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“Secrets of Playboy”, el documental que muestra el lado oscuro del creador del emporio de las ‘conejitas’
El creador del emporio de las ‘conejitas’ siempre gozó de buena fama por ser impulsor de las causas feministas. Pero un nuevo documental lo muestra como un personaje aberrante y abusador de mujeres.
Hugh Hefner tenía solo 27 años cuando lanzó la primera edición de la revista Playboy, en 1953. En su portada aparecía nadie menos que Marilyn Monroe y, como era de esperarse, la edición vendió más de 50.000 copias. Ese fue el comienzo de un emporio que se mantuvo por décadas e incluía clubes nocturnos cuyos miembros contaban con una llave para entrar.
Cuando Hefner murió en 2019, a la edad de 91 años, tenía el récord de haberse acostado con más de 1.000 mujeres en su vida y la fama de ser promotor de la libertad sexual y de expresión, así como un abanderado de los derechos reproductivos de las mujeres. Fue un revolucionario para su tiempo, especialmente en el período represivo de la posguerra. Pero ante nuevas revelaciones, todo eso sería una fachada.
En Secrets of Playboy, un documental de A&E que se transmite desde el 24 de enero, exconejitas y personas que trabajaron con él lo describen como un hombre controlador y abusador de mujeres, dueño de un emporio que sirvió de plataforma para el abuso de drogas, orgías y sexo desenfrenado. De acuerdo con su exnovia Sondra Theodore, él la obligaba a sexo grupal cinco noches a la semana. “No podías satisfacerlo. Él quería más y más”.
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Una de las denuncias hechas por las exconejitas es que Hefner no era un defensor de los derechos de las mujeres, sino todo lo contrario, un “vampiro” que las manipulaba y las drogaba. Era retratado en los medios como un bondadoso mentor, pero ellas hoy lo muestran como un hombre perturbado que las controlaba y manipulaba en todos los aspectos.
Las filmaba teniendo sexo con sus amigos y sin su consentimiento. Luego utilizaba ese material para disuadirlas de hablar mal de él en libros o documentales. Algunas de ellas han revelado que él tenía un buen inventario de Quaalude (metacualona), un poderoso sedante, el mismo que supuestamente usaba Bill Cosby para drogar a sus mujeres, y que Hefner llamaba “abridor de muslos”.
Secuestros
Quien fue su mayordomo reveló que el millonario organizaba “noches de cerdo” una vez a la semana e invitaba a prostitutas a tener sexo con sus amigos famosos. También estaban las modelos y ‘conejitas’. Aunque en los clubes ellas no podían intimar con los clientes, a sus amigos VIP se las ofrecía sin problema. Algunos las secuestraban por tres días sin que a él le preocupara. Muchas de estas mujeres murieron de sobredosis o por suicidio ante ese ambiente dañino, pero esos escándalos no salían a la luz porque Hefner contaba con un equipo encargado de proteger su imagen.
Hefner supuestamente tenía cámaras escondidas en todas las habitaciones de la mansión, así como micrófonos en sus jardines. Según Linda Lovelace, la estrella porno que se hizo famosa por su filme Garganta profunda, Hefner participaba con frecuencia en esas bacanales. Ella se sentía tratada como un pedazo de carne. En una oportunidad la forzó a tener sexo oral con un pastor alemán mientras Hefner y sus amigos miraban. También participó en tríos con ‘conejitas’, que se quejaban de que él nunca usaba ningún tipo de protección durante la relación sexual.
Una de ellas, Holly Madison, de 42 años, tuvo una relación con Hefner entre 2001 y 2008. Ella declaró que eso casi la lleva al suicidio. Su visión de vivir en la mansión con una gran familia se deterioró rápidamente. Durante su primera noche con Hefner y sus otras compañeras en un club nocturno de Los Ángeles, él le ofreció un Quaalude.
Más tarde, esa noche, Madison dijo que Hefner se negó a usar protección cuando tenían relaciones sexuales. “El impacto que tuvo en mí fue muy fuerte”, dijo. Una de las razones por las que permaneció en la órbita de Hefner durante tanto tiempo fue el temor de que él publicara imágenes íntimas de ella si se marchaba. Para Madison, Hefner era una figura controladora que les daba a las ‘playmates’ (las que lograban las páginas del centro de la revista) 1.000 dólares a la semana, las obligaba a respetar el toque de queda a las 9:00 p. m. y les prohibía tener novios.
Más que una familia, lo que Hefner tenía era una especie de culto. “Él era visto como generoso y protector, especialmente frente a sus amigos, porque proveía felicidad y entretenimiento en la mansión”.
Lovelace dice que Hefner siempre estuvo interesado en la historia de Charles Manson, el jefe del clan Manson, que asesinó en la década de los setenta a Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski. “Había muchas similitudes en la manera en que las chicas obedecían todo lo que él decía y nos hacía sentir en esta gran familia feliz”, dice. El fotógrafo Sharmagne Leland-St. John-Sylbert dice que era tal la fascinación de Hefner por el clan Manson que obtuvo videos del grupo antes de los asesinatos de 1969. Tan escandaloso como eso era su inclinación para tener sexo con animales.
Sondra Theodore, otra de sus novias, revela que Hefner practicaba la zoofilia y una vez lo encontró teniendo sexo con su perro, razón por la cual nunca los volvió a dejar solos en un cuarto. Otras insinúan que a Hefner también le gustaban los hombres y en las orgías tenía a uno siempre cerca que se hacía el difícil de atrapar. Además, es posible que haya tenido sexo con menores.
Jennifer Saginor vivió en la mansión desde los 6 años porque su padre, Mark Saginor, era el médico personal de Hefner en ese momento. Aunque inicialmente disfrutó de vivir en la mansión con todas las comodidades, más tarde comenzó a ver el lado oscuro. Cuando aún era menor de edad, inició una aventura con una modelo.
Después de que Hefner se enteró, Jennifer afirmó que él les propuso a ella y a la modelo un trío, que rechazó. Las mujeres que orbitaban al millonario siempre fueron vistas como mercancía y a Hefner le encantaba generar rumores para ponerlas en contra y verlas pelear. Sobre los trajes de ‘conejita’, dicen que eran tan apretados que las modelos sufrían de los riñones. El control que les hacía Hefner llegaba a no dejarlas aumentar de peso ni a que se cortaran el pelo sin su permiso.
Después de la muerte de Hefner, sus herederos (su viuda y cuatro hijos) vendieron el 33 % de las acciones que tenían en Playboy por un valor de 35 millones de dólares. La revista, bajo sus nuevos dueños, ha tratado de mantenerse relevante, aunque no se imprima desde 2020.
Secrets of Playboy podría ser el final de ese nombre. Cooper Hefner, el hijo de 30 años de Hugh con la exconejita Kimberley Conrad, defendió a su padre: “Puede que algunos no aprueben la vida que eligió mi papá, pero no era un mentiroso. Fue sincero en su enfoque y vivió honestamente.
Era generoso por naturaleza y se preocupaba profundamente por las personas”, escribió en su Twitter. Pero los nuevos dueños de la compañía, ante tantas acusaciones y tratando de salvar lo poco que queda de ese emporio, se distanciaron del personaje y en un comunicado manifestaron que apoyan a las mujeres que salieron a denunciarlo porque “la Playboy de hoy no es la Playboy de Hefner”.