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“Si esa fuera mi familia, me enfurecería”: la crítica de Whoopi Goldberg sobre la serie de Jeffrey Dahmer
La serie relata la historia de un asesino serial en Estados Unidos, recreando las escenas en las que masacró a las víctimas.
Tras el estreno de la serie protagonizada por Evan Peters y dirigida por Ryan Murphy, Dahmer, misma que cuenta la vida del asesino serial Jeffrey Dahmer, ya han salido algunas críticas al respecto, y aunque algunos afirman que la producción es de alta calidad, para algunos otros no sería tan de acuerdo con la forma en cómo se contó la historia.
En medio de una entrevista con el programa The View, la reconocida y admirada actriz, Whoopi Goldberg dio su opinión sobre la serie, indicando que, según su parecer, se debería tener un poco más de delicadeza al inmortalizar escenas crudas para las víctimas, recalcando que todavía hay familiares de aquellas personas que murieron a manos del asesino serial.
“Ryan es un artista increíble... Si esa fuera mi familia, me enfurecería. Porque está siendo asesinado y viendo a tu hijo ser, y luego tienes que escuchar cómo fue y todas estas otras cosas que, como persona que ha perdido a alguien así, es simplemente, no puedes imaginar”, expresó la actriz en su entrevista, recalcando las capacidades del director, pero afirmando lo victimizante que pueden ser las escenas para otros.
“¡Una y otra y otra vez! Creo que, si vas a contar estas historias, ten en cuenta que muchas de las personas que forman parte de estas historias todavía están con nosotros”, agregó Goldberg dando continuidad a su idea, criticando directamente cómo la forma en que se cuenta la tragedia podría estar afectando a los seres queridos de las víctimas.
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Y aunque no ha sido la única que crítica que ha tenido la serie, puesto que el mismo Evan Peters tuvo que emitir un comentario hacia quienes han “romantizado” las acciones del asesino serial, indicando que la interpretación en una pantalla no quita la realidad, y afirmando que las víctimas realmente fueron masacradas.
Goldberg da un giro a las críticas para dirigirlas hacia las familias de las víctimas, sin quitar la calidad de la producción, la reconocida actriz indica que la descripción de las tragedias puede llegar a incidir directamente en las heridas que tuvieron o tienen aquellos que lo sufrieron.
Aunque mucho se comentó sobre el maquiavélico hombre que irrumpió la paz en Wisconsin por 13 años, la verdadera historia gira en torno a 17 víctimas que cayeron en las garras de este personaje, quien fue catalogado como caníbal y “carnicero” por el estilo que tenía para acabar con aquellos jóvenes.
La trama de la serie de Netflix se enfocó en plasmar los esfuerzos y la lucha que hicieron las autoridades para frenar la ola de muertes, llegando a perder varios intentos.
Todo este crimen sucedió entre 1978 y 1991, marcando un antes y un después en los allegados de las víctimas. Dahmer logró escabullirse entre las investigaciones, cometiendo asesinatos brutales y despiadados a hombres jóvenes que se topaba en bares o zonas públicas.
Lo que despertó temor en las personas fue que este hombre, especialista médico del Ejército, experimentó en los cuerpos de cada una de sus víctimas para lograr conseguir una supuesta pareja perfecta, la cual no lo abandonara nunca. Jeffrey llegó a disolver los cuerpos de los jóvenes en ácido, además de descuartizarlos y comérselos.
La cruda realidad de la historia se posa sobre el racismo sistémico y las fallas que existió en la organización de las autoridades al momento de capturar a este hombre.
Jeffrey Dahmer desapareció gran parte de los cuerpos de los jóvenes y adolescentes que mató, conservando algunas piezas como colección en los refrigeradores de su casa. Algunos cuerpos dejaron a la vista que varios de los hombres fueron torturados antes de morir, perdiendo partes.
Tras años de investigaciones y rastreo de pistas que ayudaran a judicializar a este sujeto, las autoridades lograron capturarlo en 1992 y los condenaron a 16 cadenas perpetuas consecutivas. Esta sentencia se dio por la confesión que hizo Dahmer, quien no dudó en declararse “culpable, pero demente”.