Felipe de Edimburgo, Isabel aprovechará la llegada a los 95 años para entregarle a Carlos, príncipe de Gales, heredero del trono, el manejo de la monarquía. Tal como lo permite la constitución, el hijo mayor de Isabel asumiría como príncipe regente, pero ella seguiría siendo la reina.

El duque de Edimburgo se retiró de la vida pública en 2016, al cumplir 95 años. Se especula que Isabel tomará la misma decisión cuando llegue a esa edad.

“El escándalo alrededor del príncipe Andrés y su relación con Jeffrey Epstein le dio a Carlos la oportunidad de salir al ruedo y mostrar que puede dirigir la casa real. Nadie está por encima de la institución; ni siquiera el hijo favorito de la reina. Carlos se percató de ello y actuó de manera decidida, como el rey que algún día será”, le declaró una fuente de palacio al periódico.

Como se recuerda, la reina obligó hace poco a Andrés, duque de York y su tercer hijo, a renunciar a sus funciones oficiales, luego de la entrevista que diera al programa Newsnight, de la BBC, para dar explicaciones sobre su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein. Pero antes que acallar los cuestionamientos sobre si se acostó con una menor a instancias de Epstein, alteró mucho más a la opinión con la inconveniencia de sus respuestas.

La situación amenazó con salirse de control y Carlos resolvió con su madre que el duque se tenía que ir para no perjudicar más a una institución que, si bien conserva su popularidad, es frágil.

Katie Nicholl, autora de varias biografías de miembros de la familia Windsor y quien cubre a la realeza para Vanity Fair, asegura que muy distinto fue el testimonio que le dio un empleado veterano del Palacio de Buckingham: “No hay ningún indicio de traspaso o retiro”.

Así mismo, un vocero de Carlos le manifestó: “No hay planes para una transferencia de responsabilidades de la reina a los 95 años ni a ninguna otra edad”. Ciertos allegados a su majestad le aseguraron que ella conserva una excelente salud y que su estado de ánimo es inmejorable pese a los recientes reveses.

Carlos saltó al ruedo como “rey en la sombra”, al decidir junto con su madre el retiro de su hermano Andrés de la vida pública, debido al escándalo por su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein.

Pero Nicholl es también una de las personas mejor informadas acerca de lo que pasa entre los muros palaciegos y afirma que la reina piensa celebrar sus 95 años con bombos y platillos en 2021, “lo que ha llevado a algunos observadores de la realeza a creer que quizá este hito sea un momento oportuno para que anuncie el traspaso de funciones a Carlos”.

Robert Jobson, biógrafo del príncipe Carlos, corrobora esa versión, según se lo expresó a Vanity Fair: “Estamos en un periodo de transición y entiendo que la reina quiere darle la regencia a Carlos para que ejerza los poderes ejecutivos propios del monarca. Lo más importante es mantener la solidez de la institución. Si ella siente que su edad debilita la corona, entonces dará paso al cambio”.

Sarah Gristwood también es biógrafa de Isabel II y de plano rechaza cualquier posibilidad de abdicación, pero sí piensa que hay un plan en marcha. “Creo que, en gran medida, esto depende de cómo se interprete aquella famosa alocución”, señaló, refiriéndose a un discurso que dio la entonces princesa Isabel a los habitantes del Imperio británico con motivo de sus 21 años, en 1947, y en el cual afirmó: “Declaro que toda mi vida, sea corta o larga, la dedicaré a su servicio”

Quienes creen que Isabel no cederá ni un milímetro de su poder, se basan en la alocución que dio en 1947 a los súbditos cuando cumplió 21 años, en la cual dijo: “Toda mi vida, sea corta o larga, la dedicaré a su servicio”.

“Esto siempre ha sido visto como la promesa de que estará en el trono hasta la muerte –apunta Gristwood–, ¿pero no es posible que llegue el momento en que se convenza de que el mejor modo de servirle al pueblo es ejercer un rol menos activo y entregar el control?”.

Como quiera que sea, la reciente actuación de Carlos en el caso de su hermano indica que es cada vez mayor su injerencia, así como la de su hijo, William de Cambridge, segundo en la línea de sucesión al trono.

Según el Sunday Times, este último estuvo de acuerdo en que apartar a Andrés de la vida pública era lo correcto. “William está cada día más involucrado en las decisiones de la institución y no es muy fan de su tío Andrés”, le contó otra fuente real al periódico.

Londres, 2 de junio de 1953. Isabel II con su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, y sus hijos, Carlos de Gales y Ana de Edimburgo, minutos después de su coronación en el balcón de Palacio de Buckingham.

Así, de otra parte, han quedado al descubierto las grietas entre los herederos de la reina, de modo que desde ya se plantean muchas preguntas acerca de cómo será todo bajo la batuta de Carlos. Con la renuncia de Andrés, eliminó a su gran opositor en el objetivo de reducir al máximo la monarquía.

De hecho, los hermanos han tenido desavenencias, dado que Andrés exigía que sus hijas, las princesas Beatrice y Eugenie, tuvieran un rol más importante. Pero con esta reciente humillación, su capacidad de influenciar es casi que nula y tendrá que obedecer a su hermano con el aval de Isabel II, quien, por lo demás, ya cumplió ese augurio del himno nacional que dice “Long to reign over us” (“que reine largamente sobre nosotros”).

* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set. Puede leer otros aquí.